Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se asocia con morbilidad y mortalidad considerables. Desde el inicio de la pandemia hasta marzo de 2021 se comunicaron más de 126.8 millones de casos y alrededor de 2.7 millones de decesos por COVID-19 en todo el mundo.
Con velocidades sin precedentes se crearon vacunas contra coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2), el agente etiológico de COVID-19. Los índices de vacunación son variables según los países. En Israel, más de la mitad de la población de 9 millones de habitantes recibió una segunda dosis de vacuna y en el Reino Unido, más de 25 millones de personas recibieron una dosis como mínimo. En este escenario, la vigilancia para la detección de efectos adversos es fundamental.
Un signo de alarma de particular preocupación surgió en asociación temporal con la administración de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 de AstraZeneca®. De hecho, se ha referido recientemente un síndrome inusual caracterizado por la aparición de trombos, especialmente en localizaciones atípicas, por ejemplo en senos venosos cerebrales (TSVC), y trombocitopenia, asociado con la muerte en algunos casos. A partir de las descripciones de estos enfermos, las autoridades reguladoras del Reino Unido, la U.K. Medicines and Healthcare Products Regulatory Agency (MHRA), y la European Medicines Agency (EMA) realizaron revisiones exhaustivas de los casos descriptos.
Ambas entidades confirmaron que el riesgo de tromboembolismo venoso (TEV) en asociación con las vacunas no es superior al riesgo basal en la población general; además, se hizo hincapié en el perfil favorable entre los beneficios y los riesgos eventuales de la vacunación contra SARS-CoV-2. Sin embargo, y aunque no se la confirmado una asociación causal, se reconoció que las vacunas contra SARS-CoV-2 podrían asociarse con un síndrome infrecuente, pero grave, de trombosis, sobre todo TSVC, y trombocitopenia.
Con la finalidad de conocer mejor las características de este síndrome clínico, los autores realizaron una revisión de 22 casos con trombosis y trombocitopenia, en asociación temporal con la administración de la primera dosis de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19.
Los eventos trombóticos ocurrieron fundamentalmente en los senos venosos cerebrales, pero también se detectaron trombos arteriales y otras formas más comunes de tromboembolismo venoso, como embolia de pulmón.
Se identificó un nuevo mecanismo subyacente en esta presentación clínica; sobre la base de los hallazgos clínicos y los resultados de laboratorio, los autores proponen un abordaje terapéutico diferente y aportan una guía para el tratamiento de enfermos con este síndrome infrecuente, posterior a la vacunación contra COVID-19.
Pacientes y métodos
Se comunican las características clínicas y bioquímicas de 23 pacientes con trombosis y trombocitopenia, de aparición entre 6 y 24 días después de la aplicación de la primera dosis de la vacuna contra COVID-19 ChAdOx1 nCoV-19 de AstraZeneca®.
Resultados
En ausencia de antecedentes clínicos asociados con trombosis, 22 pacientes fueron evaluados por trombocitopenia aguda y trombosis, esencialmente TSVC; 1 paciente presentó trombocitopenia aislada y un fenotipo hemorrágico.
Todos los enfermos presentaban niveles bajos o normales de fibrinógeno y niveles séricos altos de dímero-D en el momento del inicio de los síntomas. Ningún enfermo tenía evidencia de trombofilia o de factores precipitantes de trombosis.
Los estudios bioquímicos revelaron la presencia de anticuerpos contra el factor 4 de plaquetas (F4P) en 22 pacientes (resultados dudosos en un enfermo). En función de los hallazgos fisiopatogénicos observados en estos enfermos, se recomienda evitar las transfusiones de plaquetas por el riesgo de progresión trombótica; en cambio, debe considerarse fuertemente el uso de anticoagulantes diferentes a la heparina y la administración de gamma globulina por vía intravenosa, en pacientes que presentan los primeros síntomas sugestivos de este raro síndrome.
Conclusión
La vacunación contra SARS-CoV-2 sigue siendo decisiva para el control de la pandemia de enfermedad por coronavirus 2019. Luego de la aplicación de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 pueden generarse anticuerpos contra el factor 4 de plaquetas, sin relación con el uso de heparina; la rápida identificación de este síndrome infrecuente tiene relevancia decisiva en términos terapéuticos.
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