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Introducción
En diciembre de 2019 se refirieron los primeros casos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), ocasionada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2). Este nuevo virus se propagó rápidamente en todo el mundo, con más de 37 millones de infectados y un índice de mortalidad cercano al 2.8%. En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró el estado de pandemia.
Desde ese momento, la mayoría de los países impusieron medidas de aislamiento social; las restricciones más importantes se observaron durante los períodos de cuarentena implementados por las autoridades de cada país. En ausencia de tratamientos y vacunas eficaces, estas medidas siguen siendo la única opción para reducir la propagación del virus.
Sin embargo, diversos estudios demostraron que las cuarentenas se asocian con efectos deletéreos sobre el comportamiento global, estrés fisiológico y trastornos del sueño, entre otros.
Numerosos estudios confirmaron los efectos positivos de la actividad física sobre la calidad del sueño; de hecho, la actividad física se considera una de las estrategias no farmacológicas para mejorar la calidad del sueño. Los efectos de la actividad física reducida, en el contexto de la cuarentena, sobre la calidad del sueño todavía no se conocen con precisión. Existe una fuerte vinculación entre los niveles reducidos de actividad física y los trastornos del sueño, ya que la menor actividad física se acompaña de efectos negativos sobre la composición corporal; además es un factor independiente de riesgo de diversos trastornos del sueño.
En el presente estudio, los autores tuvieron por objetivos analizar la relación entre el nivel de actividad física y la calidad del sueño y conocer los efectos de la actividad física reducida sobre la calidad del sueño. Específicamente se analizó la teoría de que la menor actividad física afectaría adversamente la calidad del sueño.
Pacientes y métodos
La investigación se llevó a cabo en Brasil, entre 5 y el 17 de mayo de 2020; los participantes se reclutaron a través de los medios sociales y los voluntarios completaron un cuestionario online. El instrumento consta de 70 preguntas que integran 7 dominios: información personal, cuidados personales contra COVID-19, actividad física, comportamiento alimentario, hábitos de riesgo, salud mental y salud global. Sin embargo, para el presente trabajo sólo se consideraron las respuestas de 4 dominios: información personal, cuidados personales, actividad física y salud mental (ansiedad y depresión).
Los participantes que refirieron realizar 150 minutos o más de actividad física moderada a intensa por semana se consideraron físicamente activos; los restantes sujetos se clasificaron como físicamente inactivos. Los sujetos respondieron específicamente acerca de la interferencia de la cuarentena en los hábitos diarios relacionados con actividad física.
Las asociaciones entre la calidad del sueño y la actividad física durante la pandemia y las consecuencias de la pandemia sobre la actividad física se analizaron con modelos de regresión logística binaria; en los modelos se incluyeron diversas variables de ajuste (sexo, edad y nivel educativo [modelo 2]; estas variables más el índice de masa corporal [modelo 3] y las mismas variables más el aislamiento social [modelo 4]).
Resultados
La muestra para los análisis estuvo integrada por 1874 adultos de 38.3 años en promedio; la prevalencia de sueño de menor calidad durante la cuarentena fue de 26.1%. Globalmente, 514 voluntarios (27.4%) se consideraron físicamente activos durante la cuarentena (≥ 150 minutos por semana de actividad física moderada o intensa), en tanto que el 56.2% de los participantes refirió que COVID-19 había afectado el nivel de actividad física. Los pacientes con trastornos del sueño fueron más jóvenes y menos activos físicamente durante la semana (p < 0.05).
Los niveles insuficientes de actividad física fueron un factor de riesgo de patrón alterado del sueño (odds ratio [OR]: 1.28, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.01 a 1.62); sin embargo, cuando en los modelos se incorporó el índice de masa corporal, las diferencias no fueron estadísticamente significativas (OR: 1.23, IC 95%: 0.96 a 1.57).
Los niveles reducidos de actividad física se asociaron con cambios negativos sobre la calidad del sueño (OR: 1.73, IC 95%: 1.37 a 2.18), de manera independiente de todos los factores de confusión (OR: 1.30, IC 95%: 1.01 a 1.68). Cuando los sentimientos de depresión se incorporaron en los modelos, el OR fue de 1.28 (IC 95%: 0.99 a 1.66).
Conclusión
Los resultados del presente estudio confirman que durante la cuarentena por enfermedad por coronavirus 2019, la alteración de la actividad física rutinaria, más que el nivel de actividad física, se asocia con efectos deletéreos sobre la calidad del sueño.
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