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Introducción
La propagación de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por su sigla en inglés) continúa imponiendo una carga significativa para la salud pública mundial. A pesar de los esfuerzos en curso para vacunar a las comunidades contra esta enfermedad, la necesidad del uso de mascarillas faciales para controlar la pandemia sigue siendo objeto de debate. Diversos estudios han investigado el uso de las máscaras faciales y la COVID-19, cubriendo poblaciones pequeñas y poco diversas.
El objetivo del presente estudio fue examinar la asociación hipotética de los mandatos de cobertura facial con la disminución de la mortalidad por COVID-19 en 44 países de 2 continentes (Europa y Asia).
Métodos
En el presente estudio de cohorte retrospectivo, los cambios en la tasa de mortalidad diaria relacionada con la COVID-19 por millón de habitantes del 15 de febrero al 31 de mayo de 2020 se compararon entre 27 países con mandatos de mascarilla facial y 17 países sin mandatos de mascarilla facial en casi mil millones (911 446 220 en total) de personas. En todos los países, los datos de mortalidad por COVID-19 se obtuvieron desde la primera muerte confirmada por COVID-19 hasta el 31 de mayo de 2020, dentro de cada país respectivo. Esto proporcionó un rango de 54 a 107 observaciones diarias por país. La mortalidad por COVID-19 a nivel de país, el número de pruebas realizadas y casos de COVID-19 realizados, la fecha de cada país del primer caso de COVID-19, y el informe de defunción se recuperaron de la base de datos Our World in Data. Los datos y el cronograma de cada país sobre las políticas de mascarillas y la cuarentena se obtuvieron de los recursos en línea oficiales de un país determinado. Los datos demográficos y socioeconómicos se obtuvieron del Banco Mundial. El Infectious Disease Vulnerability Index se utilizó como indicador de la confianza social entre gobiernos y ciudadanos. Se aplicó un modelo longitudinal de efectos mixtos y se ajustó para más de 10 factores de confusión demográficos, sociales, clínicos y dependientes del tiempo.
Resultados
No se encontraron diferencias significativas entre las dos cohortes de países con políticas de mascarilla facial y sin esta en cuanto a su población y variables del sistema de salud. Desde el primer caso confirmado de COVID-19 hasta el 31 de mayo, hubo 2 167 664 casos confirmados de COVID-19 en los 44 países incluidos. De estos, 1 253 757 casos se produjeron en países sin mandato de mascarilla facial y 913 907 casos en países con mandato de mascarilla facial, esta diferencia fue estadísticamente significativa (p < 0.01).
La media de la mortalidad por COVID-19 por millón de habitantes fue de 288.54 en países sin políticas de mascarillas faciales y 48.40 en países con políticas de mascarillas faciales. El primer caso confirmado más temprano fue el 20 de enero de 2020 en Corea del Sur y el último fue el 9 de marzo de 2020 en Chipre. Entre los 44 países de este estudio, Rusia (7 de febrero de 2020) y Corea del Sur (15 de febrero de 2020) fueron los primeros 2 países en establecer una política de máscara facial, mientras que Grecia (4 de mayo de 2020) e Irlanda (5 de mayo de 2020) fueron los últimos. En la mayoría de los países hubo restricción de movimiento.
En los países sin mandato de mascarilla facial, el aumento del promedio diario ajustado fue de 0.1553 a 0,0017 × (días desde el primer caso) logaritmo de muertes por millón, en comparación con 0.0900 a 0.0009 × (días desde el primer caso) logaritmo de muertes por millón en los países con mandato de mascarilla facial. Esto demuestra un aumento significativamente menor de la mortalidad logarítmica diaria en los países con mandato de mascarillas faciales. Sesenta días después de la pandemia, los países sin mandatos de mascarillas faciales tuvieron un aumento del promedio diario de 0.0533 muertes por millón de habitantes, en comparación con el aumento promedio diario de países con mandatos de mascarillas faciales, de 0.0360 muertes por millón de habitantes. Con el tiempo, las brechas en las tasas de mortalidad se redujeron entre países con políticas de mascarillas faciales y sin estas. Esto puede deberse a la implementación gradual de pautas de restricción más estrictas.
Conclusiones
Los resultados del presente estudio demuestran que los mandatos de mascarillas faciales se asociaron con tasas más bajas de muertes por COVID-19 en comparación con países sin mandatos de mascarillas faciales. Estos hallazgos respaldan el uso de máscaras faciales para prevenir el exceso de muertes por COVID-19 así como durante futuras epidemias de enfermedades transmitidas por el aire. Las demoras en la vacunación contra la COVID-19 continúan desafiando a los sistemas de salud en todo el mundo, y el presente trabajo sugiere de que antes, e incluso después de la vacunación completa de la población, las mascarillas faciales continúan siendo una medida preventiva eficaz contra la COVID-19. Además en todas las variantes, las vacunas pueden reducir la mortalidad pero no necesariamente la morbilidad, y las mascarillas faciales continúan protegiendo contra ambas.
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