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Introducción
El crecimiento de la población mundial y la longevidad aumentan el número de adultos mayores en todo el planeta. Por lo tanto, la prevalencia de enfermedades crónicas, como la fragilidad, la osteoporosis y la sarcopenia está en aumento, lo que incrementa el riesgo de caídas y fracturas. Las fracturas de cadera resultan en una pérdida significativa de independencia y calidad de vida, y riesgo aumentado de nuevas fracturas, otras enfermedades crónicas y mortalidad prematura. Además, tienen una carga económica significativa para los sistemas de salud. Por lo tanto, reducir el riesgo de fractura de cadera es una prioridad de salud pública. Las dietas sin carne son cada vez más populares; se ha sugerido que podrían estar asociadas con un mayor riesgo de fractura de cadera, pero la evidencia prospectiva es limitada. Las diferencias de riesgo entre vegetarianos y carnívoros son posibles debido a factores dietéticos, antropométricos y hormonales, los cuales siguen siendo poco explorados.
El objetivo de esta investigación fue analizar el riesgo de fractura de cadera en consumidores ocasionales de carne, pescetarianos y vegetarianos en comparación con los consumidores regulares de carne a partir del registro del UK Biobank del Reino Unido, y explorar el papel de los posibles mediadores de cualquier diferencia de riesgo observada.
Métodos
Los adultos británicos de mediana edad se clasificaron como consumidores regulares de carne (comieron carne ≥ 5 veces/semana; n = 258 765), consumidores ocasionales de carne (comieron carne < 5 veces/semana; n = 137 954), pescetarianos (comieron pescado pero no carne; n = 9557) o vegetarianos (comieron huevos o lácteos pero no carne o pescado; n = 7638) según la información dietética y de estilo de vida en el reclutamiento (2006 a 2010). Las fracturas de cadera incidentes se identificaron mediante el registro vinculado a las estadísticas de episodios hospitalarios hasta septiembre de 2021. Se utilizaron modelos de regresión de Cox multivariada para estimar las asociaciones entre cada grupo de dieta y el riesgo de fractura de cadera, con los consumidores regulares de carne como grupo de referencia, durante una media de tiempo de seguimiento de 12.5 años. Los cocientes de riesgo (CR) fueron calculados con intervalos de confianza del 95% (IC 95%).
Resultados
Entre 413 914 participantes, se observaron 3503 fracturas de cadera, lo que corresponde al 0.8% de la cohorte. En promedio, en el momento del reclutamiento, los pescetarianos y los vegetarianos eran más jóvenes que los consumidores de carne, aunque el tiempo hasta la fractura de cadera y la edad en el momento de la fractura de cadera fueron similares en todos los grupos de dieta. El índice de masa corporal (IMC) fue menor en pescetarianos y vegetarianos que en los carnívoros habituales. Los niveles de actividad física fueron similares entre los grupos de dieta. Los antecedentes de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer en el momento del reclutamiento fueron menores en los vegetarianos que en los consumidores regulares de carne, y no hubo diferencias en los antecedentes de otras fracturas en el reclutamiento entre los grupos de dieta. Después del ajuste por factores de confusión, los vegetarianos (CR: 1.50, IC 95%: 1.18 a 1.91) pero no los consumidores ocasionales de carne (CR: 0.99, IC 95%: 0.93 a 1.07) o los pescetarianos (CR: 1.08, IC 95%: 0.86 a 1.35) tuvieron un mayor riesgo de fractura de cadera, respecto de los consumidores regulares de carne. Esto equivale a una diferencia de riesgo absoluto ajustado de 3.2 (IC 95%: 1.2 a 5.8) más fracturas de cadera por cada 1000 personas durante 10 años entre los vegetarianos. Hubo pruebas limitadas de modificación del efecto por el IMC sobre el riesgo de fractura de cadera en todos los grupos de dieta (p = 0.08), y no hubo evidencia clara de modificación del efecto por edad o sexo (p = 0.9 y 0.3, respectivamente). Los análisis de mediación sugieren que el IMC explicó el 28% de la diferencia de riesgo observada entre los vegetarianos y los consumidores regulares de carne (IC 95%: 1.1% a 69.8%). La diferenciación entre vegetarianos (60 casos/7238 participantes) y veganos (10 casos/400 participantes) atenuó ligeramente la estimación para los vegetarianos.
Conclusiones
Los varones y mujeres vegetarianos tienen un mayor riesgo de fractura de cadera que los consumidores regulares de carne, y esto se explicaba en parte por su IMC más bajo, pero las diferencias de riesgo absoluto fueron pequeñas y deberían considerarse frente a los posibles beneficios para la salud de las dietas vegetarianas. Una gran proporción del mayor riesgo de fractura de cadera en vegetarianos no se explicó por el IMC, lo que implica que otros factores son importantes. Los resultados de este estudio destacan la importancia de la ingesta adecuada de nutrientes y el control del peso en los vegetarianos en el contexto de la prevención de fracturas de cadera.
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