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Introducción
El primer caso de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) se refirió a finales de diciembre de 2019 en la China. La enfermedad, provocada por el coronavirus 2 causantedel síndrome respiratorio agudo grave (SARS)-CoV-2, se extendió rápidamente en el mundo, y el 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el estado de pandemia.
Hasta el 4 de mayo de 2021 se habían confirmado 152534452 casos de COVID-19 en el mundo y 3544945 de casos solo en España.
Por ser una enfermedad nueva, la COVID-19 podría asociarse con angustia, ansiedad y miedo en la población general. Estudios previos han referido fuertes consecuencias sobre la salud mental, en relación con epidemias anteriores por otros coronavirus y por otros virus que motivaron, al igual que la COVID-19, medidas de distanciamiento social como prevención. Durante la epidemia de SARS en Hong Kong en 2003, se refirió un aumento del número de suicidios en la población de más de 65 años, posiblemente en relación con el aislamiento, el temor y la ansiedad. Asimismo, se han comunicado suicidios relacionados con la COVID-19 en los Estados Unidos, el Reino Unido, Italia, Alemania, Bangladesh, India y otros países. En la China se comprobó un incremento de las emociones negativas en la población general, luego de declararse la pandemia.
En los sujetos sanos, el miedo se asocia con niveles aumentados de ansiedad y estrés; en los pacientes con trastornos psiquiátricos preexistentes, el miedo exacerba los síntomas. Las consecuencias adversas son incluso más pronunciadas durante las cuarentenas. En pacientes psiquiátricos, durante el pico de la pandemia en China se refirió riesgo aumentado de síntomas de estrés postraumático, depresión, ansiedad, irritabilidad, estrés, insomnioe ideación suicida, en comparación con controles sanos.
Los pacientes con trastornos mentales graves, como los enfermos con psicosis, son particularmente vulnerables a las situaciones amenazantes, las medidas de restricción de la actividad y los cambios en las rutinas diarias. Asimismo, se refirieron casos de trastornos psicóticos breves en respuesta al estrés asociado con la pandemia por COVID-19, y también descompensación psicótica como consecuencia de las medidas de cuarentena obligatorias. El coronavirus pasó a ser un elemento importante del contenido delirante de los pacientes con psicosis.
Previamente, los autores describieron el efecto de la pandemia sobre las consultas de urgencias de psiquiatría y en la Unidad de Hospitalización Breve (UHB) durante la fase inicial. En el presente trabajo se describen los efectos de la pandemia y del confinamiento sobre la salud mental y sobre el contenido delirante en pacientes con síntomas psicóticos, a partir de los datos de pacientes asistidos en urgencias y en la UHB de un hospital terciario de Madrid (España), durante los primeros 3 meses que siguieron a la declaración del estado de pandemia de COVID-19 por la OMS, es decir entre el 11 de marzo y el 11 de junio de 2020.
Pacientes y métodos
El presente estudio se realizó en el contexto de una investigación más amplia, transversal, observacional y retrospectiva. Se incluyeron todos los pacientes de más de 18 años asistidos en el servicio deurgencias psiquiátricas del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (HUPH) en el período señalado. Se tuvieron en cuenta las variables sociodemográficas, como la edad, el sexo y el área de referencia hospitalaria en salud, y los antecedentes clínicos, como el motivo de consulta, el diagnósticoy el tipo de consulta (voluntaria o involuntaria). También se consideraron aspectos relacionados con la COVID-19 y con la presencia o ausencia de contenido psicopatológico asociado.
Resultados
Durante el período de estudio se asistieron 414 pacientes, 129 de los cuales ingresaron en la UHB del hospital. Se realizó reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para COVID-19 en el 86.0% (n = 111) de los casos, con resultados negativos en todos ellos.
En el transcurso de los 3 meses del estudio, el 20.9% (n= 27) de los pacientes internados consultaron por algún motivo directamente relacionado con la pandemia. Al considerar el contenido del pensamiento, en el 14.7% (n= 19) de los pacientes se comprobó que este estuvo predominantemente asociado con el coronavirus. Se describen los 4 casos más representativos de los 19 pacientes ingresados.
Caso 1
La paciente de 25 años del personal sanitario ingresó el 17 de marzo por un episodio maníaco con síntomas psicóticos. La mujer había experimentado un cambio de comportamiento en las últimas 3 semanas. Presentaba un discurso verborreico, prolijo, tangencial, con asociaciones laxas y pérdida del hilo conductor. Presentaba delirio místico o religioso, y creía estar infectada por el coronavirus, motivopor el cual pedía distanciamiento.
