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Introducción
La prevalencia y la carga de dolor musculoesquelético (DME) ha aumentado significativamente en los últimos años. Esta afección compromete la movilidad, la calidad de vida y la productividad y predispone a enfermedades crónicas. La obesidad, las posturas estáticas en el trabajo, la inactividad física, el tabaquismo y el envejecimiento, así como la inflamación cardiometabólica y sistémica, son factores de riesgo de DME. Además, el comportamiento sedentario (CS) se relaciona con este trastorno. También se ha demostrado que reducir el tiempo sentado es beneficioso para la salud; sin embargo, no se ha determinado si la relación entre el CS y el DME es causal. La mayoría de los adultos que trabaja tienen un CS tanto en entornos ocupacionales como no ocupacionales. Se ha observado que el CS puede ser perjudicial o beneficioso para la salud según si se realiza en un entorno ocupacional o no ocupacional.
El objetivo del presente estudio fue analizar la asociación del CS ocupacional y no ocupacional con el DME.
Métodos
Se realizó una revisión sistemática de acuerdo con las normas Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRSIMA). La búsqueda bibliográfica se realizó en bases electrónicas de datos hasta el 17 de marzo de 2021. La búsqueda se limitó a trabajos publicados en inglés a partir del 1 de enero de 2000 en adelante. Se incluyeron estudios cuantitativos y originales que analizaron las relaciones entre el CS ocupacional y no ocupacional con el DME en adultos mayores de 18. Los trabajos debían informar cualquier tipo DME, incluidas las afecciones inflamatorias y no inflamatorias, como dolor de espalda, dolor articular/artrosis y dolor en las extremidades (excepto el dolor, agudo o reciente, atribuible a un traumatismo). Se excluyeron los estudios de afecciones clínicas específicas.
Los datos se extrajeron de manera independiente. La calidad de los estudios incluidos se analizó con una herramienta validada. El CS se estratificó en ocupacional y no ocupacional y se validó con un instrumento de medición (dispositivo y autoadministrado). El DME incluyó el dolor de espalda, cuello/hombros y extremidades (superiores e inferiores), y la artrosis de rodilla, entre otras afecciones. Cuando fue posible, se realizó un metanálisis agrupado con datos homogéneos para los resultados de CS y DME; de lo contrario, los resultados de los estudios individuales se describieron en forma narrativa. La heterogeneidad de los estudios se calculó de manera estadística.
Resultados
Se incluyeron 79 estudios para la síntesis de la información, incluidos 26 trabajos para el metanálisis. Los ensayos incluidos representaron a 36 países e incluyeron diversas profesiones y oficios. Veinticuatro estudios de observación incluyeron cohortes de la población general y 55, cohortes ocupacionales. En el primer caso, el CS se evaluó con más frecuencia (79%) en el dominio no ocupacional. Por el contrario, en los estudios de cohortes ocupacionales, el CS fue más frecuente (85%) en el dominio ocupacional. La mayoría de los estudios midieron el CS y el DME informado por los participantes. El dolor lumbar y dolor de cuello/hombro fueron los DME más investigados. Cincuenta y seis artículos tuvieron calidad alta.
Catorce estudios examinaron la asociación del CS no ocupacional con el dolor lumbar. En los ensayos transversales, 6 informaron una asociación positiva y 4 no mostraron asociación alguna. El metanálisis de los estudios transversales demostró que el CS no ocupacional se relacionó de manera positiva con el dolor lumbar (odds ratio [OR]: 1.19; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.03 a 1.38; p = 0.02), aunque se observó una heterogeneidad significativamente moderada a alta (I2: 77%, p < 0.00001). No hubo pruebas concluyentes de la asociación transversal del CS no ocupacional con el dolor de cuello u hombro. Tampoco se demostró una relación prospectiva del CS no ocupacional con el dolor de rodilla y de cadera. El CS no ocupacional se vinculó de forma transversal con la artrosis en adultos > 50 años. Así, los investigadores no pudieron demostrar que el CS no ocupacional se vincula con el dolor en las extremidades o el DME en general. Tampoco se encontraron pruebas suficientes de una asociación transversal o prospectiva del tiempo dedicado a ver televisión, leer, escuchar música, jugar videojuegos o el CS en el tiempo libre con el DME.
