Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) continúa; hasta 5 de mayo de 2021 se habían referido 154 millones de casos y alrededor de 3.2 millones de decesos en todo el mundo. Se sabe que otros coronavirus, como el coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV) y el coronavirus del síndrome de Medio Oriente (Middle East Respiratory Syndrome [MERS]), se asocian con complicaciones a largo plazo, después de la recuperación del cuadro agudo.
Los profesionales de la salud y los pacientes han referido síntomas mucho después de la recuperación de la fase aguda de COVID-19; los Centers for Disease Control and Prevention alertaron acerca de la prevalencia a largo plazo de consecuencias en múltiples órganos y sistemas. Sin embargo, la mayoría de los estudios con pacientes con COVID-19 prestaron atención especial a la mortalidad, más elevada en los sujetos de edad avanzada; en cambio, la morbilidad persistente en todos los grupos de edad recibió menos atención. Este aspecto, sin embargo, es muy importante no solo desde la perspectiva de los enfermos, sino también para las autoridades de salud pública y los sistemas de salud.
El principal objetivo de la presente revisión sistemática fue determinar la frecuencia y la naturaleza de los síntomas persistentes en pacientes con COVID-19.
Métodos
Para el estudio se siguieron las pautas Meta-analysis of Observational Studies in Epidemiology (MOOSE); los artículos para la revisión, publicados entre enero de 2020 y marzo de 2021, se identificaron mediante búsquedas bibliográficas en PubMed y la Web of Science.
Se consideraron estudios publicados en inglés en los cuales se refirió la prevalencia de síntomas persistentes en sujetos con infección por SARS-CoV-2; los estudios debían incluir definiciones claras y debían tener un seguimiento apropiado de 1 mes o 2 meses como mínimo, según el momento considerado para el inicio del seguimiento. La calidad de los estudios se determinó con los criterios del National Institutes of Health Quality Assessment Tool for Observational and Cohort Studies.
Los síntomas persistentes se definieron como aquellos que estuvieron presentes 60 días, como mínimo, después del diagnóstico, el inicio de los síntomas, o la internación, y durante 30 días, como mínimo, después de la recuperación de la enfermedad aguda o el alta. Se registró el porcentaje de pacientes que refirió cada uno de los síntomas categorizados, en cada momento de valoración según el estudio.
Resultados
Se identificaron 1974 artículos, 45 de los cuales con 84 signos y síntomas clínicos fueron aptos para la presente revisión sistemática. El 54% de los enfermos (5266 de 9751) eran hombres; en 30 de 45 estudios se refirió una edad promedio o una mediana de edad de menos de 60 años.
En 16 estudios, la mayoría de ellos realizados con pacientes con antecedente de internación por COVID-19, la mediana del porcentaje de pacientes con al menos 1 síntoma persistente fue de 72.5% (rango intercuartílico [RIC]: 55.0% a 80.0%).
Los síntomas individuales referidos con mayor frecuencia fueron la dificultad para respirar o la disnea (26 estudios; mediana de frecuencia de 36.0%; RIC de 27.6% a 50.0%), la fatigue o la sensación de agotamiento (25 estudios; mediana de frecuencia de 40.0%; RIC de 31.0% a 57.0%), y los trastornos del sueño o el insomnio (8 estudios; mediana de 29.4%, RIC de 24.4% a 33.0%).
Se registraron amplias variaciones en el diseño y la calidad metodológica de los trabajos, aspectos que tuvieron relevancia sustancial para la interpretación de los hallazgos, su combinación y su comparación. Las principales diferencias en relación con el diseño de los estudios se observaron para los pacientes incluidos, las definiciones para el inicio del período de observación, la duración del seguimiento, y las definiciones de los criterios de valoración, incluidas las definiciones de gravedad de la enfermedad.
Conclusión
En la presente revisión sistemática, la mediana del porcentaje de pacientes que presentaron al menos un síntoma persistente fue de 73%; la dificultad para respirar o la disnea, la fatiga, y los trastornos del sueño o el insomnio fueron las alteraciones referidas con mayor frecuencia. Sin embargo, los estudios fueron de diseño muy heterogéneo y se requieren seguimientos a más largo plazo para establecer conclusiones precisas. Aún así, el estudio confirma que la persistencia de síntomas después de COVID-19 aguda es frecuente.
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