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Introducción
A pesar de la mayor disponibilidad de vacunas para prevenir la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés), la pandemia causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) continúa causando enfermedades graves y muertes. La vacuna Ad26.COV2.S, entre otras, ha sido aprobada para la prevención de esta enfermedad. A medida que continúan surgiendo cepas variantes, es fundamental el desarrollo de vacunas seguras y eficaces para controlar la COVID-19. La vacuna Ad26.COV2.S es un vector de adenovirus recombinante, incompetente para la replicación que codifica una proteína espícula del SARS-CoV-2 estabilizada por conformación de prefusión. Una dosis única de Ad26.COV2.S (5 × 1010 partículas virales [PV]) logró una alta eficacia contra la COVID-19 grave/crítica, hospitalización y muerte. Un refuerzo homólogo a los 2 meses indujo una alta eficacia contra la enfermedad sintomática causada por variantes circulantes. De conformidad con el uso de emergencia y la autorización de comercialización (condicional), la dosis de 5 × 1010 PV de Ad26.COV2.S se está administrando a nivel mundial.
El objetivo del presente estudio fue evaluar la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad de la vacuna Ad26.COV2.S a 2 niveles de dosis, cada uno administrado como una vacuna primaria de dosis única seguida de un refuerzo homólogo 56 días después, en sujetos adultos japoneses con afecciones subyacentes estables o sin estas.
Métodos
El presente ensayo aleatorizado, a doble ciego, multicéntrico, controlado con placebo y en fase uno se realizó en 3 centros en Japón a partir de agosto de 2020. Los datos de corte para el presente análisis fueron el 22 de febrero de 2021. Se incluyeron 2 cohortes, la cohorte 1 incluyó a 125 adultos sanos de 20 a 55 años y la cohorte 2 incluyó a 125 adultos de > 65 años con afecciones subyacentes bien controladas no relacionadas con un mayor riesgo de COVID-19 grave o sin estas. Los participantes fueron aleatorizados en proporción 2: 2: 1 para recibir una inyección intramuscular de 5 × 1010 PV de Ad26.COV2.S, 1 × 1011 PV de Ad26.COV2.S o placebo. Cada participante fue observado de cerca para el desarrollo de reacciones agudas durante un mínimo de 30 minutos después de la vacunación. Se pidió a los participantes que registraran los signos y síntomas de cualquier evento adverso (EA) especificado en un diario durante 7 días después de la vacunación. Se notificaron EA no especificados para cada vacunación hasta 28 días después de la vacunación (días 29 y 85 después de la vacunación primaria). Todos los demás EA graves, EA de especial interés y EA que dieron lugar a la interrupción del estudio o del tratamiento se informaron para todos los participantes desde la vacunación primaria hasta el final del estudio. La recolección de muestras de sangre para las evaluaciones de inmunogenicidad se planificó en los días 1, 15, 29, 57, 71, 85, 239 y 366 del estudio. Se consideraron pacientes con respuesta a los que presentaban niveles de anticuerpos neutralizantes por debajo del límite mínimo de detección antes de la aplicación y por encima después de ella, o a quienes presentaban niveles por encima del límite mínimo de detección antes de la aplicación y niveles 4 veces superiores luego de la misma, independientemente de los valores absolutos.
Resultados
Doscientos participantes recibieron Ad26.COV2.S y 50 recibieron placebo. El uso de antipiréticos o analgésicos se observó con mayor frecuencia en el grupo que recibió 1 × 1011 PV que en el grupo que recibió 5 × 1010 PV en ambas cohortes. El uso de antipiréticos o analgésicos fue menos frecuente después del refuerzo que después de la vacunación primaria en ambos grupos de vacunas en ambas cohortes. Después de la vacunación primaria o de refuerzo con Ad26.COV2.S, el EA local especificado con mayor frecuencia en ambas cohortes fue el dolor en el lugar de vacunación, con una mediana de duración de 2 a 4 días. Después de la vacunación primaria, una pequeña proporción de receptores de la vacuna informó eritema, hinchazón e induración en el lugar de vacunación. Los EA sistémicos especificados más frecuentes fueron fatiga, mialgia y cefalea. Los EA sistémicos especificados fueron menos frecuentes en la cohorte 2 en comparación con la cohorte 1.
Para el día 15, después de una dosis única de Ad26.COV2.S (14 días después de la vacunación primaria), se detectaron títulos de anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 en > el 90 % de los participantes, independientemente de la dosis de la vacuna o la edad. Después de la vacunación primaria, los niveles de anticuerpos neutralizantes y de unión aumentaron hasta el día 57 (después de la vacunación primaria) en ambas cohortes. Catorce días después del refuerzo (Día 71), los títulos medios geométricos (TMG) de anticuerpos neutralizantes casi habían alcanzado su valor máximo en la cohorte 1 (5 × 1010 PV: TMG: 1049; 1 × 1011 PV: TMG: 1470) y alcanzó su punto máximo en la cohorte 2 (5 × 1010 PV: TMG: 504; 1 × 1011 PV: TMG: 651); en el día 85, los TMG habían disminuido mínimamente en la cohorte 2. Para ambas cohortes, los niveles de anticuerpos de unión alcanzaron su punto máximo en el día 71 con una disminución mínima en el día 85.
Conclusión
Una dosis única de Ad26.COV2.S seguida de un refuerzo 56 días después induce respuestas inmunes humorales y tiene un perfil aceptable de seguridad y reactogenicidad con el nivel de dosis de 5 × 1010 PV. Se observó una mayor reactogenicidad con la dosis más alta (1 × 1011 PV) que con la más baja, lo que apoya el uso de Ad26.COV2.S a nivel de dosis de 5 × 1010 PV. Estos hallazgos respaldan continuar con la investigación de Ad26.COV2.S para la prevención de COVID-19.
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