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Introducción
La pandemia de enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) ha cambiado de manera sustancial la vida diaria de las personas y ha reducido los viajes. Se estima que los viajes aéreos nacionales e internacionales se han reducido a nivel mundial en más del 80%. Las estrategias de pruebas virales de rutina para la infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) podrían facilitar un viaje aéreo seguro durante la pandemia de COVID-19 y mitigar la propagación mundial del virus. Estudios indican que entre el 30% y el 40% de las personas infectadas por SARS-CoV-2 son asintomáticas y no conocen su infección, y esta población contribuye a una gran proporción de casos nuevos y transmisiones.
El objetivo del presente estudio fue analizar la eficacia de las estrategias de prueba y viaje para reducir el riesgo de que los pasajeros de avión contraigan la infección por SARS-CoV-2 y la transmisión a nivel poblacional.
Métodos
Los autores del presente estudio de simulación, desarrollaron una microsimulación de la transmisión del SARS-CoV-2 en una cohorte de 100 000 viajeros de aerolíneas nacionales de los Estados Unidos utilizando datos disponibles sobre casos clínicos de COVID-19 y parámetros de la historia natural de la enfermedad publicados para asignar a las personas uno de los 5 estados de salud (susceptible a la infección, período latente, infección temprana, infección tardía, y recuperado).
Se estimó un riesgo diario de infección por SARS-CoV-2 correspondiente a una incidencia diaria de 150 infecciones por 100 000 personas. Las 5 estrategias de prueba evaluadas fueron: (1) prueba de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) nasal anterior dentro de los 3 días de la salida, (2) PCR dentro de los 3 días de la salida y 5 días después de la llegada, (3) prueba rápida de antígeno el día del viaje (asumiendo el 90% de la sensibilidad de la PCR durante la infección activa), (4) prueba rápida de antígeno el día del viaje y prueba de PCR 5 días después de la llegada, y (5) prueba de PCR 5 días después de la llegada. Las estrategias 2 y 4 incluían una cuarentena de 5 días después de la llegada. El período de viaje se definió desde 3 días antes del viaje hasta 2 semanas después del viaje. En cada escenario, a las personas que dieron positivo antes del viaje no se les permitió viajar. El resultado primario fue el número acumulativo de días infecciosos en la cohorte durante el período de viaje sin aislamiento o cuarentena (riesgo de transmisión a nivel poblacional), y el resultado secundario fue el número de personas infecciosas detectadas el día del viaje (riesgo de infección del pasajero).
Resultados
Se calculó que en una cohorte de 100 000 viajeros de aerolíneas, 649 (intervalo de incertidumbre del 95% [II 95%] 505 a 950; 0.6%) personas serían activamente infecciosas el día del viaje en el ausencia de pruebas o detección de síntomas. Ciento noventa y cinco (II 95%: 141 a 284; 30%) de los 649 individuos infecciosos tendrían infecciones subclínicas. Durante el período de viaje, en este escenario sin pruebas, se estimó un total de 8357 (II 95%: 6144 a 12 831) días infecciosos. La prueba de PCR previa al viaje reduciría el número de días infecciosos de 8357 a 5401 (II 95%: 3917 a 8677), una reducción del 36% ( II 95%: 29 a 41) en comparación con el caso base, e identificaría 569 (88%; II 95%: 76 a 92) de 649 viajeros activamente infecciosos el día del vuelo; la adición de la cuarentena posterior al viaje y la PCR redujo el número de días infecciosos a 2520 días (II 95%: 1849ª 4158), una reducción del 70% (II 95%: 64 a 75) en comparación con el caso base. La prueba rápida de antígenos el día del viaje disminuiría el número de días infecciosos a 5674 (4126–9081), una reducción del 32% (26–38) en comparación con el caso base, e identificaría 560 (86%; II 95%: 83 a 89 ) viajeros activamente infecciosos; la adición de la cuarentena posterior al viaje y la PCR redujo el número de días infecciosos a 3124 (II 95%: 2356 a 495), una reducción del 63% (II 95%: 58 a 66) en comparación con el caso base. La PCR posterior al viaje sola reduciría el número de días infecciosos a 4851 (II 95%: 3714 a 7679), una reducción del 42% (II 95%: 35 a 49) en comparación con el caso base.
Conclusiones
Durante la pandemia de COVID-19, las pruebas asintomáticas de rutina para el SARS-CoV-2 antes del viaje en avión pueden ser una estrategia eficaz para reducir el riesgo de infección de los pasajeros durante el viaje, aunque probablemente se necesite una cuarentena abreviada y pruebas posteriores al viaje para reducir la transmisión a nivel poblacional debido a la importación de la infección cuando se viaja desde un entorno de incidencia alta a baja. Todas las estrategias de prueba y viaje tendrían algún beneficio, y cada una tenía fortalezas e inconvenientes. Debido a la demora en la respuesta, es probable que las pruebas de PCR se realicen en los días previos al viaje y podrían pasar por alto a una persona que aún no está expuesta al SARS-CoV-2 o que está expuesta pero que aún no ha dado positivo en las pruebas virales. La prueba rápida de antígenos se puede administrar el día del viaje con un tiempo de respuesta inmediato, pero tienen una sensibilidad y especificidad de prueba muy variables.
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