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Introducción
El compromiso pulmonar de pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) se caracteriza habitualmente por un patrón de opacificación en vidrio esmerilado, en presencia o ausencia de consolidación, hallazgo característico de la neumonía viral. La neumonía organizativa (NO) en la tomografía computarizada de tórax ha sido descripta en la mayoría de los casos como una complicación tardía. En estos casos, los hallazgos tomográficos consisten en opacidades en vidrio esmerilado, consolidación, reticulados y distorsión parenquimatosa.
La NO se caracteriza por tejido de granulación y proliferación de fibroblastos en el parénquima pulmonar. Histológicamente se define por exudados organizados intraalveolares de miofibroblastos y tejido conectivo, con inflamación intersticial variable. Las infecciones virales representan la etiología más común de las NO. Los corticoides constituyen el tratamiento estándar de la NO; los pacientes por lo general responden muy bien en el transcurso de unos pocos días.
La NO ha surgido como una complicación de fase tardía de COVID-19. Sin embargo, se desconoce si el tratamiento con corticoides en dosis altas es eficaz para los enfermos con NO secundaria a COVID-19.
En la presente ocasión se describen tres pacientes (1 hombre y dos mujeres) de 58.3 años en promedio, internados por COVID-19 con enfermedad pulmonar grave y necesidad de asistencia ventilatoria mecánica. Los pacientes fueron sometidos a tomografía computarizada de tórax por hipoxemia persistente; el estudio mostró un patrón compatible con NO. Los enfermos fueron tratados con dosis altas de corticoides (prednisona, 1 mg/kg/día por vía oral), asociados con respuesta excelente. Los pacientes pudieron ser dados de alta después de 6.3 días en promedio de internación.
Resultados
Enel presente artículo se comunican tres pacientes con diagnóstico de COVID-19 con necesidad de aporte de oxígeno. Todos los enfermos fueron tratados con dexametasona durante 10 días, antibióticos de amplio espectro y presión positiva continua en la vía aérea; sin embargo, el estado clínico no mejoró.
La evaluación posterior de otras posibles causas de NO para explicar la ausencia de respuesta al tratamiento incluyó la realización de tomografía computarizada. En todos los enfermos se observó un patrón similar de NO, motivo por el cual fueron tratados con prednisona, en dosis de 1 mg/kg/día por vía oral con rápida mejoría de los signos y los síntomas; la asistencia ventilatoria pudo interrumpirse y los enfermos fueron dados de alta en unos pocos días.
En los pacientes con infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acure Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2) que presentan deterioro clínico a pesar de la terapia óptima y el sostén respiratorio, o que presentan agravamiento clínico después de la mejoría inicial, la tomografía computarizada de tórax puede ser de ayuda para detectar complicaciones, como embolismo pulmonar, neumonía secundaria o NO.
En la presente serie, los pacientes fueron evaluados en promedio 24 días (23 a 26 días) después del inicio de los síntomas; permanecieron con oxígeno con presión positiva continua en la vía respiratoria durante 4.6 días en promedio (4 a 5 días), antes de que se solicitara la tomografía computarizada.
Luego del inicio del tratamiento con prednisona, la duración promedio de la internación fue de 7 días (6 a 11 días).
La NO secundaria ha sido referida en otras infecciones virales, como las asociadas con los virus H1N1, H7N9, y coronavirus del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS por su sigla en inglés).
Los corticoides en dosis moderadas a altas representan la terapia de estándar para los pacientes con NO grave; el tratamiento a menudo se asocia con mejoría rápida de los signos radiológicos y los síntomas. De hecho, el tratamiento prolongado habitualmente no es necesario. Esta respuesta al tratamiento se observó en todos los enfermos de la presente serie, un hallazgo que sugiere que los pacientes con NO secundaria a SARS-CoV-2 se beneficiarían con el tratamiento con dosis altas de corticoides, de manera independiente del uso previo de dexametasona.
Sin embargo, no se dispone de datos epidemiológicos para grandes series de enfermos con NO como complicación de la infección por SARS-CoV-2; por lo tanto, la incidencia, la evolución clínica, y el tratamiento no han sido definidos.
Los autores sugieren que los estudios por imágenes son necesarios en los pacientes con COVID-19 internados que no mejoran o que mejoran poco a pesar del tratamiento óptimo, debido a que estos enfermos podrían beneficiarse a partir del diagnóstico precoz de NO, y el tratamiento específico con dosis altas de corticoides. La detección de anormalidades sugestivas con NO justifica la administración de esta terapia, a pesar del tratamiento previo con dexametasona.
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