Tampoco se demostró una asociación transversal del CS ocupacional, medido por dispositivos, con el dolor lumbar en comerciantes y no comerciantes. Se observó que la posición sentada en el lugar de trabajo puede tener un efecto de protección contra el dolor lumbar que depende del tipo de ocupación. La asociación transversal entre el CS ocupacional y el dolor de cuello u hombro fue incongruente; sin embargo, la asociación negativa en un análisis prospectivo sugiere que existe una probable relación de protección entre la posición sentada en el lugar de trabajo con el dolor de cuello u hombro en comerciantes. Para el CS ocupacional, los estudios transversales con metanálisis indicaron una asociación transversal y significativa de la posición sentada en el lugar de trabajo, informado por los participantes, con el dolor lumbar (OR: 1.47; IC 95%: 1.12 a 1.92; p = 0.005; I2: 44%; p = 0.08). El análisis de subgrupos indicó que esta correlación fue significativa en las personas que no tenían el comercio como ocupación (OR: 1.56; IC 95%: 1.18 a 2.05; p = 0.002; I2: 31%; p = 0.20), y no significativa en aquellas que era comerciantes (OR = 1.40; IC 95%: 0.61 a 3.20; p = 0.43; I2: 70%; p = 0.07). Se observó que la posición sentada en el lugar de trabajo aumenta las probabilidades de dolor de cuello u hombro. El análisis de 5 estudios con heterogeneidad considerable no indicó una asociación entre la sedestación en el lugar de trabajo y el dolor en las extremidades (OR: 1.17; IC 95%: 0.65 a 2.11; p = 0.60); sin embargo, un análisis de subgrupos de 3 trabajos con baja heterogeneidad indicó una vinculación inversa entre la sedestación en el lugar de trabajo y el dolor en las extremidades inferiores (OR: 0.61; IC 95: 0.46 a 0.80; p = 0.0004). Los análisis prospectivos de la asociación de la posición sentada en el lugar de trabajo no fueron suficientes para demostrar la relación con el dolor lumbar, de cuello y de rodillas. Se observó una correlación transversal del tiempo frente a la computadora con el dolor de cuello u hombros, aunque solo en unos pocos estudios. Las investigaciones que analizaron la relación del tiempo sentado conduciendo y el DME no arrojan resultados concluyentes. En general, la reducción de la sedestación en el lugar de trabajo se correlaciona con la disminución del dolor lumbar y el DME en general. Para la reducción del dolor de cuello u hombros, los resultados sugieren que existe una asociación positiva con la disminución del tiempo en posición sentada en el lugar de trabajo. Además, existe una relación entre la sedestación prolongada e ininterrumpida y el DME en general. Sin embargo, no hay una correlación entre la reducción del tiempo de trabajo en posición sentada y la disminución del dolor en las extremidades.
Discusión
El presente estudio indicó que el CS no ocupacional se asocia con dolor lumbar, dolor de rodilla, artrosis y DME en general, mientras que el CS ocupacional informado por los participantes se relaciona con dolor lumbar y dolor de cuello u hombros. Por su parte, el tiempo frente a la computadora se correlaciona con el dolor de cuello u hombros. Además, se identificó que la reducción del tiempo en posición sentada en el trabajo disminuye las probabilidades de dolor lumbar, dolor de cuello u hombros y DME en general. Sin embargo, no se observó una asociación del CS no ocupacional con el DME. Del mismo modo, los resultados de los estudios prospectivos que analizaron la correlación del CS ocupacional y no ocupacional con el DME no fueron concluyentes. Sin embargo, hubo indicios de que la sedestación en el lugar de trabajo, medida por dispositivos, se asoció de manera negativa con la intensidad del dolor lumbar en los comerciantes. Los hallazgos de los análisis transversales del dolor lumbar se oponen a los de una investigación similar que incluyó a niños y adultos. Otra revisión de estudios prospectivos también informó asociaciones incongruentes del CS con el dolor lumbar.
Conclusiones
La presente revisión sistemática identificó una asociación transversal del CS ocupacional y no ocupacional con el DME. No obstante, esta relación depende del tipo y la demanda física de la ocupación involucrada, y la causalidad inversa no pudo descartarse. Se observó que la reducción de la sedestación prolongada en el trabajo disminuye las molestias y la probabilidad de DME; no obstante, hubo pruebas limitadas de una asociación prospectiva del CS con el DME. Según los investigadores, se requieren estudios adicionales para comprender mejor la asociación del CS en entornos ocupacionales y no ocupacionales con el DME.
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