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Introducción
La piel tiene función de barrera y participa de numerosos procesos claves para la salud. La hidratación y lubricación de la piel son fundamentales en estos procesos. El estado de la piel depende de múltiples factores. El estrés oxidativo tiene efectos perjudiciales y está asociado con diversos trastornos dermatológicos. La ingesta de una dieta equilibrada previene diversas enfermedades, incluidas las de la piel. Se ha demostrado que la ingesta inadecuada de alimentos ricos en vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes, como las vitaminas A, C, D y E, y el Cu, Mn y Zn, tiene efectos nocivos sobre la piel. La vitamina A contribuye al mantenimiento de la epidermis. La vitamina E tiene un efecto antienvejecimiento. La vitamina D tiene efectos pleiotrópicos y previene trastornos dermatológicos. A la vitamina C se le atribuyen propiedades antioxidantes positivas para la piel. Los minerales Cu y Mn participan en numerosos procesos enzimáticos claves para la piel. La piel tiene el tercer contenido de Zn más alto en el cuerpo humano. Además, este mineral regula la secreción de sebo, tiene propiedades antiinflamatorias y antipuntos negros y se utiliza en el tratamiento del acné.
El objetivo del presente estudio fue analizar la relación entre la hidratación y lubricación de la piel, la composición corporal y el consumo de ingredientes con propiedades antioxidantes (vitaminas A, C, D y E, y Cu, Mn y Zn) en mujeres jóvenes.
Métodos
El presente estudio fue realizado en Polonia. Se incluyeron 172 mujeres jóvenes estudiantes de la Universidad Médica de Bialystok, Polonia. Las participantes tenían entre 18 y 25 años, la altura variaba de 155 a 182 cm y el peso corporal variaba de 39 a 100 kg. Todas las participantes declararon que no fumaban cigarrillos.
En base a tres entrevistas nutricionales de 24 h se calculó la ingesta de vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes utilizando el programa informático Dieta 6.0. Los resultados obtenidos se compararon con el requerimiento promedio estimado e ingesta adecuada. Además, se calculó el porcentaje de personas con consumo insuficiente y suficiente. Se tuvieron en cuenta factores como la edad, el sexo y el estado fisiológico. La composición corporal se evaluó mediante análisis de impedancia bioeléctrica. La hidratación y lubricación de la piel (mejillas, mentón, párpados, antebrazo, frente, escote, nariz) se evaluaron mediante métodos corneométrico y sebumétrico, respectivamente.
Resultados
Las participantes se caracterizaron por la ingesta insuficiente de vitamina C (39.5%) y zinc (32%). La ingesta suficiente de vitamina D y E se encontró solo en el 1.2% y el 26.7% de los participantes, respectivamente. El análisis de aptitud física indicó que las mujeres eran moderadamente activas. El promedio de la masa de agua intracelular fue de 20.09 l y el de la masa de agua extracelular fue de 12.32 l. El promedio de la masa de agua corporal total fue de 32.40 kg. El promedio de líquido extracelular/liquido corporal total (LEC/LCT) fue de 0.333 y el de agua extracelular/agua corporal total (AEC/ACT) fue de 0.380.
El contenido de agua en la epidermis difería de manera significativa en las áreas evaluadas (p < 0.001). Los párpados (67.02 unidades), el cuello (62.14 unidades) y el mentón (59.66 unidades) tuvieron el mayor contenido de agua en la epidermis y presentaban piel suficientemente hidratada. La nariz (26.55 unidades) tuvo el menor contenido de agua y presentaba piel muy seca. La evaluación de la lubricación de la piel demostró que la mayor cantidad de sebo estaba presente en la nariz (105.13 μg/cm2) y la frente (103.62 μg/cm2). El grado de lubricación dependía de forma significativa del área de la piel. Se observó que el mayor porcentaje de mujeres tenía hidratación suficiente de los párpados (98.2%), el cuello (97.6%) y el mentón (96%). El 59.3% de las participantes tenían piel muy seca en la nariz. En lo referido a la lubricación, el mayor porcentaje de mujeres se caracterizó por sequedad en la piel del mentón (64.5%). La mayoría de las estudiantes tenían una hidratación cutánea suficiente (n: 166) y solo 6 estudiantes tenían piel seca. En el caso de la lubricación de la piel, 102 estudiantes tenían piel seca, 69 mujeres tenían piel normal y una tenía piel grasa. En las mujeres con piel normal (n: 69), se observó un mayor consumo de todos los ingredientes con propiedades antioxidantes que en las mujeres con piel seca (n: 102), pero estas diferencias no fueron estadísticamente significativas.
