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Introducción
Una gran proporción de pacientes graves con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) presentan insuficiencia circulatoria y requieren infusiones de catecolaminas. La COVID-19 puede afectar la función cardíaca por diferentes mecanismos, pero en la actualidad no hay información clara sobre la función cardíaca y los patrones ecocardiográficos en pacientes críticos con COVID-19. Los hallazgos ecocardiográficos se informaron principalmente en sujetos que no estaban en estado crítico y, con frecuencia, sin ninguna evaluación cuantitativa. Dada la tasa de mortalidad en estos pacientes, se requiere de manera urgente datos para comprender mejor esta nueva enfermedad y mejorar el soporte hemodinámico.
El objetivo de la presente investigación fue informar los patrones de disfunción del ventrículo izquierdo (VI) y del ventrículo derecho (VD) en la primera ecocardiografía posterior al ingreso en la unidad de cuidados intensivos (UCI), en sujetos con COVID-19 grave.
Métodos
El presente estudio observacional, longitudinal y retrospectivo recopiló información ecocardiográfica y clínica de pacientes graves con COVID-19, ingresados en 14 UCI de 8 países. Se incluyeron pacientes consecutivos con COVID-19 confirmada ingresados en la UCI, y a los que se les hizo al menos una ecocardiografía, ya sea transtorácica o transesofágica, durante su estadía, entre el 1 de febrero de 2020 y el 30 de junio de 2021. Se tomaron imágenes de los pacientes como parte de la atención de rutina y se capturaron datos de sujetos no identificables. Los datos clínicos y ecocardiográficos se recopilaron al menos una vez durante la estadía en la UCI, sin embargo, en el presente estudio solo se informan los resultados del primer examen ecocardiográfico. Además, se registró la duración de la estadía en la UCI y el resultado. Los datos clínicos y ecocardiográficos se cargaron utilizando una base de datos electrónica segura basada en la web. Se recopilaron parámetros ecocardiográficos para la función del VI, la función del VD y el estado hemodinámico. El cor pulmonale agudo (CPA) se definió como la presencia de movimiento septal paradójico y la relación entre el área telediastólica del VD y el VI > 0.6. Además de la investigación planificada de la asociación entre los parámetros de ventilación mecánica y la función del VD, también se realizaron análisis exploratorios de asociación entre el resultado y la función cardíaca izquierda y derecha global teniendo en cuenta la edad.
Resultados
Se incluyeron 677 pacientes. La mayoría de los pacientes (n = 641, 94.7%) eran de centros de salud europeos. Utilizando el 1 de agosto de 2020 como fecha de demarcación arbitraria, el número de pacientes incluidos en la primera y segunda/tercera oleada de COVID-19 fue de 336 y 341, respectivamente. Los individuos mayores de 60 años constituyeron la mayoría de los ingresos. La mitad de los pacientes tenían síntomas de COVID-19 durante 8 días antes de la admisión en la UCI. La mediana de edad fue de 65 años y el 71% eran varones. De los 675 pacientes con datos sobre comorbilidades, 487 (72%) tenían al menos una comorbilidad. Las comorbilidades más frecuentes fueron hipertensión (58%) y diabetes (30%). Un total de 102 (17%) tenían antecedentes de miocardiopatía; 241 pacientes tomaban inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, bloqueantes de los receptores de angiotensina o ambos, y 146 tomaban betabloqueantes.
Alrededor de dos tercios de los pacientes (n = 467, 69%) recibían ventilación mecánica. Doscientos setenta y siete (41%) enfermos estaban recibiendo noradrenalina sola o en combinación con otro inotrópico o vasopresor. Diecinueve pacientes recibieron oxigenación por membrana extracorpórea.
En la mitad de los sujetos, la primera ecocardiografía se realizó los dos primeros días de ingreso en la UCI, y en el 80% se realizó el día 5 o antes. La mayoría de los pacientes estaban en ritmo sinusal (91.8%). Se encontró disfunción sistólica del VI o del VD, o de ambos, en 234 (34.5%) individuos.
Un total de 149 (22%) pacientes tenían disfunción sistólica del VI (con disfunción del VD o sin esta), sin dilatación del VI ni elevación de la presión de llenado. En 152 (22.5%) sujetos se observó disfunción sistólica del VD. En 517 pacientes con información sobre el movimiento septal paradójico y el tamaño cuantitativo del VD, 90 (17.4 %) tenían CPA. Una proporción significativa de enfermos con disfunción del VD (57%) no experimentó CPA, y no hubo asociación entre la función visual del VD y la embolia pulmonar (odds ratio: 0.614; intervalo de confianza del 95%: 0.319 a 1.223). El CPA se asoció con ventilación mecánica (odds ratio > 4), el embolismo pulmonar (odds ratio > 5) y el aumento de la presión parcial de CO2.
Los análisis exploratorios demostraron que los pacientes con CPA y de mayor edad tenían más probabilidades de morir en el hospital (incluida la UCI). La disfunción sistólica visual del VI se asoció con mortalidad hospitalaria, pero esta correlación desapareció después de ajustar por edad. No se observó una asociación significativa entre la disfunción visual del VD y la mortalidad.
Conclusión
Casi un tercio de los pacientes con COVID-19 en estado crítico muestra función sistólica anormal del VI, del VD o de ambos en su primera evaluación ecocardiográfica. Mientras que la disfunción sistólica del VI parece similar a la miocardiopatía séptica, la disfunción sistólica del VD se relacionó con la sobrecarga de presión debida a la ventilación con presión positiva, la hipercapnia y la embolia pulmonar. El CPA y la edad, pero no la disfunción del VI, parecen estar asociados con la mortalidad en pacientes con COVID-19 grave admitidos en la UCI.
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