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Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), provocada por el coronavirus causante del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2) llevó a que millones de cirugías electivas fueran canceladas alrededor del mundo. Un estudio demostró una mortalidad elevada y tasas altas de complicaciones respiratorias en pacientes perioperatorios infectados por el SARS-CoV-2.
El uso de la anestesia general necesita de intervenciones en las vías respiratorias que generan aerosoles, y los datos informados durante la pandemia de COVID-19 señalaron que el personal de salud tuvo mayor riesgo de contraer infecciones respiratorias durante la intubación traqueal, en comparación con aquellos que no estuvieron expuestos a tal procedimiento.
Aunque un estudio demostró menos complicaciones respiratorias en pacientes COVID-19 positivos con el uso de anestesia regional (neuroaxial o bloqueos de nervios periféricos) durante la pandemia, no hay evidencia firme que recomiende el uso de este tipo de anestesia sobre la general.
Aunque varios factores quirúrgicos, médicos y del paciente afectan la elección de la técnica anestésica, la preferencia del paciente y la comodidad del médico con la técnica juegan un papel vital en la decisión final. Los autores publicaron recientemente una declaración de posición y una revisión de la evidencia sobre la práctica de la anestesia regional durante la pandemia de COVID-19, con el objetivo de proporcionar parámetros de práctica a los profesionales. Asimismo, estructuraron una encuesta para evaluar las preferencias y actitudes de los anestesiólogos de tres diferentes sociedades, y el impacto de la primera ola de la pandemia en la que solo se realizaban intervenciones quirúrgicas importantes.
Metodología
Un comité de anestesiólogos experimentados y un profesional estadístico desarrollaron el cuestionario de 19 preguntas, las cuales abordaron los aspectos más importantes de la práctica de la anestesia regional durante la pandemia. Una vez aprobada la encuesta, se ofreció en línea para los miembros de la American Society of Regional Anesthesia and Pain Medicine (ASRA), la Regional Anaesthesia-UK (RA-UK) y la European Society of Regional Anaesthesia & Pain Therapy (ESRA). Algunos de los dominios evaluados fueron: información de los participantes, entornos de la práctica, preferencia del tipo de anestesia antes y durante el pico de COVID-19, igualdad de oportunidades entre la anestesia regional y la neuroaxial, práctica de bloqueo de los nervios periféricos antes y durante el pico de la pandemia, y razones para apoyar la elección de anestesia primaria y bloqueo periférico durante el pico de pandemia, entre otros.
Las variables categóricas se presentaron como recuentos y porcentajes válidos, y se evaluó la relación entre el mayor uso de bloqueos nerviosos periféricos o neuroaxiales durante la pandemia de COVID-19 y las características y preferencias de los participantes antes de la pandemia, utilizando la V de Cramer. Se utilizó la prueba de chi al cuadrado de Pearson para evaluar las relaciones entre las variables categóricas. Los autores seleccionaron las variables que se encontraron en el análisis bivariado asociadas con mayor uso de anestesia regional a un nivel permisivo de p < 0.25.
Resultados
Del total de 8572 correos electrónicos enviados a todos los miembros de las diferentes asociaciones, la encuesta fue completada por 729 participantes, de los cuales el 63.4% eran hombres y el 35.8%, mujeres. Asimismo, el 87.7% se identificó como personal de anestesia. El 85.6% de los encuestados prefería la anestesia regional y el 14.4%, la general; antes de la pandemia, el 78.2% realizaba la técnica neuroaxial en el quirófano, mientras que el 10.4% la efectuaba en el área de bloqueo designada; el 88.7% informó realizar bloqueos de los nervios periféricos como principal alternativa, y el 55.1% la ejecutaba en el quirófano o en la sala de anestesia.
Durante la pandemia se presentaron cambios en la práctica de la anestesia neuroaxial y bloqueos de nervios periféricos: el 52% de los participantes informó uso ampliado de la técnica neuroaxial; el 45% aumentó el uso de bloqueos de nervios periféricos; la práctica de la anestesia regional se expandió en algunos casos y permaneció igual en otros; solo el 2% de los encuestados disminuyó el uso de la anestesia regional, en comparación con el período anterior a la pandemia, y del 11.7% al 13.7% utilizaron una sala de presión negativa para realizar la técnica regional.
Las principales razones del aumento de la anestesia regional fueron reducir los procedimientos que generan aerosoles y mitigar el riesgo de las posibles complicaciones para los pacientes.
