EL PAPEL DE LOS ACIDOS GRASOS ESENCIALES EN LOS TRASTORNOS DE IMPULSIVIDAD
Dublin, Irlanda:
El déficit de ácidos grasos esenciales se relacionaría con los trastornos de impulsividad como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el trastorno límite de personalidad. La corrección de este déficit tendría un efecto beneficioso sobre la sintomatología.
Prostaglandins Leukotrienes and Essential Fatty Acids 71(4):211-216
Autores:
Hallahan B, Garland MR
Institución/es participante/s en la investigación:
Royal College of Surgeons in Ireland
Título original:
Essential Fatty Acids and their Role in the Treatment of Impulsivity Disorders
Título en castellano:
Los Acidos Grasos Esenciales y su Papel en el Tratamiento de los Trastornos de Impulsividad
Extensión del Resumen-SIIC en castellano:
2.59 páginas impresas en papel A4
Introducción
El déficit de ácidos grasos esenciales (AGE) omega-3 y omega-6, que son componentes importantes de las membranas celulares del sistema nervioso de los mamÃferos, modifica el comportamiento de los fosfolÃpidos de membrana y las estructuras terciarias y cuaternarias de los receptores de membrana y de los neurotransmisores asociados. Esto sucede porque en las membranas, los AGE ausentes son reemplazados por ácidos grasos no esenciales. Los autores de este trabajo consideran que el aumento sustancial en la frecuencia de alteraciones psiquiátricas y de fenómenos violentos como los suicidios y homicidios observado en la sociedad actual tiene relación con el cambio de la dieta occidental, que favorece el consumo de los AGE omega-6 por sobre los omega-3.
El concepto de impulsividad se refiere a una falta de control en la toma de decisiones y se ve con más frecuencia en determinados trastornos de la personalidad, como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en los niños y el trastorno lÃmite de la personalidad en adultos, en el suicidio y demás conductas autolesivas, y en el homicidio y demás conductas agresivas. En este trabajo, los autores resumen los resultados de las investigaciones epidemiológicas, clÃnicas y de suplementación realizadas en estas áreas.
Existen indicios de un déficit en la neurotransmisión serotoninérgica en los trastornos de impulsividad, y los autores proponen que serÃa en esa interfase donde los AGE ejercerÃan un efecto beneficioso.
TDAH
Estudios epidemiológicos
Los autores describen un estudio en el que se propone al déficit central de AGE como la causa del TDAH; en él se encontró que el trastorno era presentado en su mayorÃa por hombres, y su asociación con el asma, eccema y otras enfermedades alérgicas, condiciones también relacionadas con el déficit de cinc. Este último actúa como cofactor en la transformación de los AGE en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (AGPCL). El hecho de que los hombres sean más vulnerables que las mujeres a la deficiencia de AGPCL, por el déficit de cinc, podrÃa explicar de una manera indirecta la relación entre el TDAH y el déficit de AGE. No se conocen más trabajos que hayan seguido esta lÃnea de investigación.
Estudios clÃnicos
Los autores mencionan estudios en los que se hallaron niveles más bajos de ácidos grasos libres en niños con TDAH que en los controles, asà como alteraciones en la composición de los lÃpidos plasmáticos, con menor cantidad de ácido araquidónico (AA) y ácido eicosapentaenoico (EPA), y menor cantidad de ácido adrénico y AA en los lÃpidos de la membrana de los glóbulos rojos. Estos trabajos sugieren una alteración en la conversión de los AGE en AGPCL ya que no se observaron niveles disminuidos de los precursores de los AGE (ácido linoleico y ácido alfa-linoleico). Otros trabajos también parecen demostrar que los niveles disminuidos de AGE omega-3 se relacionan con trastornos del comportamiento en el TDAH.
Estudios de suplementación
Existen 4 estudios sobre TDAH con resultados dispares, señalan los expertos. Uno acerca de la suplementación con una mezcla rica en AGE omega-6 y otro con una de ácido docosahexaenoico (DHA), en ninguno de ellos se logró demostrar alivio de los sÃntomas. En otro trabajo se administró un suplemento a base de una mezcla de AGE a pacientes con dispraxia, con mejorÃa de sus sÃntomas motores; su autor sugiere que estos resultados serÃan aplicables al TDAH dada la similitud de ambas afecciones. Por último, un cuarto estudio demostró un alivio sintomático significativo en niños con TDAH con alteraciones del aprendizaje y del habla mediante la suplementación con EPA, en comparación con placebo. La crÃtica a este trabajo consiste en la falta de documentación de los niveles iniciales de AGE y por lo tanto la exclusión de participantes con niveles adecuados de estos últimos.
Hostilidad, agresión y homicidio
Estudios epidemiológicos
En un estudio internacional llevado a cabo en 26 paÃses se observó que el menor consumo de mariscos (fuente principal de AGE) se relacionó con mayores Ãndices de homicidios (r = -0.63, p < 0.005).
