Introducción
El daño renal agudo (DRA) es frecuente en pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés); la prevalencia estimada es de 24% a 57% en los enfermos internados, y de 61% a 78% entre los pacientes que requieren internación en unidades de cuidados intensivos (UCI). En comparación con los pacientes sin COVID-19, los pacientes con COVID-19 suelen tener DRA más grave, requieren diálisis con mayor frecuencia, y presentan menos recuperación intrahospitalaria de la función renal, factores que podrían incrementar el riesgo de aparición de enfermedad renal crónica (ERC) o de progresión de la ERC preexistente.
Si bien los efectos agudos de COVID-19 sobre la función renal han sido bastante estudiados, la evolución de la función renal a mediano y largo plazo después del DRA asociado con COIVID-19 se conoce poco. En un estudio con seguimiento precoz de pacientes con estas características, el 32% de los enfermos no recuperaron la función renal basal a una mediana de 21 días después del alta. En el contexto de la pandemia y de los recursos limitados para diálisis, el conocimiento preciso de las secuelas del DRA asociado con COVID-19 es fundamental en términos de la planificación de los recursos para la salud, el rastreo de los enfermos y la información que se le brinda al paciente.
El objetivo del presente estudio retrospectivo fue describir la asociación entre COVID-19 en pacientes con DRA y el cambio del índice de filtrado glomerular (IFG) estimado en el transcurso de los 6 meses posteriores al alta, con la finalidad de estimar la trayectoria de la función renal a más largo plazo. La evolución de pacientes con DRA asociado con COVID-19 se comparó con la de enfermos con DRA no vinculado con la infección.
Pacientes y métodos
El presente estudio retrospectivo se llevó a cabo en 5 hospitales de Connecticut y Rhode Island entre 10 de marzo y 31 de agosto de 2020. Se incluyeron pacientes con COVID-19 que presentaron DRA y que no requirieron diálisis en el transcurso de los 3 días que siguieron al alta; fue requisito que se dispusiera de por lo menos una determinación ambulatoria de los niveles séricos de creatinina. La variable de exposición fue el diagnóstico de COVID-19. Mediante modelos de efectos mixtos se evaluaron las asociaciones entre el DRA asociado con COVID-19 y la pendiente del IFG, luego del alta. El tiempo hasta la recuperación de la función renal luego del DRA, en aquellos pacientes sin recuperación de la función renal en el momento del alta, fue un criterio secundario de valoración.
Resultados
Un total de 182 pacientes con DRA por COVID-19 y 1430 pacientes con DRA no asociado con COVID-19 integraron la muestra para los análisis. El 50.4% de los pacientes (n: 813) eran mujeres y la mediana de edad fue de 69.7 años (rango intercuartílico de 58.9 a 78.9 años).
Los pacientes con DRA asociado con COVID-19 fueron por lo general de raza negra (73 [40.1%] respecto de 225 [15.7%]) o hispanos (40 [22%] respecto de 126 [8.8%]) y presentaron menos comorbilidades, en comparación con los pacientes con DRA sin COVID-19; los índices de ERC y de hipertensión arterial, en cambio, fueron similares en los dos grupos.
Los pacientes con DRA asociado con COVID-19 presentaron mayor disminución del IFG en los modelos sin ajuste (−11.3; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: –22.1 a −0.4 ml/min/1.73 m2/año; p = 0.04), como también en los modelos con ajuste según las comorbilidades basales (−12.4; IC 95%: –23.7 a −1.2 ml/min/1.73 m2/año; p = 0.03).
En los modelos finales con la incorporación de las comorbilidades, los niveles máximos de creatinina y la necesidad de diálisis durante la internación, la diferencia en la pendiente de declinación del IFG se mantuvo (−14.0; IC 95%: –25.1 a −2.9 ml/min/1.73 m2/año; p = 0.01).
En el subgrupo de pacientes que no lograron la recuperación de la función renal en el momento del alta (n: 319), aquellos enfermos con DRA asociado con COVID-19 tuvieron menor recuperación de la función renal después del alta (hazard ratio ajustado de 0.57; IC 95%: 0.35 a 0.92).
Conclusión
En la presente cohorte de los Estados Unidos, los pacientes con DRA en el contexto de COVID-19 presentaron mayor índice de declinación de la función renal después del alta, en comparación con los pacientes con DRA no asociado con COVID-19, de manera independiente de las comorbilidades subyacentes y de la gravedad del DRA.
Esta trayectoria de la funcionalidad renal pone de manifiesto la importancia de la monitorización estricta de la función renal, luego del DRA, y de la identificación de intervenciones que puedan retrasar la progresión de la disfunción renal, luego del DRA asociado con COVID-19.
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