Introducción
El tromboembolismo venoso (TEV) es una enfermedad grave, con incidencia de 1 por cada 1000 adultos por año en todo el mundo. Estudios epidemiológicos mostraron que antes de la implementación de la profilaxis antitrombótica, entre 55% y 60% de todos los casos de TEV se vinculaban con la internación o aparecían en los primeros 90 días después del alta.
La trombosis venos profunda (TVP) es la principal causa evitable de mortalidad intrahospitalaria; los índices anuales de mortalidad en Brasil fueron de 2.09 por cada 100 000 habitantes.
Las infecciones virales pueden asociarse con estado de hipercoagulabilidad y mortalidad por TEV, accidente cerebrovascular y trastornos hemorrágicos.
En los últimos meses de 2019 se identificó un nuevo virus, coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), el agente etiológico de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), con propagación rápida en todo el mundo.
La infección por SARS-VoV-2 se ha asociado con niveles elevados de dímero-D, pero no se ha identificado una relación causal franca; se requieren más estudios para determinar una posible vinculación causal y para optimizar el tratamiento de los enfermos, en relación con el riesgo de trombosis y hemorragia.
Hasta ahora, los mecanismos por los cuales SARS-CoV-2 desencadena reacciones inflamatorias y anormalidades de la coagulación no se conocen. Los estudios en los cuales se analizaron las características clínicas y epidemiológicas de los pacientes con TEV relacionada con SARS-CoV-2 mostraron resultados contradictorios. En el presente estudio se analizan las características clínicas y epidemiológicas de pacientes con COVID-19 y TEV clínicamente sintomático.
Pacientes y métodos
Para el presente estudio retrospectivo se revisaron las historias clínicas de los pacientes que presentaron TEV sintomático, es decir TVP o embolismo pulmonar, en simultáneo con la infección por SARS-CoV-2 en el Albert Einstein Jewish Hospital, San Pablo, Brasil, entre marzo y julio de 2020.
Sólo se evaluaron pacientes en quienes la infección por COVID-19 se confirmó por reacción en cadena de la polimerasa por transcripción reversa (RT-PCR por su sigla en inglés). En los pacientes con diagnóstico clínico presuntivo de TEV se efectuaron estudios por imágenes para su confirmación (ultrasonido de extremidades y angiografía o angiografía por tomografía computarizada). Los pacientes con TVP o embolismo pulmonar confirmados en los estudios por imágenes se incluyeron en el estudio. Se tuvieron en cuenta la incidencia, las características demográficas, la localización de la TVP y el embolismo pulmonar, la variación en los niveles de dímero-D en el transcurso del tiempo, el tratamiento con anticoagulantes y la evolución clínica.
Resultados
Durante el período de estudio fueron internados 484 pacientes con diagnóstico confirmado de COVID-19; la edad promedio fue de 62.7 años (40 a 97 años; mediana de 62 años). El 53.8% de los pacientes (n: 7) eran hombres.
Más de la tercera parte de los pacientes presentaban comorbilidades médicas subyacentes, especialmente obesidad, presente en el 76.9% de los enfermos. El 58.8% y 38.5% de los pacientes tenían dislipidemias e hipertensión arterial, respectivamente. Sólo un paciente tenía antecedente de TEV.
Un total de 64 pacientes tuvo síntomas de TEV y en 13 de ellos se confirmó la enfermedad (2.68% del total de la muestra y 20.31% de los casos sintomáticos). Cinco enfermos presentaron, de manera simultánea, TVP y embolismo pulmonar, 6 pacientes tuvieron sólo TVP y en dos enfermos se detectó embolismo pulmonar, pero no se identificaron trombos en las extremidades.
La mayoría de los casos de TEV ocurrió en pacientes internados en unidades de cuidados intensivos ([UCI], 76.92%). En el momento del TEV, los niveles de dímero-D estuvieron por encima de 3000 ng/ml en el 80% de los pacientes, con aumento significativo respecto de los niveles basales (p < 0.05). Se constató una reducción significativa de la concentración de dímero-D en el momento del alta (p < 0.05). Todos los pacientes recibieron profilaxis antitrombótica o anticoagulación. Durante el estudio se registraron dos decesos, ambos en pacientes con comorbilidades graves. Al final del protocolo, 9 pacientes habían sido dados de alta y dos permanecían internados, pero no se registraron signos de agravamiento del TEV.
Conclusión
En el presente estudio realizado en pacientes internados por COVID-19 en un hospital cuaternario de Brasil, la prevalencia de TEV fue de 2.7% y más alta en los enfermos en UCI. La profilaxis antitrombótica precoz y la anticoagulación, cuando se establece el diagnóstico de TEV, son esenciales en términos de la evolución clínica.
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