ReSIIC editado en: Obstetricia y Ginecología Urología Atención Primaria Medicina Familiar Medicina Interna Nutrición |
Introducción
Los pacientes que presentan urgencia, frecuencia o incontinencia de urgencia suelen ser asesorados para que reduzcan la ingesta de líquidos y el consumo de ciertos irritantes vesicales, como la cafeína, el alcohol, las gaseosas y las bebidas ácidas. Sin embargo, se desconoce si estas medidas son realmente eficaces para reducir los síntomas del tracto urinario inferior (STUI). Tampoco se sabe si todos los pacientes son igualmente sensibles a los efectos urinarios de estos irritantes, ni si existe una cantidad mínima aceptable que pueda ingerirse sin problemas. En una revisión sistemática previa publicada por los autores, los datos derivaron esencialmente de estudios de observación de calidad variable. La ingesta de líquidos y de cafeína se relacionó con el agravamiento de la frecuencia y de la urgencia, en tanto que el consumo moderado de alcohol se vinculó con reducción del diagnóstico de hiperplasia prostática benigna. El objetivo del Symptoms of Lower Urinary Tract Dysfunction Research Network (LURN) Observational Cohort study fue determinar los hábitos de ingesta de líquidos y de irritantes vesicales en pacientes con urgencia, incontinencia urinaria de urgencia (IUU) y STUI sin urgencia ni IUU. Específicamente se analizó la teoría de que muchos pacientes evitarían el consumo de cafeína y de alcohol con el propósito de aliviar los síntomas urinarios.
Pacientes y métodos
La LURN realizó un estudio prospectivo de observación de 1 año, con mujeres y hombres asistidos por STUI en 1 de 6 centros terciarios de los Estados Unidos. Se analizaron pacientes de 18 años o más, con al menos un STUI moderado o más grave, a juzgar por los resultados de la LUTS Tool en el mes previo. Se tuvieron en cuenta las características demográficas y los antecedentes clínicos, incluidas las comorbilidades, los tratamientos utilizados y los síntomas referidos por los pacientes. Los participantes completaron la LUTS Tool, un cuestionario de 44 secciones que permiten conocer la gravedad y la molestia asociada con los STUI en la semana previa, con el objetivo de clasificarlos en distintas categorías, de urgencia y de IUU. Los pacientes también completaron planillas diarias para la recolección de los síntomas urinarios, con una versión modificada del International Consultation on Incontinence Questionnaire (ICIQ). Los participantes informaron el consumo de las diversas bebidas y el volumen urinario, el momento de las ingestas y las micciones, las sensaciones vesicales en el momento de la micción (ninguna, normal o urgencia), el uso de apósitos y los episodios de incontinencia (de estrés, de urgencia o de tipo desconocido). También se consideró la hora de ir a dormir y de levantarse. La confiabilidad y la calidad de los cuestionarios se confirmaron en estudios previos. Los investigadores de la LURN analizaron los datos de la ingesta de bebidas de manera sistemática, con la finalidad de identificar posibles irritantes vesicales. Las bebidas se clasificaron en aquellas con cafeína, alcohólicas, carbonatadas y ácidas. Se calculó la cantidad de cafeína y de alcohol en las bebidas correspondientes.
Los datos se expresan como medianas y rangos intercuartílicos (RIC) para las mediciones continuas, y como frecuencias y porcentajes para los datos categóricos. Se realizaron comparaciones estadísticas para diversos grupos, con pruebas de Wilcoxon para las variables continuas, o de chi al cuadrado para las variables categóricas. Mediante modelos de regresión logística se analizaron posibles asociaciones entre las categorías sintomáticas y la ingesta de los diferentes tipos de bebidas. En los modelos finales con ajuste se tuvieron en cuenta el sexo, la edad, el índice de masa corporal (IMC) y la ingesta total de líquidos en los 3 días previos.
Resultados
Para el LURN Observational Cohort Study se reclutaron 1064 pacientes (519 hombres y 545 mujeres); 162 no completaron las planillas de las características miccionales. Entre las 902 planillas analizadas, 106 se excluyeron por la falta importante de datos; otras 295 no fueron aptas por no referir el volumen miccional y la cantidad de líquidos ingeridos, y otras 11 y 41 se descartaron por no aportar información precisa acerca de la urgencia o la IUU, respectivamente. Por lo tanto, solo las planillas completadas por 491 pacientes fueron aptas para el análisis de los grupos según la urgencia, y 315 lo fueron para el análisis de los grupos según la IUU.
