Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), causada por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), ocasionó más de 4 millones de muertes en todo el mundo, y se asoció con consecuencias devastadoras para los sistemas de salud y las sociedades.
La mayoría de las infecciones por SARS-CoV-2 son asintomáticas o sólo se asocian con síntomas leves a moderados, pero entre 15% y 20% de los pacientes tienen enfermedad grave, con neumonía y eventos tromboembólicos (TE). Los pacientes con COVID-19 tendrían riesgo aumentado de TE como consecuencia de la inflamación excesiva, la activación de plaquetas, la disfunción del endotelio y la estasis. Se refirieron embolismo pulmonar, trombosis venosa profunda, y otros eventos vasculares en alrededor del 17% de los pacientes con COVID-19.
Asimismo se observaron trombosis generalizada y trombos capilares alveolares en los pulmones de pacientes que fallecieron por COVID-19, en comparación con sujetos fallecidos por influenza.
Los trastornos de la coagulación y el TE venoso (TEV) se observan, incluso, en pacientes con COVID-19 no grave. Es posible que la trombosis intervenga en la progresión de la enfermedad y de los síntomas. Existen factores compartidos de riesgo para la progresión de COVID-19 y la trombosis, como la edad avanzada (65 años o más), y la presencia de comorbilidades (enfermedad cardiopulmonar, diabetes y obesidad). La intervención precoz, antes de la progresión de COVID-19 es sumamente importante, sobre todo en los países con recursos bajos o intermedios para la salud.
Las guías de los US National Institutes of Health recomiendan el uso profiláctico de anticoagulantes sólo para los adultos internados por COVID-19, con excepción de las embarazadas.
El rivaroxabán es un anticoagulante, inhibidor directo del factor Xa, de uso por vía oral, que se indica para el tratamiento y la prevención del TEV. Este fármaco se asocia con un buen perfil de seguridad. La dosis usada para la profilaxis del TEV es de 10 mg por día y se suele utilizar, incluso, después del alta, debido a que no se requieren controles de la coagulación. El objetivo del presente estudio fue determinar la eficacia del tratamiento con rivaroxabán para la prevención de la progresión de COVID-19 leve, en pacientes con riesgo alto de evolución desfavorable; también se determinaron los efectos de rivaroxabán sobre la resolución de la enfermedad y la necesidad de internación.
Pacientes y métodos
Se analizaron 497 pacientes con COVID-19 leve sintomática y riesgo alto de progresión de la enfermedad, en función de la edad, el índice de masa corporal o las comorbilidades subyacentes. Los participantes fueron asignados de manera aleatoria (1:1) a tratamiento con rivaroxabán (10 mg por día; n: 246) o placebo (n: 251) durante 21 días; el seguimiento se mantuvo durante 35 días.
Los criterios principales de valoración fueron la seguridad y la progresión a COVID-19 moderada o grave. La diferencia absoluta en el riesgo de progresión se determinó con método estratificado de Miettinen y Nurminen.
Resultados
El estudio se interrumpió de manera prematura, luego del reclutamiento de 497 de 600 participantes, debido a que los resultados de un análisis preliminar con los primeros 200 pacientes reclutados demostraron la inutilidad del tratamiento con rivaroxabán, para el criterio principal de valoración de eficacia, en la población con intención de tratamiento.
El 85% de los sujetos reclutados tenían menos de 65 años, el 60% eran mujeres y el 27% eran hispanos, negros o de otros grupos étnicos minoritarios. El 69% de los pacientes tenían 2 comorbilidades o más. El tratamiento con rivaroxabán se toleró bien.
Los índices de progresión de la enfermedad fueron de 20.7% (46 de 222) en el grupo de rivaroxabán, en comparación con 19.8% (44 de 222) en el grupo placebo, con diferencia de riesgo de -1.0 (intervalo de confianza del 95% de 6.4 a 8.4; p = 0.78).
Conclusión
Los resultados del presente estudio clínico controlado y aleatorizado sugieren que el tratamiento con rivaroxabán no afecta el riesgo de progresión de COVID-19, en pacientes con COVID-19 leve y riesgo alto de progresión.
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