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Introducción
Los sobrevivientes de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus silgas en inglés) incluidos aquellos que sufrieron una enfermedad aguda leve pueden experimentar COVID prolongada. A menudo, se requiere rehabilitación para restaurar la capacidad prefuncional de los pacientes con COVID prolongada, sin embargo, ninguna intervención farmacológica o no farmacológica ha demostrado ser eficaz. Los síntomas más frecuentes de este trastorno son la fatiga y la disnea, seguidos de otros, como el dolor torácico, la mialgia, los problemas de memoria o concentración y los síntomas neuropsiquiátricos. Aunque los adultos mayores constituyen una gran proporción de las personas con COVID-19 grave, hasta el momento se sabe poco sobre la prevalencia y los factores de riesgo de la COVID prolongada sintomática entre esta población. En la mayoría de las cohortes que informaron sobre la COVID prolongada, la media de edad de los participantes fue inferior a 60 años. Para identificar las necesidades actuales y la consecuente respuesta del sistema de salud, es imperativo ampliar el conocimiento sobre la COVID prolongada en adultos mayores.
El objetivo de la presente investigación fue describir los síntomas de COVID prolongada entre los adultos mayores y evaluar los factores de riesgo de dos síntomas frecuentes de COVID prolongada: fatiga y disnea.
Métodos
El presente estudio de cohorte prospectivo multicéntrico fue realizado en Israel, Suiza, España e Italia. Se incluyeron personas con al menos 30 días desde el diagnóstico de COVID-19 que visitaron los centros de salud entre mayo de 2020 y marzo de 2021. Durante la visita a la clínica, los pacientes fueron entrevistados por un médico e informaron los síntomas de COVID prolongada mediante un cuestionario designado. Se definieron a los individuos con una alta carga de síntomas de COVID prolongada como aquellos que informan al menos 3 síntomas continuos. Además, los pacientes se sometieron a prueba de espirometría, capacidades pulmonares y capacidad de difusión durante la visita a la clínica, de acuerdo con las pautas de la American Thoracic Society. Se evaluó información sobre datos demográficos (edad, estado civil y sexo), actividad física pre-COVID-19 y post-COVID-19, índice de masa corporal (IMC), tabaquismo, comorbilidades y características del COVID-19 agudo durante visita a la clínica. La gravedad de COVID-19 se definió de acuerdo con las definiciones de la Organización Mundial de la Salud. Se compararon los síntomas de COVID prolongada entre personas mayores (edad > 65 años) y población más joven (18 a 65 años). Además, se realizó análisis univariados y multivariados para predictores de fatiga y disnea asociados con la COVID prolongada.
Resultados
Se evaluaron 2333 personas en un promedio de 5 meses (146 días; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 142 a 150) después del inicio de COVID-19. La media de edad fue de 51 años y el 20.5% tenía > 65 años. La proporción de mujeres mayores de 65 años fue menor en comparación con la proporción de mujeres del grupo más joven (39.5% frente a 51.6%, p < 0.001). Las personas mayores tenían más probabilidades de ser fumadores (41.9% frente a 29.5%, p < 0.001); no físicamente activos (49.5% frente a 28.2%, p < 0.001); y tenían tasas más altas de comorbilidades y uso de medicamentos que el grupo más joven.
En la fase aguda de la enfermedad, los adultos mayores experimentaron tasas más altas de COVID-19 grave (58.4% frente a 24.4%, p < 0.001), tasas más altas de hospitalización (79.1% frente a 39.8%, p < 0.001) y mayor duración de estadía hospitalaria (18 días frente a 13 días, p < 0.001) en comparación con las personas más jóvenes. La disnea fue el único síntoma significativamente más frecuente en los adultos mayores con COVID-19 agudo (64.3% frente a 56.6%, p: 0.035).
Los adultos mayores tenían más probabilidades de presentar síntomas de COVID prolongada, y los síntomas más frecuentes fueron la fatiga (38%) y la disnea (30%). Además, eran más propensos a quejarse de tos y artralgia, y tenían pruebas de imagen del tórax y de función pulmonar anormales. Los factores de riesgo independientes para la fatiga y la disnea por COVID prolongada incluyeron el sexo femenino, la obesidad y la mayor proximidad con el diagnóstico de COVID-19. La edad avanzada no fue un predictor independiente.
Conclusiones
Las personas mayores con COVID prolongada tienen diferentes síntomas persistentes, con deterioro pulmonar más pronunciado que las personas más jóvenes. Las mujeres y las personas con obesidad están en riesgo. Es probable que la carga algo mayor de síntomas de COVID prolongada entre los adultos mayores sea multifactorial. Se supone que juegan un papel las tasas más altas de COVID-19 grave con el posterior desacondicionamiento, la disminución de la masa muscular inicial y la reserva pulmonar, así como las comorbilidades. Se justifica investigación adicional para analizar la historia natural de la COVID prolongada entre la población de edad avanzada y evaluar posibles intervenciones destinadas a promover la rehabilitación y el bienestar. El número extremadamente alto de recuperados de COVID-19, junto con la alta prevalencia de COVID prolongada entre la población de ancianos, indica la necesidad de atención clínica y asignación de recursos para la COVID prolongada entre los adultos mayores.
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