Resúmenes amplios

CEFALEA CERVICOGÉNICA Y TAMIZAJE: IMPORTANCIA DEL DIBUJO DEL DOLOR


Stockholm, Suecia:
En pacientes con fatiga crónica con patrón de dolor tipo C2 (cefalea cervicogénica), el dibujo del dolor es útil como herramienta de tamizaje.

Journal of Pain Research 152547-2556

Autores:
Bernhoff G, Huhmar HM, Bunketorp Käll L

Institución/es participante/s en la investigación:
Karolinska Institutet

Título original:
The Significance of Pain Drawing as a Screening Tool for Cervicogenic Headache and Associated Symptoms in Chronic Fatigue

Título en castellano:
Relevancia del Dibujo del Dolor como Herramienta de Tamizaje para la Cefalea Cervicogénica y los Síntomas Asociados en la Fatiga Crónica.

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.31 páginas impresas en papel A4

Introducción 

El síndrome de fatiga crónica (SFC), también denominada encefalomielitis miálgica (EM), se caracteriza por malestar luego del ejercicio, fatiga intensa, trastornos del sueño y dolor, entre otros síntomas. Estos pacientes tienen una muy mala calidad de vida.

La cefalea que se origina en la unión craneocervical se debe a distintas enfermedades que involucran a los tejidos de la región, como los músculos, los ligamentos y los nervios. Se estima que la cefalea cervicogénica parte de la irradiación de los nervios espinales C1 a C3, desde la región nucal y se disemina al cuero cabelludo y la frente, la región temporal y los ojos, entre otros.

El dibujo del dolor es una parte importante de la evaluación clínica porque ayuda a determinar si es de tipo neuropático. En un estudio previo, el uso de este método en el diagnóstico de la cefalea halló que la localización del dolor en pacientes con migraña se ubicó principalmente en la región frontal y la región temporal, mientras que en la forma cervicogénica se ubicó en la región suboccipital. El involucramiento de la segunda raíz cervical podría identificarse por el patrón de dolor característico y por síntomas como los mareos. La información de la función del sistema de equilibrio la brinda los mecanorreceptores de las articulaciones cervicales superiores y los tejidos blandos mediados por C2. 

El objetivo de este estudio fue evaluar el significado del dibujo del dolor como método de tamizaje en la cefalea cervicogénica, analizar si existe una asociación entre los mareos y el desequilibrio y el patrón tipo C2 de dolor y comparar los subgrupos según el dibujo del dolor en relación con las características nociceptivas y la calidad de vida.

 

Materiales y métodos

El diseño del estudio fue transversal, de tipo no experimental, y se realizó en un único centro, una clínica especializada en SFC/EM que evalúa pacientes con fatiga persistente en Suecia. Los participantes incluidos, mayores de 18 años, con sospecha de SFC o EM dieron un consentimiento informado para participar desde febrero de 2019 hasta marzo de 2020. Los criterios de inclusión fueron la fatiga intensa, que afectara la función mental o física durante al menos 3 meses, en tanto que los criterios de exclusión fueron la presencia de una enfermedad que no fuera compatible con el estudio (como el consumo de alcohol o drogas o enfermedades psiquiátricas graves, entre otras) y la dificultad para comunicarse en inglés o sueco. La población total abarcó a 278 participantes.

Variables

Cefalea. Para la evaluación se presentaron dos siluetas del cuerpo humano. Las marcas en cualquier sector de la cabeza, como el cuero cabelludo y la cara, se interpretaron como cefalea. Para responder al objetivo del estudio se utilizó una clave estandarizada de tamizaje del patrón de dolor de tipo C2.

Según el dibujo del dolor, los pacientes fueron clasificados en tres subgrupos: cefalea cervicogénica (patrón de dolor C2), cefalea (sin patrón C2) y dibujo sin cefalea.

Intensidad del dolor. Los pacientes informaron la intensidad del dolor al momento del estudio según una escala visual analógica de 100 mm.

Extensión del dolor corporal. El dibujo se dividió en 45 sectores anatómicos y a cada región se le asignó un área de superficie que sumó de 0% a 100%.

Mareos y desequilibrio. Estos aspectos se evaluaron en la primera visita del paciente y se registraron en la historia clínica.