Comparaciones entre pacientes con urgencia y aquellos sin urgencia
Un total de 491 pacientes (277 hombres y 214 mujeres) se incluyeron en el análisis de urgencia. Los participantes con urgencia (n = 321), respecto de aquellos sin urgencia (n = 170) fueron con mayor frecuencia mujeres (52% en comparación con 27%, respectivamente; p < 0.0001), y tuvieron IMC levemente más alto (mediana de 29, respecto de 28; p = 0.042), aunque fueron similares en términos de la distribución por edad y la etnia.
La ingesta total de líquidos en el transcurso de los 3 días previos en pacientes con urgencia y sin urgencia fue de 5.2 y 5.7 l, respectivamente (p = 0.028). Asimismo, se observaron diferencias significativas entre los grupos para el consumo de alcohol (30% respecto de 43%, en igual orden, p = 0.004).
En los modelos con ajuste según sexo, IMC e ingesta total de líquidos, los individuos con urgencia tuvieron 32% menos probabilidades de referir consumo de alcohol (odds ratio [OR] de 0.68; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 0.45 a 1.03; p = 0.07); sin embargo, entre los sujetos que consumían alcohol no se observaron diferencias significativas en el volumen total consumido de alcohol o el número de bebidas alcohólicas (0.7 respecto de 0.6 l; p = 0.57, y 3.6 bebidas, en comparación con 4 bebidas, p = 0.98 para los pacientes con urgencia y aquellos sin urgencia, respectivamente), según los datos de las planillas de 3 días. En los modelos con ajuste no se detectaron diferencias sustanciales entre los grupos para el consumo de cualquier bebida con cafeína, carbonatada o ácida.
Comparación entre pacientes con IUU y aquellos con urgencia sin incontinencia
Para este análisis se consideraron 315 pacientes (150 hombres y 165 mujeres). En el grupo de IUU (n = 210), en comparación con el grupo con urgencia sin incontinencia (n = 105), se incluyó un mayor porcentaje de mujeres (66% en comparación con 24%; p < 0.0001), y los participantes tuvieron mayor IMC (mediana de 30 kg/m2, respecto de mediana de 27 kg/m2; p < 0.0001); sin embargo, los grupos fueron similares en términos de la distribución por edad y etnia.
La frecuencia de consumo de alcohol fue inferior entre los pacientes del grupo de IUU, respecto del grupo con urgencia sin incontinencia (26%, en comparación con 37%, p = 0.04); asimismo, el consumo total de líquidos tendió a ser más bajo (5 l, en comparación con 5.5 l, p = 0.09).
En los modelos con ajuste por sexo, IMC, edad y volumen total de ingesta, los pacientes con IUU tuvieron 54% menos probabilidades de referir consumo de cafeína (OR de 0.46; IC 95%: 0.22 a 0.96; p = 0.04); no obstante, entre los sujetos que informaron consumir cafeína no se encontraron diferencias significativas entre los grupos en el volumen ingerido de bebidas con cafeína (1.6 l respecto de 1.7 l en los 3 días, en el grupo de pacientes con IUU, respecto de aquellos sin incontinencia urinaria, respectivamente; p = 0.58). Tampoco se observaron diferencias en los miligramos de cafeína consumidos (400 mg en comparación con 425 mg en los pacientes con IUU frente a aquellos sin incontinencia, respectivamente; p = 0.62). Se registró un patrón similar para el consumo de alcohol, pero las diferencias no fueron significativas. No se encontraron diferencias entre los grupos para el consumo de bebidas carbonatadas o ácidas, en los modelos sin ajuste o en los modelos ajustados.
Conclusión
Se confirma que los pacientes con urgencia consumen menos líquidos que aquellos sin urgencia. Asimismo, los individuos con IUU se abstienen, con mayor frecuencia, de ingerir cafeína, aunque entre los consumidores, la cantidad ingerida es similar en los dos grupos. Por lo tanto, parece razonable asumir que existe un subgrupo de pacientes con urgencia o con IUU que son más sensibles a la ingesta de cafeína.
Copyright siicsalud © 1997-2024 ISSN siicsalud: 1667-9008