Resúmenes amplios

COLOR DE PIEL Y NIVELES DE 25-HIDROXIVITAMINA D


Boston, EE.UU.:
El bronceado se asocia en forma significativa con la concentración de 25-hidroxivitamina D, pero este factor no es suficiente para que no se reduzcan los niveles de la vitamina tras la interrupción del aporte complementario. El color de piel sería el principal determinante de la variabilidad en la concentración de esta vitamina que se observa entre los distintos grupos étnicos.

Journal of Nutrition 146(4):751-757

Autores:
Sawicki C, Rompay M

Institución/es participante/s en la investigación:
Tufts University

Título original:
Sun-Exposed Skin Color Is Associated with Changes in Serum 25-Hydroxyvitamin D in Racially/Ethnically Diverse Children

Título en castellano:
El Color de la Piel Expuesta al Sol se Asocia con Cambios en los Valores de 25-Hidroxivitamina D Plasmática en Niños con Diversidad Racial y Étnica

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.39 páginas impresas en papel A4

Introducción

Existen pruebas sobre los múltiples papeles que tiene la vitamina D en la absorción del calcio, el crecimiento y la salud del hueso, la fuerza muscular, la función inmune, la respuesta inflamatoria y la regulación de la proliferación, la diferenciación y la apoptosis de las células. Las alteraciones en la concentración de esta vitamina, especialmente su deficiencia, se han correlacionado con diversas enfermedades crónicas, como la autoinmunidad, el cáncer, la enfermedad cardiovascular y la diabetes. Se considera que existe deficiencia en presencia de niveles de 25-hidroxivitamina D (25[OH]D) < 12 ng/ml, y este problema es frecuente en todos los grupos etarios. La principal fuente de vitamina D en las personas es la exposición de la piel a la radiación ultravioleta B (UVB), dado que, en muchos alimentos, incluso los fortificados, este compuesto está presente en dosis demasiado bajas. Cuando la radiación UVB llega a la capa más profunda de la piel, el 7-deshidrocolesterol se convierte en pre-colecalciferol, que luego pasa a colecalciferol, o vitamina D3. Esta forma de la vitamina es transformada en 25(OH)D en el hígado, y su determinación en la sangre se considera el mejor método de estimar la suficiencia de la vitamina en el organismo. Existen diferencias en la síntesis de vitamina D en la piel según la pigmentación de esta, dado que la melanina es capaz de absorber fotones y reduce la eficiencia del proceso de síntesis de vitamina D. En sujetos con color de piel más oscuro (más melanina) habría, entonces, menor síntesis de la vitamina, fenómeno que se confirmó en estudios epidemiológicos. Sin embargo, se sugirió que usar el grupo étnico como un predictor del color de piel es erróneo, dado que existe gran variabilidad dentro de los grupos en cuanto a esta característica, y hay superposición importante en el color entre distintos grupos. La colorimetría por reflectancia permitiría cuantificar el color de piel de cada individuo, tanto el constitutivo (no expuesto a la luz solar) como el facultativo (expuesto); el color constitutivo más claro se asocia con mayor concentración de 25(OH)D. El bronceado (oscurecimiento del color facultativo de la piel) secundario a la mayor exposición a luz solar se relaciona con mayor concentración de esta vitamina. El objetivo del presente estudio fue evaluar la asociación entre el bronceado y la concentración de 25(OH)D según la etnia del individuo.

 

Métodos

Se incluyeron individuos de un estudio aleatorizado a doble ciego que evaluó el efecto del aporte complementario de vitamina D sobre la concentración plasmática de 25(OH)D y ciertos factores de riesgo cardiometabólico en 685 personas. Los participantes recibieron 600, 1000 o 2000 UI diarias de la vitamina durante 6 meses, tras lo cual fueron seguidos por un período similar. Para el presente estudio se tomaron específicamente datos de los últimos 6 meses de pacientes con información completa sobre el color de la piel y la concentración plasmática de 25(OH)D. Se realizaron mediciones antropométricas y se solicitó a los padres de los participantes que completaran cuestionarios en cada consulta. Todos los individuos incluidos eran niños de cuarto a octavo grado de cuatro escuelas del norte de Estados Unidos; se excluyeron aquellos con raquitismo, fibrosis quística, enfermedad renal, sarcoidosis, síndrome de intestino irritable, epilepsia, diabetes o infección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Los individuos fueron clasificados en cinco categorías étnicas: caucásicos, afroamericanos, hispanos o latinos, asiáticos o multirraciales (o de otros grupos). Se registraron datos sobre la ingesta de alimentos, incluida la cantidad estimada de vitamina D incorporada en la dieta, y se preguntó específicamente por el consumo de suplementos con esta vitamina. Se midió el nivel de actividad física y de actividades sedentarias (menos de 4 horas diarias o tiempo mayor de inactividad). Se utilizó un equipo de colorimetría por reflectancia para cuantificar el color de piel de los participantes: el constitutivo se midió entre la axila y el epicóndilo medial (porción superior interna del brazo), y el facultativo, en el antebrazo posterior (entre el olécranon y el epicóndilo cubital). Para el análisis estadístico se usó la prueba de Tukey, la de la t de Student y análisis de regresión lineal múltiple y de varianza; se consideraron significativos valores de p < 0.05.

