Introducción 

El 8 de diciembre de 2020, el Reino Unido comenzó a administrar vacunas contra la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés). Las vacunas administradas han demostrado tener una alta eficacia en los ensayos y efectividad en la atención de rutina contra la mortalidad y la hospitalización por COVID-19. Sin embargo, también es importante considerar su seguridad, que es difícil de evaluar en ensayos clínicos aleatorizados, ya que estos no tienen el poder estadístico suficiente para detectar eventos adversos raros. Diversos estudios han destacado la asociación entre la vacunación contra la COVID-19 y el riesgo de miocarditis, miopericarditis y otros problemas cardíacos, especialmente en personas jóvenes, pero el riesgo de mortalidad asociado no está claro. Dado que las personas más jóvenes tienen un menor riesgo de hospitalización y mortalidad por COVID-19, el riesgo de mortalidad asociado con la vacunación es potencialmente más importante para ellos a la hora de equilibrar el riesgo y el beneficio de la vacunación. Las comparaciones del riesgo de muerte en jóvenes vacunados y no vacunados están sujetas a confusión, particularmente debido a la priorización, entre los jóvenes, de aquellos con afecciones de salud subyacentes.

El objetivo de la presente investigación fue evaluar si hay un cambio en la incidencia de muerte cardíaca y por todas las causas en jóvenes después de la vacunación contra la COVID-19 o la infección por SARS-CoV-2 en individuos no vacunados.

Métodos

Se realizó un estudio de serie de casos autocontrolados sobre la base de los datos de registros de salud electrónicos vinculados a nivel nacional en Inglaterra. La población de estudio incluyó individuos de 12 a 29 años que recibieron al menos una dosis de la vacuna contra la COVID-19 y fallecieron entre el 8 de diciembre de 2020 y el 2 de febrero de 2022 y se registraron antes del 16 de febrero de 2022 dentro de las 12 semanas posteriores a la vacunación (primera, segunda o tercera dosis o refuerzo) contra la COVID-19, e individuos de 12 a 29 años que fallecieron dentro de las 12 semanas posteriores a la prueba positiva de coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés).

El criterio de valoración principal fueron las muertes cardíacas y por todas las causas que se produjeron dentro de las 12 semanas posteriores a la vacunación contra la COVID-19 o infección por SARS-CoV-2. El tiempo de seguimiento se restringió a 12 semanas para minimizar el impacto de la demora en el registro, donde era menos probable que se anotaran las muertes que se produjeron en las últimas semanas del calendario. El período de seguimiento se dividió en semanas: el período de riesgo se definió como las primeras seis semanas después de la vacunación, el período de referencia como las siguientes seis semanas. Los análisis se estratificaron por sexo, grupos de edad, tipo de vacuna y última dosis de vacunación recibida.

Resultados

De las 585 muertes que se registraron dentro de las 12 semanas posteriores a recibir una vacuna contra la COVID-19, 105 se debieron a un evento cardíaco. De los fallecidos, 54 (9.3%) tenían entre 12 y 17 años, 262 (44.8%) entre 18 y 24 años y 269 (46%) entre 25 y 29 años; 352 (61%) eran varones. De las 212 muertes producidas dentro de las 12 semanas posteriores a una prueba positiva para SARS-CoV-2 tomada a partir del 9 de septiembre, 22 se debieron a un evento cardíaco.

En comparación con el período inicial, no hubo pruebas de un cambio en la incidencia de muerte cardíaca en las seis semanas posteriores a la vacunación, ya sea para cada una de las semanas 1 a 6 o para todo el período de seis semanas. Hubo una disminución en el riesgo de muerte por todas las causas en la primera semana después de la vacunación y no hubo cambios en cada una de las semanas 2 a 6 después de la vacunación o en el período completo de seis semanas después de la vacunación. Los análisis de subgrupos por sexo, edad, tipo de vacuna y última dosis tampoco demostraron cambios en el riesgo de muerte en las primeras seis semanas después de la vacunación. Hubo un gran aumento en la incidencia de muerte cardíaca y muerte por todas las causas en el período de riesgo general después de la infección por SARS-CoV-2 entre las personas no vacunadas, con el mayor aumento driesgo durante la primera semana.

Conclusión

No hay pruebas de una asociación entre la vacunación contra la COVID-19 y un mayor riesgo de muerte en jóvenes de 12 a 29 años. Por el contrario, la infección por SARS-CoV-2 se asoció con un riesgo sustancialmente mayor de muerte relacionada con el corazón y mortalidad por todas las causas. Dado el mayor riesgo de mortalidad después de la infección por SARS-CoV-2 en este grupo, el análisis de riesgo-beneficio favorece la vacunación contra la COVID-19 en sujetos jóvenes.