Calidad de vida relacionada a salud. Este parámetro se evaluó con la escala visual analógica de 100 mm EuroQoL.

 

Resultados

Durante 13 meses fueron incluidos 278 pacientes; finalmente, 275 participantes formaron parte del estudio. Cada uno de los 275 dibujos tuvo una distribución única de las marcas sobre la figura. Los dibujos con mayor extensión de dolor incluyeron todos los cuadrantes del cuerpo y el área axial. El 96% de los pacientes evaluados estuvo de acuerdo con la interpretación de los dibujos en función del patrón de dolor tipo C2. Ciento dieciséis participantes (42%) realizaron marcas que se correspondieron con un patrón de dolor específico tipo C2.

El 25% de los pacientes en la primera consulta informó que presentaba mareos o desequilibrio, mientras que el 75%, no. Se observó una asociación sólida entre el mareo o el desequilibrio con el patrón de tipo C2 en comparación con el grupo sin cefaleas. No hubo diferencias entre los hombres y las mujeres. En el caso de las cefaleas sin patrón de dolor C2, el riesgo de presentar mareos pareció mayor para los pacientes que indicaron ausencia de cefaleas en los dibujos.

El grupo que tuvo un patrón predefinido tipo C2 presentó mayor intensidad del dolor y mayor extensión en todo el cuerpo en comparación con otros grupos. El grupo que presentó un patrón de dolor tipo C2 en los dibujos tenían una calidad de vida significativamente peor que aquellos que no presentaban cefaleas, según el dibujo.

 

Discusión

Los hallazgos del presente estudio demostraron que el patrón C2 (cefalea cervicogénica) determinada por el dibujo del dolor fue frecuente en los pacientes con fatiga crónica. Los mareos y el desequilibrio fueron más frecuentes en este grupo en comparación con los pacientes que no tuvieron un patrón de dolor tipo C2. El dolor informado por el paciente fue más intenso en aquellos que presentaban este tipo de dolor. Estos resultados implican que parece estar involucrado el compromiso de los nervios cervicales en pacientes con SFC que presentan cefalea cervicogénica. Este hallazgo ya se había informado anteriormente. Asimismo, la relación entre los mareos o el desequilibrio y la cefalea cervicogénica coincide con los resultados brindados por estudios previos que incluyeron dolor de tipo latigazo, además de EM o SFC.

En una investigación previa también se halló una alteración en el equilibrio en la bipedestación en pacientes con SFC, además de la disminución de la función vestibular, que estaría asociada con la fibromialgia.

La calidad de vida fue menor en el grupo con cefaleas con patrón de dolor tipo C2 en comparación con el grupo sin cefaleas, lo que coincide con estudios previos que evaluaron los efectos negativos sobre la percepción de la salud a partir de las cefaleas.

El uso del dibujo del dolor para evaluar a los pacientes con SFC también se utilizó en trabajos previos. Un estudio de casos que incluyó a 12 pacientes con fibromialgia evaluó el tratamiento del dolor en función del dibujo.

Algunas de las fortalezas del presente estudio fueron que la variable de los mareos no tuvo sesgo inducido por la atención. También, se decidió no incluir datos del cuestionario previo a la admisión del paciente y de la sección de manifestaciones autonómicas (mareo), que probablemente no tuvieron validez. Las limitaciones del estudio fueron que los datos provinieron de las historias clínicas y fueron registrados por distintos médicos, por lo que no se puede descartar que los mareos o el desequilibrio se observaran en más pacientes.

La asociación presentada entre el mareo y el desequilibrio y el patrón de dolor tipo C2 sostiene limitadamente que el patrón de dolor C2 sea específico y potencialmente valioso como herramienta para comprender la fisiopatología de las cefaleas y otros trastornos asociados.

 

Conclusiones

Los autores concluyeron que, en pacientes con fatiga crónica y patrón de dolor tipo C2 (cefalea cervicogénica), el dibujo del dolor es útil como herramienta de tamizaje para los signos que se asocien con dolor neuropático o de mayor gravedad, mareos y disminución de la calidad de vida. Además, consideran que la detección de estos síntomas es clave para implementar una estrategia terapéutica.



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