 

Resultados

La media de edad de los niños fue de 11.7 años, el 51% eran mujeres, el 57% eran de grupos étnicos minoritarios (11% eran afroamericanos, 22%, hispanos, 8%, asiáticos y el 15%, multirraciales) y el 45% de los niños tenía sobrepeso u obesidad. La media de la concentración plasmática de 25(OH)D previamente era de 22.2 + 6.9 ng/ml, y aumentó a 29.3 ng/ml al finalizar el período de aporte complementario. En el seguimiento, 6 meses luego de ese momento, la media se redujo a 25.6 ng/ml (p < 0.0001). Al estratificar los resultados según el grupo étnico, se observó que en todos los grupos hubo reducción significativa tras la interrupción del aporte complementario, pero esta disminución fue menor en los caucásicos (2.1 ng/ml) que en los afroamericanos (7.2 ng/ml, p < 0.01), los hispanos (3.9 ng/ml, p = 0.50), los asiáticos (4.8 ng/ml, p = 0.44) y los multirraciales (4.8 ng/ml, p = 0.19). Antes del seguimiento y después de este (que coincidió con el inicio y el final del verano), la piel facultativa se oscureció en forma significativa en todos los grupos étnicos (p < 0.0001), y en todos los grupos la magnitud del bronceado fue similar (p = 0.77). Al valorar en forma conjunta la concentración de 25(OH)D y el bronceado se observó una relación significativa entre este último factor y el primero tras realizar ajustes por distintas covariables (p < 0.0001), incluido el grupo étnico. Sin embargo, el grupo étnico también fue un factor predictor significativo de la concentración de 25(OH)D (p < 0.001): luego del verano, la concentración en los caucásicos fue 4.6 ng/ml mayor en comparación con los afroamericanos (p < 0.0001), 3.4 ng/ml mayor frente a los asiáticos (p < 0.01), 2.5 ng/ml mayor que en los hispanos (p < 0.01) y 2.1 ng/ml mayor que en los multirraciales (p = 0.03). Tras ajustar los resultados por el color constitutivo de la piel, el bronceado se siguió relacionando en forma significativa con la concentración de 25(OH)D (p < 0.0001), mientras que el color constitutivo también fue un predictor significativo de los niveles de esta vitamina (p < 0.01). El grupo étnico no se vinculó en forma significativa cuando se incluyó el color constitutivo de piel dentro del modelo.

 

Discusión y conclusiones

En el presente estudio se observó que la concentración de 25(OH)D se redujo luego de la finalización del aporte complementario de esta vitamina, a pesar de que los niños evaluados se broncearon durante el verano. El mayor bronceado se asoció con mayor concentración plasmática de vitamina D, y la magnitud del oscurecimiento de la piel fue similar en los distintos grupos étnicos. A pesar de esta observación, la concentración de 25(OH)D fue diferente entre las distintas etnias, con mayores niveles en los caucásicos que en los otros grupos. El color de piel constitutivo y el grupo étnico fueron predictores fuertes de la concentración de 25(OH)D, aunque el primer factor sería el principal determinante. Se postuló que, dado que la melanina evita el pasaje de radiación UVB, las personas con color de piel más oscuro requieren mayor tiempo de exposición a la luz solar para que la síntesis de vitamina D sea adecuada.

Los autores concluyen que el bronceado se asocia en forma significativa con la concentración de 25(OH)D, en forma independiente del grupo étnico, pero este factor no fue suficiente para que no se reduzcan los niveles de la vitamina tras la interrupción del aporte complementario. El color de piel constitutivo sería el principal determinante de la variabilidad en la concentración de esta vitamina que se observa entre los distintos grupos étnicos.



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