En cuanto a las preguntas acerca del desempeño de la anestesia regional, el uso de equipo de protección personal (EPP) y oxigenoterapia, aproximadamente el 70% de los encuestados realizó procedimientos en el quirófano durante el pico de la pandemia. Asimismo, aproximadamente el 70% de los encuestados tuvo precauciones para evitar las infecciones transmitidas por aire en los paciente bajo anestesia regional. El 76% de los participantes intentó minimizar el flujo de oxígeno si el paciente necesitaba oxígeno suplementario durante la cirugía. Los métodos de administración de oxígeno más comunes fueron las cánulas nasales con máscara quirúrgica (60.8%) y la máscara de oxígeno (21.0%). Entre el 11.7% y el 13.7% de los participantes utilizaron una sala de presión negativa para realizar procedimientos de anestesia regional.
El aumento de la edad se asoció con menor probabilidad de elevar la práctica de la anestesia neuroaxial durante la pandemia de COVID-19 (odds ratio [OR]: 0.96; intervalo de confianza [IC] del 95%: 0.94 a 0.99; p = 0.01). Practicar en una clínica privada (OR: 2.02; IC 95%: 1.05 a 3.87; p = 0.03) y el mayor uso de bloqueos nerviosos periféricos durante la pandemia (OR: 14.86; IC 95%: 9.15 a 24.16; p < 0.001) fueron predictores independientes de mayor uso de técnicas neuroaxiales.
La práctica en el Reino Unido se asoció marginalmente con mayor utilización de técnicas neuroaxiales, en comparación con la práctica en las Américas como región de referencia (OR: 2.36; IC 95%: 0.99 a 5.60; p = 0.052). No existió una asociación significativa entre cualquier área de práctica de subespecialidad en particular y el uso ampliado del bloqueo neuroaxial.
Los predictores independientes del aumento en el bloqueo de nervios periféricos fueron: el aumento de la edad, el área de práctica predominantemente obstétrica o una combinación de anestesia obstétrica y no obstétrica, y el mayor uso de anestesia neuroaxial durante la pandemia.
Practicar en un entorno de clínica privada y en una subespecialidad de práctica de cirugía general/urología se asoció de forma independiente con una probabilidad reducida de un aumento en el uso de bloqueos de nervios periféricos durante el pico de la pandemia de COVID-19.
Discusión
El cuestionario realizado por los autores reunió respuestas de una muestra internacional con un total de 76 países encuestados. Básicamente, los hallazgos encontrados señalan que más de la mitad de los participantes ampliaron su práctica de anestesia regional durante el primer pico de la pandemia de COVID-19.
Las dos razones principales fueron minimizar el riesgo de los médicos a la exposición de los procesos que generan aerosoles y mitigar las complicaciones en los pacientes. Los autores del estudio señalaron que, aun cuando las organizaciones de salud pública recomiendan evitar el contacto social siempre que sea posible, la cantidad de personas que requieren cirugía de urgencia no ha cambiado, y debido a que el número de individuos con SARS-CoV-2 aumenta en todo el mundo, cualquier alternativa para mitigar la propagación es significativa.
Las posibles explicaciones para la expansión de la anestesia neuroaxial en las clínicas privadas incluyen un intento de conservar el EPP u otros recursos ya limitados al evitar la anestesia general.
Los resultados muestran que la mayoría de los profesionales creían que la anestesia regional era más segura. Otro hallazgo llamativo fue el efecto de la edad del especialista sobre el cambio en la práctica de la anestesia, donde se puso de manifiesto que, a medida que aumentaba la edad, había más probabilidad de que se extendiera el bloqueo de nervios periféricos para la anestesia, pero esto era menos probable para la intervención neuroaxial. Lo anterior puede deberse a que los anestesiólogos mayores empleaban menos bloqueos de nervios periféricos antes de la COVID-19, en contraste con sus colegas más jóvenes.
Conclusiones
Los investigadores concluyeron que, al parecer, la anestesia regional tiene mejores beneficios sobre la anestesia general en situaciones pandémicas, y que alrededor de la mitad de los miembros de las sociedades ampliaron el uso de técnicas para sedación regional. Mientras nuevos estudios amplían la información, se deben realizar las preguntas indicadas con el fin de mejorar la evidencia para la toma de decisiones.
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