Caso 2
El paciente de 34 años ingresó desde urgencias el día 18 de marzo por un episodio maníaco con síntomas psicóticos. El paciente mantenía un discurso circunstancial con asociaciones laxas, con contenido megalomaníaco. Hacía referencia a temas mesiánicos. Los familiares refirieron desorganización conductual de dos semanas de evolución con episodios de heteroagresividad verbal hacia supareja y otros integrantes de la familia, con conductas extrañas.
Caso 3
El paciente de 34 años ingresó el 24 de marzo de 2020 por un episodio psicótico con síntomas maníacos relacionados con consumo de tóxicos. Refirió que en el mes de febrero comenzó a darse cuenta, gracias a un compañero de trabajo de procedencia china, de todo lo que iba a ocurrir en el mundo. Aseguraba que podría anticiparse a todo lo que iba a ocurrir. Su mujer refirió que, desde el confinamiento en el domicilio por la pandemia y por el aumento de noticias relacionadas con este tema, el paciente comenzó a presentar alteraciones francas de la conducta. Presentaba trastornos del ritmo del sueño (4 horas cada 2 días). Relataba un ánimo expansivo y eufórico, con un discurso verborreico centrado en soluciones para los problemas del mundo.
Caso 4
El paciente de 30 años ingresó el 26 de marzo de 2020 por un episodio maníaco con síntomas psicóticos. La familia refirió que, desde hacía 4 días, el paciente estaba más agresivo, agitado y con ideas extrañas. Se constató discurso saltígrado, verborreico, con marcada inestabilidad de la atención y pérdidas del hilo conductor.
Conclusión
En el presente estudio se prestó especial atención al contenido del delirio en pacientes con síntomas psiquiátricos. Se confirma la interacción entre la psicopatología humana y la realidad social y cultural. Se detectó longitudinalmente un cambio en el contenido de los delirios primarios en el transcurso de las semanas de pandemia, tal vez en respuesta a las circunstancias ambientales. De hecho, la situación social y política y el progreso tecnológico pueden modificar las creencias delirantes, en los pacientes psiquiátricos. Hace cientos de años, el principal contenido delirante tenía que ver con el control, la persecución, las situaciones sobrenaturales y la brujería. Entre 1950 y 1995, diferentes grupos de Europa describieron la inclusión de las nuevas tecnologías e innovaciones culturales en los delirios de pacientes con esquizofrenia. Asimismo, en la década de 1990 destacaron los delirios relacionados con diversos eventos sociopolíticos.
Las consecuencias de la pandemia de COVID-19 sobre las enfermedades mentales en general y sobre la psicosis en particular, todavía no se conocen con precisión. La posibilidad de evolución fatal de la infección y las medidas de protección social generan importante estrés psicosocial y podrían desencadenar una psicosis reactiva breve.
Asimismo, en los pacientes con trastornos psicóticos previos es común la incorporación del coronavirus a los delirios o las alucinaciones. De hecho, en la segunda semana que siguió a la declaración del estado de alarma, el 100% de los pacientes internados tenían contenido delirante vinculado con el coronavirus.
En el estudio se analizaron las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en los desencadenantes de la psicopatología y el contenido delirante de los pacientes con síntomas psicóticos, atendidos durante los primeros 3 meses en un hospital terciario de Madrid.
En el primer mes, la COVID-19 condicionó el contenido delirante del 38.5% de los pacientes ingresados y fue un desencadenante directo de las consultas en el 46.2% de los casos. Durante la segunda semana, afectó al 100% de los pacientes en ambos casos. Luego, se observó un descenso progresivo y significativo; l aCOVID-19 fue el factor desencadenante en el 17.6% y en el 11.5% de las consultas en el segundo y el tercer mes, y el condicionante del contenido delirante en el 13.7% y el 3.8% de los casos, respectivamente.
Los resultados confirman que la pandemia afecta la patoplastia del delirio. El contenido delirante de los pacientes ingresados con síntomas psicóticos se ve rápidamente condicionado, tal vez en relación con el cambio radical de vida, sin transición ni preparación previa, en el transcurso de solo 3 días entre la declaración de la pandemia y del estado de alarma. Si bien un elevado porcentaje de las consultas en el período inicial estuvo directamente motivado por el coronavirus, en la medida en que la pandemia evolucionó aparecieron otros factores de estrés vinculados con la convivencia, la falta de actividad, las dificultades económicas y las condiciones socioculturales de cada paciente.
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