Introducción
La disnea es un síntoma frecuente en pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés). Esta manifestación clínica se asocia con compromiso significativo de la calidad de vida. Los mecanismos involucrados en la fisiopatogenia de la disnea, en estos pacientes, no se comprenden con exactitud. Si bien algunos pacientes tienen anormalidades cardiopulmonares posteriores a COVID (posCOVID), la disnea puede persistir en otros pacientes, a pesar de la normalización de la función cardiopulmonar.
Algunos estudios no encontraron diferencias entre los controles sanos y los pacientes con disnea posCOVID, mientras que otros grupos refirieron intolerancia al ejercicio y anormalidades en la circulación y en los patrones de respiración. La evolución clínica de la disnea posCOVID tampoco se conoce con exactitud y, de hecho, es difícil predecir la gravedad de los síntomas en el largo plazo, luego de la recuperación de las manifestaciones clínicas de la infección aguda. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue determinar la prevalencia, la gravedad y los factores predictivos de disnea a los 12 meses, en pacientes con antecedente de internación por COVID-19; también se describe la evolución clínica respiratoria y cardíaca y las variables referidas por los pacientes con disnea posCOVID, con la finalidad de aportar pautas que puedan mejorar el abordaje global de los pacientes.
Pacientes y métodos
Se analizó una cohorte prospectiva de pacientes asistidos en la Post-COVID-19 Respiratory Clinic (PCRC) de dos hospitales académicos de Vancouver, Canadá. Se incluyeron pacientes que habían sido internados por infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV2), confirmada por reacción en cadena de la polimerasa, durante la primera ola de la pandemia, entre marzo y junio de 2020.
Los pacientes fueron inicialmente evaluados a los 3 meses del inicio de los síntomas y, luego, a los 6 y 12 meses. Los participantes completaron un cuestionario estandarizado, el EuroQoL 5-Dimensions (EQ-5D-5L), el Frailty Index, el University of California San Diego Shortness of Breath (UCSD) Questionnaire, el Patient Health Questionnaire-9 (PHQ9), y el Pittsburgh Sleep Quality Index (PSQI). En cada control se realizaron pruebas de función pulmonar, ecocardiograma transtorácico, y prueba de caminata en 6 minutos. Los valores de la capacidad vital forzada, el volumen espiratorio forzado en el primer segundo, la capacidad pulmonar total, el volumen residual y la capacidad de difusión de monóxido de carbono por debajo del 80% del valor esperado se consideraron anormales. Se determinó la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (valores normales de ≥ 50%) y la presión sistólica en arteria pulmonar (valores normales < 30 mmHg). Las comparaciones estadísticas se realizaron con pruebas de la t y de Wilcoxon, o con coeficientes de correlación de Spearman, para las diferencias en las variables de valoración a los 3 y 12 meses, y entre pacientes con disnea y sin disnea. Mediante modelos de regresión lineal de variables múltiples se identificaron los factores predictivos de disnea posCOVID.
Resultados
Se analizaron 76 pacientes en total; el 49% de ellos presentó disnea clínicamente relevante, es decir un puntaje basal de más de 10 puntos, a los 3 meses del inicio de los síntomas; el 46% refirió disnea a los 12 meses después de COVID-19.
Entre los meses 3 y 12 posCOVID, el 24% de los pacientes refirió agravamiento clínicamente relevante de la disnea, el 49% no refirió cambios importantes en la disnea, en tanto que el 28% refirió mejoras relevantes del síntoma. A los 12 meses posCOVID, los pacientes con disnea refirieron peor calidad de sueño, peor calidad de vida y mayor fragilidad, en comparación con los pacientes que no refirieron disnea. No se registraron diferencias significativas entre los grupos en los resultados de las pruebas de función pulmonar, o en los niveles séricos de troponina o de péptido natriurético cerebral, a los 12 meses.
La gravedad de la disnea y de los síntomas depresivos a los 3 meses fue un factor predictivo de la gravedad de la disnea a los 12 meses.
Conclusión
La disnea posCOVID es una manifestación clínica frecuente, persistente y se asocia con compromiso sustancial de la calidad de vida. Los trastornos del estado de ánimo y, tal vez, las anormalidades cardiorrespiratorias podrían contribuir en la aparición de disnea posCOVID. La disnea y la depresión al inicio del seguimiento anticiparon la persistencia de la disnea a largo plazo.
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