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Introducción
Las embarazadas reciben la vacuna contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) con menos frecuencia a pesar de que tienen un mayor riesgo de resultados adversos del embarazo, incluidos partos prematuros y mortinatos. Los National Institutes of Health brindan pautas de tratamiento de COVID-19 para adultos hospitalizados. Estos recomiendan dexametasona o esteroides sistémicos alternativos y remdesivir para disminuir la gravedad de la enfermedad entre sujetos hospitalizados que requieren oxígeno suplementario o ventilación mecánica. La Society for Maternal-Fetal Medicine respalda estas pautas de tratamiento de COVID-19 y recomienda que se ofrezca remdesivir y dexametasona a pacientes embarazadas con COVID-19 que requieren oxígeno suplementario. Sin embargo, se desconoce hasta qué punto se siguen estas pautas en pacientes embarazadas hospitalizadas con COVID-19.
Los objetivos de la presente investigación fueron describir el estado de vacunación, el tratamiento y la evolución de las embarazadas hospitalizadas con COVID-19 sintomática y estimar si el tratamiento difiere según el estado del embarazo entre las pacientes elegibles para el tratamiento (es decir, que requieren oxígeno suplementario según las pautas de los National Institutes of Health en el momento del presente estudio).
Métodos
Se extrajeron de la Red de Vigilancia de Hospitalizaciones Asociadas con COVID-19 las historias clínicas completas de 2715 mujeres hospitalizadas de 15 a 49 años con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) confirmada por laboratorio entre enero y noviembre de 2021. De éstas, 1950 mujeres tenían síntomas de COVID-19 al ingreso y 336 estaban embarazadas. Se calcularon estimaciones de prevalencia ponderadas de características demográficas y clínicas, estado de vacunación y resultados entre embarazadas con síntomas de COVID-19 al ingreso. Se utilizó la coincidencia de puntaje de propensión para estimar los índices de prevalencia y los intervalos de confianza del 95% (IC 95%) de las pacientes elegibles para el tratamiento que recibieron remdesivir o esteroides sistémicos por estado de embarazo. Entre las embarazadas, se recopiló la edad gestacional en semanas al momento de la admisión hospitalaria sobre la base de la historia clínica, que se utilizó para clasificar a las pacientes en primer (< 14 semanas), segundo (14 a 27 semanas) y tercer (> 28 semanas) trimestre. Además, se recopiló información sobre las afecciones asociadas con el embarazo y la pluralidad (único, múltiple o desconocido).
Resultados
Entre 336 embarazadas hospitalizadas con COVID-19 sintomática, el 39.6% eran negras no hispanas, el 24.8% eran hispanas o latinas y el 61.9% tenían entre 25 y 34 años. Entre aquellas con estado de vacunación contra la COVID-19 conocido, el 92.9% no estaba vacunada. Las mujeres en el primer y tercer trimestre de gestación tenían más y menos probabilidades de presentar síntomas, respectivamente, que las del segundo trimestre de gestación. Las mujeres con enfermedad hepática tenían más probabilidades de ser sintomáticas en comparación con aquellas sin enfermedad hepática. La mayoría (70.7%) fueron hospitalizadas durante el tercer trimestre. Las afecciones asociadas con el embarazo más prevalentes fueron los trastornos hipertensivos del embarazo (10.3%) y la diabetes mellitus gestacional (5.9%). La duración media de la estadía hospitalaria fue de tres días en general y de cuatro para los pacientes en la unidad de cuidados intensivos. Ninguna embarazada completamente vacunada fue admitida en la unidad de cuidados intensivos. Ocho de las nueve mujeres completamente vacunadas dieron a luz durante su hospitalización; siete fueron nacidos vivos a término, uno fue un nacido vivo pretérmino y un embarazo terminó por aborto inducido. En el análisis de sensibilidad que utilizó datos solo de mayo a noviembre de 2021, cuando las vacunas estaban más disponibles para las embarazadas, el 89.3% no estaba vacunada.
Un tercio de las mujeres sintomáticas (32.7%) eran elegibles para el tratamiento. Entre las embarazadas elegibles para el tratamiento, el 74.1% recibió esteroides sistémicos y el 61.4% recibió remdesivir. Entre aquellas gestantes sintomáticas que recibieron esteroides sistémicos, el administrado con mayor frecuencia fue la dexametasona (90.1%). Entre las que recibieron dexametasona y tuvieron un nacido vivo (n = 39), el 55% tuvo partos prematuros. Entre las 123 embarazadas que eran elegibles para el tratamiento, el 22.2% no recibió ni remdesivir ni esteroides sistémicos.
Entre las pacientes que ya no estaban embarazadas al momento del alta (n = 180), 5.4% tuvieron abortos espontáneos y 3.5% mortinatos. De los 159 nacidos vivos, 29% fueron prematuros. En la cohorte emparejada por puntaje de propensión de mujeres hospitalizadas elegibles para el tratamiento en edad reproductiva, las embarazadas tenían menos probabilidades que las no embarazadas de recibir remdesivir (razón de prevalencia: 0.82; IC 95%: 0.69 a 0.97) y esteroides sistémicos (razón de prevalencia: 0.80; IC 95%: 0.73 a 0.87).
Conclusiones
La mayoría de las embarazadas hospitalizadas con COVID-19 sintomática no estaban vacunadas. Además, las embarazadas hospitalizadas tenían menos probabilidades de recibir remdesivir y esteroides sistémicos recomendados en comparación con mujeres no embarazadas hospitalizadas similares. Estos resultados subrayan la necesidad de identificar oportunidades para mejorar la vacunación contra la COVID-19, la implementación del tratamiento de embarazadas y la inclusión de embarazadas en ensayos clínicos.
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