Introducción

La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se propagó rápidamente en todo el mundo, con efectos sumamente desfavorables para la salud mental de la población. Durante la crisis sanitaria asociada con COVID-19, los habitantes de la mayoría de los países se vieron expuestos a un nivel de estrés ambiental e incertidumbre, sin precedentes. Las medidas de aislamiento físico y social, las dudas acerca de la infección, y otros factores de estrés son desencadenantes importantes de ansiedad; los sujetos presentan respuestas de comportamiento y emocionales a los cambios inducidos por la pandemia y las restricciones de la vida cotidiana, destinadas al control de la propagación de la infección. Sin embargo, el nivel de impacto de la pandemia y las consecuencias varían considerablemente entre los individuos. En este contexto sería importante analizar los factores cerebrales predictivos de la aparición de ansiedad, con lo cual mejoraría la comprensión de las bases neurales de este trastorno, con consecuencias relevantes para la práctica clínica.

El conectoma funcional es una especie de “huella dactilar” del cerebro, con una conectividad altamente individualizada de perfiles neurológicos que permite una excelente distinción de los diferentes patrones de individuos.

La evidencia reciente basada en abordaje de aprendizaje automático sugiere que el conectoma funcional individualizado podría ser útil para predecir diferencias en la función cognitiva, la personalidad, y los síntomas de trastornos mentales, entre los sujetos. Sin embargo, los resultados de estudios recientes no fueron concluyentes, en términos de la capacidad predictiva del conectoma funcional para la ansiedad individual, en parte como consecuencia de que las diferencias en la ansiedad no pueden medirse en ausencia de eventos públicos estresantes y de estímulos amenazantes en la vida cotidiana.

En las investigaciones clásicas se aplicaron métodos destinados a provocar ansiedad por medio de la manipulación experimental. En comparación con la manipulación experimental tradicional, las incertidumbres y el estrés asociados con la crisis sanitaria inducida por COVID-19 podrían ser particularmente útiles para amplificar las diferencias individuales en términos de ansiedad, en el contexto de la pandemia. En este escenario, el objetivo del presente estudio fue determinar si el conectoma funcional previo a la pandemia es apto para predecir el nivel de ansiedad inducido por la pandemia.

Pacientes y métodos

Durante períodos de afectación grave por COVID-19 y de remisión, durante la pandemia, se valoraron los puntajes de ansiedad de estudiantes sanos (primer estudio entre 22 y 28 de febrero de 2020; n: 589; segundo estudio, 24 de abril a 1 de mayo de 2020; n: 486).

Se consideraron los datos de estudios por imágenes y los puntajes basales de ansiedad antes de la pandemia. La capacidad predictiva del conectoma funcional sobre la ansiedad individual se determinó con método de aprendizaje automático; los hallazgos se validaron en dos muestras externas de estudiantes, con 149 y 474 participantes, respectivamente.

La relevancia clínica de los resultados se analizó luego mediante la aplicación de los neuromarcadores de ansiedad inducida por la pandemia, basados en el conectoma funcional, con el propósito de distinguir entre los pacientes con trastornos mentales específicos y sujetos sin enfermedad mental (trastorno de ansiedad generalizada [n: 43], trastorno depresivo mayor [n: 536] y esquizofrenia [n: 72]).

Resultados

Los puntajes de ansiedad aumentaron desde los valores basales previos a la pandemia durante la fase grave inicial y se mantuvieron elevados en la  fase de remisión de la pandemia. El conectoma funcional previo a la pandemia predijo la aparición de ansiedad en relación con la pandemia; los hallazgos fueron generalizables a las cohortes externas de validación, pero predijeron mal la ansiedad diaria.

Los neuromarcadores de ansiedad inducida por la pandemia, sobre la base del conectoma, permitieron distinguir los participantes con ansiedad generalizada y los controles sanos; en cambio no fueron de utilidad para la discriminación de los pacientes con depresión mayor o esquizofrenia.

Conclusión

El presente estudio aporta evidencia de que el conectoma funcional individualizado previo a la pandemia predice la aparición de ansiedad inducida por la pandemia. La conectividad funcional permitió una correcta discriminación entre sujetos con ansiedad y controles sanos, pero no fue suficientemente sensible para identificar otros trastornos mentales, como la depresión mayor y la esquizofrenia. Los hallazgos sugieren que la ansiedad individual es altamente susceptible al estrés y la incertidumbre, características del período actual, y permitirían identificar neuromarcadores confiables de ansiedad para la creación de intervenciones clínicas y psicológicas específicas.

Mediante la combinación de múltiples grupos de datos y un abordaje de aprendizaje automático, el presente estudio longitudinal de cohorte demuestra que el conectoma funcional previo a la pandemia predice la ansiedad inducida por la situación epidemiológica actual. Los hallazgos son importantes para comprender la base neurobiológica de la susceptibilidad para la ansiedad y podrían ser útiles para implementar estrategias de prevención y tratamiento.