Introducción
La rápida creación de vacunas eficaces contra SARS-CoV-2 constituyó una medida sumamente eficaz para reducir la transmisión del virus y los casos de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés). En Israel, la campaña de vacunación permitió que más de la mitad de la población completara el esquema de aplicación de dos dosis de vacuna, hacia finales de marzo de 2021. En consecuencia, la incidencia de COVID-19 se redujo de alrededor de 900 casos por cada millón de habitantes por día a mediados de enero de 2021, a menos de 2 casos por millón por día en junio de 2021.
Sin embargo, el surgimiento de nuevas variantes de preocupación (variants of concern [VOC]), y específicamente de la variante delta, motivó un incremento reciente en el índice de infecciones y de enfermedad grave en ese país.
La variante delta es más contagiosa y podría asociarse con evasión del sistema inmunológico; además, la inmunidad desencadenada por la vacuna disminuye con el tiempo; de hecho, los datos de Israel acerca del brote de la variante delta sugieren una fuerte declinación de la inmunidad conferida por la vacunación.
En un esfuerzo por enfrentar este nuevo desafío de la pandemia y reducir la carga para los sistemas de salud, las autoridades de Israel autorizaron la administración de una dosis de refuerzo de la vacuna, primero en las poblaciones de alto riesgo, el 12 de julio de 2021 y, luego, en la totalidad de la población de más de 60 años, el 30 de julio de 2021. Los primeros estudios sugirieron que la aplicación de una dosis de refuerzo de la vacuna BNT162b2, en sujetos que habían recibido las dos primeras dosis, se asocia con un aumento de alrededor de 10 veces en los títulos de anticuerpos neutralizantes, en comparación con los que se registran luego de la aplicación de la segunda dosis.
Se considera que el aumento de los niveles de anticuerpos neutralizantes podría incrementar la protección contra la infección y la enfermedad grave; sin embargo, en términos de la eficacia en el ámbito de la práctica asistencial, la magnitud del beneficio sigue sin conocerse sin precisión.
En el presente estudio, con los datos iniciales aportados por el Ministerio de Salud de Israel, se estima la incidencia de casos de infección confirmada y de COVID-19 grave en dos cohortes de sujetos de más de 60 años: individuos que sólo recibieron las dos primeras dosis de la vacuna y sujetos que recibieron una tercera dosis de la misma vacuna.
Pacientes y métodos
Fueron analizados 1 144 690 sujetos de más de 60 años, aptos para la aplicación de una tercera dosis y que fueron seguidos entre 30 de julio y 22 de agosto de 2021. Se estimaron los índices de infección y de COVID-19 grave por persona-días en riesgo en las dos cohortes; las comparaciones se realizaron con modelos de regresión de Poissson, con ajuste según diversos factores posibles de confusión.
Resultados
Se analizaron alrededor de 4 millones de persona-días en la cohorte que no recibió dosis de refuerzo, en la cual se registraron 3473 infecciones confirmadas y 330 casos de COVID-19 grave, y alrededor de 3.4 millones de persona-días en la cohorte que recibió una tercera dosis, con 313 infecciones confirmadas por SARS-CoV-2 y 32 casos de COVID-19 grave. La cohorte con dosis de refuerzo incluyó a más varones que la cohorte sin dosis de refuerzo (50%, en comparación con 43%, respectivamente), más población judía en general (93% y 82% en el mismo orden), más personas de edad avanzada (60% y 47% de sujetos de más de 70 años), y más personas que habían sido vacunadas más tiempo atrás (79% y 40% de sujetos vacunados en enero, respectivamente). Por lo tanto, estas diferencias se consideraron variables de ajuste en los modelos de regresión para las estimaciones de protección conferida por la vacuna.
Se definieron cohortes dinámicas en las cuales los individuos inicialmente pertenecientes a la cohorte sin dosis de refuerzo, pero vacunados posteriormente, pasaron a integrar la cohorte con dosis de refuerzo, 12 días después de la inmunización.
Doce días o más después de la aplicación de la dosis de refuerzo se comprobó una reducción de 11.4 veces (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 10.0 a 12.9) en el riesgo relativo de infección confirmada por SARS-CoV-2, y una reducción de más de 10 veces en el riesgo relativo de enfermedad grave. En el análisis conservador de sensibilidad, se observó alrededor de 5 veces más protección en la cohorte con dosis de refuerzo contra el riesgo de infección confirmada.
Conclusión
La comprensión de la protección que se logra con la aplicación de una dosis de refuerzo de vacuna contra COVID-19 es fundamental en términos de la implementación de estrategias de prevención en salud pública. El 30 de julio de 2021, Israel fue el país que comenzó a aplicar, por primera vez, una tercera dosis de la vacuna BNT162b2 de Pfizer en todo el mundo, en personas de 60 años o más que habían recibido el esquema completo de vacunación con dos dosis, al menos 5 meses antes. Los resultados de esta estrategia son decisivos para la planificación de políticas destinadas a frenar la propagación de la variante delta de SARS-CoV-2, la que predomina actualmente. Los hallazgos del presente estudio confirman la seguridad y la eficacia de la aplicación de una tercera dosis de vacuna en este sentido.
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