Introducción
Las consecuencias de la pandemia de infección por coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2) sobre la salud el embarazo todavía no se conocen. Estudios recientes sugirieron que las infecciones respiratorias virales podrían aumentar el riesgo de internación y de mortalidad, en embarazadas. En el contexto de epidemias previas por otros coronavirus, como MERS-CoV y SARS-CoV, se refirió riesgo aumentado de mortalidad materna, aborto espontáneo, parto pretérmino y retraso del crecimiento intrauterino. La evidencia específica, en relación con los efectos de la infección por SARS-CoV-2 durante la gestación, es limitada; sin embargo, los resultados de revisiones previas sugieren que la morbilidad es menor en la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés), en comparación con la referida para SARS-CoV-1 y MERS. No obstante, algunos trabajos mostraron riesgo aumentado de complicaciones por COVID-19 en embarazadas.
Las consecuencias fetales de la infección y las posibles complicaciones de SARS-CoV-2 tampoco se han establecido; ocasionalmente se refirieron casos aislados de transmisión vertical de SARS-CoV-2. El objetivo del presente trabajo fue resumir la evidencia científica para COVID-19 durante el embarazo, con el objetivo de determinar cuáles son los efectos de COVID-19 durante el embarazo y el parto, determinar cuáles complicaciones son más frecuentes y cuáles son los efectos de la infección sobre la salud de los neonatos.
Métodos
Para la revisión sistemática se aplicó la metodología Cochrane. Los artículos publicados hasta 22 de mayo de 2020 se identificaron mediante búsquedas bibliográficas en PubMed; para cada evento materno y neonatal referido en al menos dos estudios (con n >1) se calcularon proporciones combinadas, con intervalos de confianza del 95% (IC 95%), con metanálisis de proporciones. La heterogeneidad entre los estudios se determinó con el estadístico Q de Cochrane, mientras que el porcentaje de heterogeneidad se valoró con el estadístico I2 de Higgins. Las proporciones combinadas se estimaron con modelos de efectos fijos en presencia de heterogeneidad baja (I2 < 30%) y con modelos de efectos aleatorios cuando la heterogeneidad fue importante (I2 ≥ 30%). Se estimaron los odds ratios (OR) con IC 95%.
Resultados
Se identificaron 312 resultados, 86 de los cuales fueron aptos para la presente revisión. El 40.7% se realizó en la China, el 25.6% en los Estados Unidos, y el 10.5% en Italia. Nueve estudios contaron con grupos de comparación: en tres se compararon embarazadas con COVID-19 y sin COVID-19, 3 compararon embarazadas con mujeres en edad reproductiva, todas con COVID-19, y dos compararon embarazadas según la gravedad de la enfermedad; en un estudio se compararon embarazadas con infección por SARS-CoV-2, sintomáticas y asintomáticas.
Se analizaron en total 1 042 embarazadas con COVID-19. La mediana de edad
fue 31 años (rango de 17 a 49 años), más de la mitad estaba en el tercer trimestre.
La mayoría de los casos se diagnosticó antes o durante el parto; un caso se identificó después del parto. El diagnóstico de COVID-19 se basó en pruebas de laboratorio en el 77% de los casos, en los hallazgos clínicos en el 18% de las enfermas y con ambos parámetros en el 5% de los casos.
Los eventos más frecuentes fueron la necesidad de asistencia ventilatoria mecánica (12% de 458), la internación en unidad de cuidados intensivos (UCI; 9% de 509), las coagulopatías (6% de 110) y otras complicaciones (12% de 50).
En un estudio se refirieron 7 muertes maternas (7 de 9); cinco de éstas ocurrieron en
las primeras 24 horas que siguieron al parto y dos a las 24 semanas de la gestación. Además, se registró un deceso materno durante el puerperio inmediato (30.4 semanas de gestación) y otra, después de 24 horas del parto.
El riesgo de internación en UCI no fue significativamente más alto entre las embarazadas con COVID-19 y las no embarazadas con COVID-19 (OR combinado de 1.8; p > 0.05).
Las complicaciones más frecuentes del embarazo fueron el sufrimiento fetal (10% de 429), la ruptura prematura de membranas ([RPM] 10% de 419) y la diabetes gestacional ([DG] 6% de 448). Otras complicaciones referidas con menor frecuencia fueron el desprendimiento de placenta (6% de 54), el trabajo de parto prematuro espontáneo (5% de 164), la preeclampsia (4% de 431), los trastornos hipertensivos de la gestación (4% de 426) y otras complicaciones (8% de 391). Se refirieron complicaciones en el posparto, como hemorragia y atonía uterina, en el 32% de las embarazadas (de 131). El riesgo de neonatos con bajo peso fue más alto en los embarazos de mujeres con COVID-19 (OR de 6.8; p < 0.05); el mismo patrón se observó para la mala perfusión vascular placentaria materna (OR de 7.3, p < 0.05), en comparación con mujeres sin COVID-19.
Las comorbilidades más frecuentes en embarazadas con COVID-19 fueron la obesidad y el asma; las cesáreas se indicaron con mayor frecuencia en embarazadas. Se identificaron neonatos con infección por SARS-CoV-2 en el 14% de los casos. Las embarazadas con COVID-19 fueron sometidas con mayor frecuencia a cesárea (OR de 6.7); además, los partos pretérminos fueron más comunes (OR combinado de 2.9) y los neonatos de mujeres con COVID-19 fueron internados, con mayor frecuencia, en UCI neonatal (OR combinado de 5.9).
Conclusión
La información acerca de los efectos adversos de COVID-19 durante el embarazo es escasa. Según los resultados de la presente revisión no es posible descartar riesgo aumentado de cesárea y prematuridad. Sin duda se requiere consenso para la indicación de cesárea en embarazadas con COVID-19, de manera independiente de la gravedad. Además, el número elevado de prematuros podría ser consecuencia del número elevado de cesáreas indicadas por COVID-19. No obstante, estos hallazgos son preliminares y deberán ser confirmados en estudios prospectivos con grupos adecuados de comparación.
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