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Introducción
Antes de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), los índices de ansiedad generalizada y de depresión clínicamente significativas en amplias cohortes de jóvenes fueron cercanos a 11.6% y 12.9%, respectivamente. Desde que COVID-19 se transformó en una emergencia de salud pública en todo el mundo, los jóvenes experimentaron disrupciones dramáticas en sus vidas cotidianas, especialmente como consecuencia del aislamiento social, las cuarentenas, el cierre de las instituciones educativas, el mayor estrés en las familias, y las interacciones reducidas con sus pares, todos factores asociados con de distrés psicológico y trastornos de salud mental en los jóvenes.
En estudios transversales y longitudinales, la prevalencia de enfermedad mental parece haberse incrementado durante la pandemia de COVID-19, pero los datos varían considerablemente de un estudio a otro, con valores de 2.2% a 63.8% y de 1.8% a 49.5%, respectivamente, según las investigaciones. Las estimaciones precisas son esenciales para la planificación de la asignación de los recursos para la salud.
La depresión y la ansiedad generalizada son dos de los trastornos más frecuentes en niños y adolescentes. Cuando se observa heterogeneidad entre los estudios para diversas estimaciones, como es el caso de las enfermedades mentales en los jóvenes, se deben considerar factores demográficos y geográficos y posibles moderadores metodológicos; estos últimos pueden ser útiles para determinar en quienes y en cuáles circunstancias la prevalencia es más alta o más baja.
En relación con los factores demográficos, los índices de prevalencia de enfermedad mental antes y durante la pandemia difieren según la edad y el sexo; las niñas y los niños de más edad tendrían riesgo más alto para los trastornos de internalización. Los estudios también mostraron que los jóvenes que residen en regiones con carga más alta de morbilidad y en áreas urbanas tienen enfermedad mental más grave. Las características metodológicas de los estudios también podrían influir en los índices estimados de prevalencia; los trabajos con peor calidad metodológica tienden a sobrestimar la prevalencia.
Se realizó una revisión narrativa con 6 estudios a principios de la pandemia, pero hasta ahora no se ha publicado ningún metanálisis para los índices de prevalencia de enfermedades mentales en niños y adolescentes durante la pandemia. En el presente metanálisis se estimó la prevalencia clínica de síntomas de depresión y ansiedad (por encima de un umbral clínico en escalas validadas o con síntomas moderados a graves de ansiedad y depresión) en niños y adolescentes, durante el primer año de la pandemia; se prestó especial atención a la sintomatología de ansiedad generalizada. Las estimaciones se compararon con las registradas antes de la pandemia y se analizaron los factores demográficos, geográficos o metodológicos que pudieron contribuir en la variabilidad observada.
Métodos
Los artículos publicados entre 1 de enero de 2020 y 16 de febrero de 2021 se identificaron mediante búsquedas en 4 bases de datos (PsycInfo, Embase, MEDLINE, y el Cochrane Central Register of Controlled Trials), en tanto que los artículos no publicados se identificaron en PsycArXiv, hasta 8 de marzo de 2021. Se evaluaron estudios realizados en pacientes de 18 años o menos, publicados en inglés y que aportaron datos cuantitativos para la estimación de la depresión y la ansiedad. Se encontraron 3094 estudios y 136 artículos completos fueron revisados; los análisis se realizaron entre 8 y 22 de marzo de 2021. El criterio principal de valoración fueron los índices de prevalencia de síntomas clínicos de depresión y ansiedad en niños y adolescentes.
Resultados
Se realizaron metanálisis de efectos aleatorios; un total de 29 trabajos con 80 879 participantes reunieron los criterios de inclusión. Las estimaciones globales de prevalencia de síntomas clínicamente relevantes de depresión y ansiedad fueron de 25.2% (intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 21.2% a 29.7%) y de 20.5% (IC 95%: 17.2% a 24.4%), respectivamente. Los análisis de moderadores revelaron prevalencia clínicamente elevada de depresión y ansiedad en los estudios realizados en la fase avanzada de la pandemia y en las niñas; los síntomas depresivos fueron más altos en los varones de más edad.
Conclusión
Los resultados del presente metanálisis con 29 estudios realizados en el primer año de la pandemia de COVID-19 sugieren que 1 de cada 4 niños y adolescentes presentan síntomas clínicamente relevantes de depresión, y que uno de cada 5 tiene ansiedad considerable; los valores duplicaron a los obtenidos en períodos previos a los de la pandemia. Es de esperar que las demandas de atención por problemas mentales aumenten en el futuro inmediato, para lo cual será necesaria una correcta asignación de los recursos para la salud.
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