Introducción

Las enfermedades pandémicas pueden causar importantes trastornos sociales y plantear grandes desafíos para la adaptación humana. En las últimas décadas, la probabilidad de pandemias probablemente ha aumentado debido a una mayor movilidad, urbanización y otros factores. La propagación de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y las contramedidas que la acompañan pueden afectar significativamente el bienestar de los adolescentes. Algunos grupos de adolescentes pueden tener un mayor riesgo de tener problemas de salud mental graves. Estudios previos demostraron que los adolescentes se preocupan por la pandemia de COVID-19 y están muy preocupados por las restricciones escolares y las relaciones con sus compañeros. Además, los adolescentes informaron del impacto negativo de la pandemia de COVID-19 en la salud mental, el aprendizaje, las amistades y las relaciones familiares. Se encontró que el estrés, relacionado con la propagación de la COVID-19 y el distanciamiento social, estaba asociado con la soledad y la depresión. Si  embargo, faltan estudios longitudinales que puedan arrojar luz sobre el potencial desarrollo social, emocional y conductual de los adolescentes.

El objetivo del presente estudio fue identificar los cambios potenciales en el funcionamiento psicosocial de los adolescentes desde la evaluación prepandémica hasta la peripandémica y, en segundo lugar, identificar patrones específicos de cambio.

Métodos

El presente estudio longitudinal se basó en una muestra de la comunidad lituana de 331 adolescentes de entre 12 y 16 años. Los datos se recopilaron en 7 escuelas generales de diferentes regiones de Lituania. Los datos recopilados antes de la pandemia, período denominado T1 (marzo a junio de 2019), se compararon con los datos T2 recopilados durante el brote de COVID-19 (octubre de 2020). El funcionamiento psicosocial se evaluó mediante el Strengths and Difculties Questionnaire (SDQ). Se evalúan cinco dimensiones del funcionamiento psicosocial: síntomas emocionales, problemas de conducta, hiperactividad, problemas con los compañeros y conducta prosocial. La resiliencia psicológica de los adolescentes en T1 se midió mediante la Escala de Resiliencia de 14 ítems (ER-14). La exposición al abuso de por vida se midió en T1 utilizando el cuestionario desarrollado por el Centro Noruego de Estudios sobre la Violencia y el Estrés Traumático. Se utilizaron modelos de cambio latente multivariante y enfoques de cambio de clase latente para identificar patrones de cambio. La media de edad en T1 fue 13.87 años y el 57.4% eran niñas (n: 190). La mayoría de los participantes nacieron en Lituania (98.8%, n: 327) y eran de nacionalidad lituana 92.1% (n: 305). Más de dos tercios de la muestra (71.3%, n: 236) eran de familias biparentales. En términos de características demográficas, la muestra del presente estudio no fue representativa pero muy comparable con la población general de adolescentes.

Resultados

Se encontró un aumento pequeño pero significativo en hiperactividad / falta de atención, síntomas emocionales, pero también comportamiento prosocial desde antes hasta durante la pandemia, incluso ajustando por resiliencia, experiencia de abuso de por vida y situación sociodemográfica. Se observaron efectos de género significativos en las intersecciones de la conducta prosocial y síntomas emocionales. Además, los resultados demostraron efectos negativos significativos de la edad en las intersecciones de hiperactividad / falta de atención y problemas de conducta. Una mayor resiliencia se asoció con un mejor funcionamiento psicosocial al inicio del estudio. Además, se encontraron efectos significativos de la exposición al abuso en las interceptaciones de los síntomas emocionales, lo que indica niveles más altos de problemas de internalización en la línea de base en el grupo de exposición al abuso, en comparación con el grupo sin exposición. La pendiente del comportamiento prosocial estaba significativamente relacionada negativamente con la resiliencia y positivamente relacionada con la exposición al abuso.

Conclusiones

El presente estudio encontró un impacto negativo significativo de la pandemia de COVID-19 en la salud mental en la mayoría de los adolescentes, así como indicios de desarrollo social positivo en un grupo pequeño. Estos hallazgos resaltan la importancia de identificar y apoyar a los adolescentes en el momento de la pandemia de manera más eficaz. La acumulación de conocimientos sobre las respuestas humanas al coronavirus, especialmente en los jóvenes, es fundamental para la preparación social para futuras pandemias.