Introducción
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de enfermedad por el nuevo coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por el virus del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2).
La mayoría de los virus pertenecientes a la familia de coronavirus son causa de resfríos comunes; sin embargo, en las últimas décadas de registraron epidemias asociadas con la infección por dos coronavirus, asociados con enfermedades graves: SARS-CoV y Middle Eastern Respiratory Syndrome (MERS)-CoV. Al igual que el virus responsable de COVID-19, estos agentes son beta coronavirus con estructuras genómicas similares. SARS y MERS se asociaron con índices de mortalidad de 10% y 37%, respectivamente, y fueron causa de más de 10 000 decesos en el mundo; ambos virus han sido vinculados también con morbilidad y mortalidad en embarazadas. El índice de mortalidad de COVID-19 es cercano al 6.4%; SARS-CoV-2 ha ocasionado más muertes que SARS-CoV y MERS-CoV en combinación.
El embarazo se asocia con cambios fisiológicos que predisponen a la aparición de infecciones respiratorias y a la progresión rápida a insuficiencia respiratoria. En las placentas evaluadas de pacientes infectadas por SARS se comprobaron hallazgos histopatológicos de daño por hipoxia; las consecuencias, sin embargo, sobre la evolución obstétrica no se conocen con precisión.
El objetivo de la presente revisión sistemática fue aportar evidencia firme en este sentido, para contribuir a la mejor toma de decisiones por parte de los profesionales, a cargo de embarazadas con COVID-19.
Métodos
Para la revisión se siguieron las pautas PRISMA. Los artículos publicados desde 1 de noviembre de 2019 y 28 de marzo de 2020 se identificaron mediante búsquedas bibliográficas en PubMed, Ovid Medline y EMBASE. Respecto de las variables evolutivas maternas se tuvieron en cuenta los síntomas de presentación, las investigaciones maternas para COVID-19, el período entre el inicio de los síntomas y el parto, el nacimiento pretérmino, el tipo de parto, la presencia de distrés fetal, la internación en unidades de cuidados intensivos (UCI), la necesidad de asistencia ventilatoria mecánica, y el índice de mortalidad materna. Las variables neonatales consistieron en los puntajes de APGAR al minuto y a los 5 minutos, el peso al nacer, la presencia de fiebre, letargo, náuseas, síntomas respiratorios, la intolerancia de la alimentación, la necesidad de internación en UCI neonatales, los estudios realizados para COVID-19 y la evidencia de transmisión vertical. La calidad de los estudios se determinó con el Integrated quality Criteria for Review Of Multiple Study (ICROMS), creado por Zingg y colaboradores.
Resultados
Inicialmente se identificaron 73 artículos, 9 de los cuales con 92 pacientes fueron aptos para la presente revisión. El 67.4% de las pacientes (62 de 92) presentaron síntomas en el momento de la presentación. La detección de ARN de SARS-CoV-2 por reacción en cadena de polimerasa por transcripción inversa (RT-PCR por su sigla en inglés) fue inferior para la detección de casos, en comparación con el diagnóstico basado en los hallazgos en la tomografía computarizada en el 31.7% de las enfermas (26 de 79). No se refirió ningún deceso materno y sólo una enferma debió ser internada en UCI y sometida a asistencia ventilatoria mecánica.
El índice de parto pretérmino fue de 63.8% (30 de 47), en tanto que la incidencia de distrés fetal y de parto por cesárea fue de 61.1% (11 de 18) y de 80% (40 de 50), respectivamente. El 76.92% de los neonatos (11 de 13) debió ser internado en UCI y el 42.8% (40 de 50) tuvo bajo peso al nacer. Se registró un único caso con posible transmisión vertical del virus. El tiempo promedio hasta el parto, luego del inicio de los síntomas, fue de 4.3 ± 3.08 días. En 6 de 13 nacimientos, el parto ocurrió antes de la semana 37 de la gestación, pero ninguno tuvo lugar antes de la semana 34. El 80% de los partos ocurrió por cesárea.
Conclusión
Los resultados de la presente revisión sistemática indican que las embarazadas con COVID-19 pueden no presentar síntomas o tener manifestaciones clínicas atípicas; sin embargo, las embarazadas internadas por COVID-19 a menudo tienen neumonía. Se observó también que la PCR, aunque constituye el estudio diagnóstico de referencia, puede dar resultados falsos negativos y sin correlación con los hallazgos de neumonía en la tomografía computarizada. Cabe destacar que se comprobó heterogeneidad importante en los equipos utilizados, de modo que estas observaciones deben ser interpretadas con cautela. No se identificaron contraindicaciones para el parto por vía vaginal y la evidencia en relación con la transmisión viral vertical no fue categórica. Los resultados en relación con el bajo peso al nacer y el riesgo de distrés fetal sugieren la necesidad de monitorización fetal rigurosa.
La información en conjunto sugiere índices bajos de mortalidad materna y neonatal asociada con COVID-19, en embarazadas con infección por SARS-CoV-2. Estas pacientes parecen tener menos síntomas, en comparación con el resto de pacientes con COVID-19, pero los índices de parto pretérmino, bajo peso al nacer, parto por cesárea e internación en UCI serían más altos que en el resto de la población. En estas enfermas se recomienda un abordaje multidisciplinario.
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