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Introducción
El embarazo presenta mayores riesgos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés), incluida la hospitalización y el parto prematuro. Las vacunas contra la COVID-19 son fundamentales en este grupo poblacional. A pesar de que no hay pruebas de riesgos de seguridad para las embarazadas y sus hijos, es menos probable que las embarazadas hayan recibido una vacuna contra la COVID-19 que las no embarazadas. Estudios recientes han demostrado que los bebés se benefician de la vacunación materna contra la COVID-19. Aunque trabajos previos han documentado que una proporción significativa de personas deciden no vacunarse, se sabe poco sobre cómo evolucionaron las decisiones entre los padres biológicos a lo largo del tiempo a medida que avanzaba la pandemia y los factores clave en decisiones de retrasar o rechazar las vacunas contra la COVID-19.
El objetivo del presente estudio fue investigar la aceptación de la vacuna COVID-19 y las razones del rechazo de la vacunación durante el embarazo y el posparto.
Métodos
Se encuestó a un total de 1542 madres que dieron a luz entre 2019 y 2021 mediante la aplicación para padres Ovia, que tiene una base de usuarios representativa de los Estados Unidos. La encuesta incluía 40 preguntas sobre el estado de vacunación, incluido el mes de recepción, preguntas sociodemográficas (edad de la madre, raza/etnia, estado de residencia, lugar de residencia, estado del seguro médico, nivel de educación, estado civil e ingresos), y preguntas sobre la lactancia. El criterio de valoración primario fue la recepción de la vacuna contra la COVID-19 según el autoinforme de la encuestada de haber recibido al menos una dosis a partir de enero de 2022. Se calcularon las medias ajustadas y ponderadas a nivel nacional. Se utilizaron modelos de supervivencia y regresión logística multivariada para examinar la aceptación.
Resultados
El 70% de las encuestadas recibió al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 en enero de 2022, con una fecha de vacunación promedio de mayo 2021 para la primera dosis. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a edad materna, raza/etnia, educación, estado civil, ingresos y lugar de residencia por estado de vacunación. Las encuestadas que tenían una licenciatura o un título de posgrado tenían una probabilidad significativamente mayor de haber recibido la vacuna en comparación con las que tenían algo de educación superior o menos (odds ratio ajustado para el título de licenciatura: 1.854, intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.19 a 2.90; odds ratio ajustado para el título de posgrado: 2.833, IC 95%: 1.69 a 4.75). Las madres que vivían en áreas rurales tenían una probabilidad significativamente menor de haber recibido la vacuna en comparación con las que vivían en áreas urbanas (odds ratio ajustado para ciudad pequeña: 0.62, IC 95%: 0.45 a 0.86; odds ratio ajustado para área rural: 0.56, IC 95%: 0.35 a 0.89).
El 56% (281/502) de las encuestadas no vacunadas consideró que la vacuna “era demasiado nueva”. Otras razones por las que no se recibió la vacuna fueron la falta de confianza en la vacuna (32%) y las preocupaciones relacionadas con los daños a la fertilidad (27%) y al lactante (36%). La razón más frecuente para no recibir la vacuna (la vacuna era demasiado nueva) fue la misma en todos los grupos raciales/étnicos. Sin embargo, el 67% (IC 95%: 61 a 73) de las encuestadas de raza blanca no vacunadas frente al 55% de raza negra o afroamericanas (IC 95%: 41 a 68) y el 55% de las latinas (IC 95%: 45 a 64) informaron esta razón.
Entre las embarazadas en 2021 cuando las vacunas contra la COVID-19 estuvieron disponibles para el público por primera vez, el 44% (258/576) recibió al menos una dosis, y el 34% (195/576) informó que el embarazo “no tuvo impacto” en su decisión de vacunarse. Hubo marcadas diferencias en la recepción y el momento de la vacuna según el nivel educativo. Entre las que tenían un título de escuela secundaria o menos, sólo el 29% recibió al menos una dosis durante el embarazo, pero un 19% adicional recibió más de una dosis después del nacimiento. Entre las que tenían algo de educación superior, no se observó el mismo patrón, ya que sólo el 18% recibió una dosis durante el embarazo y un 1% adicional notificó más de una dosis después del parto. Entre las madres con una licenciatura o un título de posgrado, las tasas de vacunación en general fueron mayores que entre los otros grupos, y la gran mayoría de las que se vacunaron eligieron hacerlo durante el embarazo en lugar de retrasarlo hasta después del parto. Sólo 40 (7%) informaron que estar embarazadas las hizo menos interesadas en recibir la vacuna frente a 133 (23%) que informaron que estar embarazadas las hizo más interesadas en recibir la vacuna; 90 (16%) informaron que retrasaron la vacunación por su embarazo.
Conclusiones
Hubo una heterogeneidad significativa en la aceptación de la vacuna contra la COVID-19 y las actitudes hacia estas vacunas durante el embarazo por factores sociodemográficos y a lo largo del tiempo. Los expertos en salud pública deben considerar y probar enfoques más personalizados para reducir las dudas sobre las vacunas contra la COVID-19 durante el embarazo y el posparto.
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