El consumo de las vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes demostró correlaciones significativas entre casi todos los componentes de la dieta, las relaciones más altas se observaron entre el consumo de Cu y Zn (r: 0.74), Cu y Mn (r: 0.66) y Mn y Zn (r: 0.62). No hubo correlaciones entre la hidratación total y la lubricación total. Se observó una correlación negativa entre la edad y la hidratación de la piel de las mejillas (r: -0.19), así como entre la hidratación corporal (piel del antebrazo y escote) y el AEC/ACT (r: -0.15). La lubricación de la piel se correlacionó de forma positiva con el LEC/LCT (r: 0.15).
La relación entre la hidratación y lubricación de la piel y el consumo de ingredientes con propiedades antioxidantes fue más notoria para las vitaminas A y E, y el Cu. Se observó una baja correlación positiva entre la hidratación total de la piel y el consumo de vitamina A (r: 0.17) y una baja correlación positiva entre la lubricación de la piel y el consumo de vitamina E (r: 0.15) y el consumo de Cu (r: 0.17).
Discusión
La lubricación e hidratación de la piel están relacionadas de forma directa con el estado nutricional y la composición corporal está relacionada de manera indirecta con los hábitos alimenticios. Se ha demostrado que la nutrición se correlaciona con el estado de la piel. En el presente estudio se observó que 102 estudiantes tenían la piel seca y 69 mujeres jóvenes tenían piel normal. Esta última rara vez se encuentra en mujeres jóvenes. Solo una participante presentó piel grasa. Las zonas de la piel mejor hidratadas fueron los párpados, el cuello, el mentón y la frente. En lo referido a la lubricación, la piel normal se registró en las mejillas y en la frente en 39.5% y el 37.8% de las mujeres, respectivamente.
El 27.3% de las participantes presentan ingesta baja de vitamina A. Casi el 40% de las mujeres consumieron muy poca vitamina C. El porcentaje de participantes que ingería suficiente vitamina E y D fue bajo, particularmente para esta última. El consumo de Cu, Mn y Zn fue de 1.0, 3.9, y 8.1 mg por día, respectivamente. Se demostró una ingesta insuficiente de Cu y Zn en el 20.9% y el 32% de las mujeres. La mayoría de las encuestadas ingerían Mn en cantidad suficiente.
Una mejor hidratación de la piel se asoció con un menor índice de edema. La hidratación de la piel se vinculó con el consumo de vitaminas A y E, y la lubricación de la piel se vinculó con el consumo de Cu. La vitamina A contribuye a la exfoliación del estrato córneo, lo que mejora la función protectora de la piel y reduce la pérdida de agua transepidérmica. La vitamina E es uno de los antioxidantes más eficaces y se ha demostrado que sella y fortalece la membrana celular, lo que causa retención de agua. El mecanismo del Cu en la lubricación de la piel está asociado con la estimulación de la proliferación de fibroblastos de la piel. Además, es un cofactor de la superóxido dismutasa y previene la peroxidación lipídica y el daño oxidativo a las membranas celulares.
A diferencia de la aplicación local, la ingestión oral de ingredientes con propiedades antioxidantes permite llegar a capas más profundas de la piel. Cuando la dieta es rica en antioxidantes, el uso de suplementos dietéticos adicionales parece innecesario. Es importante destacar que la hidratación adecuada de la piel puede verse influenciada por factores genéticos y no solo por una dieta equilibrada.
Conclusión
Los autores del presente estudio indican que las mujeres jóvenes deben ingerir productos ricos en ingredientes con propiedades antioxidantes, en particular, vitaminas liposolubles A y E, y cobre, para hidratar y lubricar de forma adecuada la piel. Más de un tercio de las participantes demostraron un consumo insuficiente de vitaminas C, D y E, así como Zn. El mayor grado de hidratación de la piel se observó en las zonas de los párpados, escote y mentón. La mayor cantidad de sebo se encontró en las áreas de la nariz y la frente. Además, el nivel de hidratación de las mejillas disminuyó con la edad.
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