Estudios clÃnicos
Se comprobó la existencia de niveles plasmáticos disminuidos de DHA (omega-3) en hombres violentos con conductas antisociales (n = 15, p < 0.01) y niveles aumentados de ácidos grasos omega-6, principalmente ácido dihomogammalinoleico (p < 0.01). El aumento de este ácido graso también se observó en hombres violentos con trastorno explosivo intermitente (n = 19, p < 0.002). Asimismo, otro estudio señaló Ãndices menores de hostilidad (p < 0.035) y de depresión (p < 0.044) en 305 pacientes con una dieta rica en pescado.
Estudios de suplementación
Un estudio señaló un efecto beneficioso con la suplementación de DHA sobre el nivel de agresividad en una población joven universitaria sana. Otros autores encontraron resultados similares en el caso de empleados administrativos, pero no en el de campesinos. Por otro lado, en un trabajo aleatorizado, a doble ciego, controlado con placebo, efectuado en prisioneros adultos jóvenes, la suplementación con AGE omega-3 y omega-6 disminuyó los niveles de agresión en un 26.3%, alcanzándose el 35.1% si la suplementación se mantenÃa al menos por 2 semanas (p < 0.001).
Trastornos de personalidad
Acerca de la mencionada relación entre los niveles disminuidos de DHA en las personas con conductas antisociales, los autores citan un trabajo aleatorizado y controlado de 8 semanas de duración en 30 mujeres con trastorno lÃmite de la personalidad con suplementación de 2 mg por dÃa de DHA vs. placebo, en el cual se hallaron disminuciones significativas en los grados de agresividad y depresión en quienes recibieron el suplemento.
Suicidio y conductas autolesivas
Estudios epidemiológicos
Los autores mencionan un estudio finlandés que demostró niveles significativamente menores de depresión (odds ratio [OR] 0.63, intervalo de confianza [IC] del 95% 0.43 a 0.94, p < 0.02) e ideación suicida (OR 0.57, IC 95% 0.35 a 0.95, p < 0.03) en los sujetos que consumÃan pescado por lo menos 2 veces por semana. El consumo diario también mostró un efecto positivo al reducir el riesgo de muerte por suicidio (OR 0.81, [0.27 a 0.91], IC 90%) en 256 000 individuos japoneses que fueron seguidos por 17 años.
Estudios clÃnicos
Se comprobó una correlación significativa entre los niveles bajos aislados de EPA y mayores Ãndices de impulsividad, culpa y riesgo futuro de suicidio; esta correlación sólo se observó en pacientes con intento de suicidio sin diagnóstico previo de depresión. Asimismo, mencionan un estudio en el que se registró una correlación negativa significativa entre los niveles de AGE omega-3 y los Ãndices de impulsividad y depresión.
Estudios de suplementación
No existen aún estudios publicados acerca de la suplementación de AGE en pacientes con conductas autolesivas.
Relación con la serotonina
Serotonina e impulsividad
En diversos trabajos, dicen los autores, se ha señalado que existirÃa una asociación entre las conductas impulsivas y agresivas y los niveles disminuidos de ácido 5-hidroxiindolacético (5-HIAA) en el lÃquido cefalorraquÃdeo (LCR), por lo que se sugiere que tales conductas podrÃan relacionarse con la producción de serotonina a nivel de la corteza frontal.
AGE y serotonina
Los autores describen un experimento en el cual ratas sometidas a una dieta deficiente en AGE omega-3 presentaron un aumento significativo (44%) de la densidad de receptores 5-HT2A en la corteza frontal. Los autores reprodujeron este experimento, y hallaron además un descenso en la concentración de DHA en la corteza frontal. Diversos estudios en animales han sugerido que los suplementos con AGE de cadena larga aumentan las concentraciones de serotonina, triptófano, dopamina, ácido homovanÃlico y noradrenalina en la corteza frontal. Los suplementos de DHA y AA en cerdos se asociaron con aumento en las concentraciones de serotonina en la corteza frontal y descenso en las de 5-HIAA en LCR, probablemente por una disminución en la transformación de serotonina a 5-HIAA. Debe destacarse que los inhibidores selectivos de la recapatación de serotonina producen los mismos efectos (aumento de los niveles tisulares de serotonina y descenso de la concentración de 5-HIAA en LCR). Se menciona otro estudio en el que sus autores proponen que existirÃa un defecto en los procesos de regulación del transporte y de la concentración selectiva de DHA en el cerebro, que se relacionarÃa con las conductas impulsivas y violentas (particularmente en individuos alcohólicos y suicidas). Los autores no están al tanto de estudios realizados al presente acerca de los efectos de la suplementación con AGE sobre la función serotoninérgica.
Conclusiones
Los investigadores señalan la relación observada entre el aumento de los fenómenos relacionados con trastornos de la impulsividad y los niveles disminuidos de AGE omega-3, asà como la mejorÃa clÃnica de estos trastornos al corregirse la mencionada deficiencia. La suplementación con AGE modificarÃa la neurotransmisión serotoninérgica. Destacan, sin embargo, que se necesitan más estudios antes de indicar el empleo de suplementos de AGE en la práctica clÃnica habitual.