Introducción

La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), causada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2), afecta predominantemente a adultos; sin embargo, diversos artículos comunicaron casos graves en niños y jóvenes. Las manifestaciones clínicas de la infección por SARS-CoV-2 en niños consisten en una enfermedad respiratoria similar a la descrita en adultos; sin embargo, en esta población, la infección también puede manifestarse como un síndrome inflamatorio multisistémico, particularmente frecuente en niños (MIS-C [multisystem inflammatory syndrome in children]).

A diferencia de la COVID-19 en adultos, para quienes se dispone de amplia información, los efectos del virus en niños y jóvenes son mucho menos conocidos. La mayoría de los estudios en niños se realizaron en una única institución, tuvieron un grupo reducido de pacientes y prestaron atención especial a una única manifestación clínica. Por lo tanto, el espectro completo de la enfermedad asociada con la infección por SARS-CoV-2 en niños y jóvenes todavía no se conoce con precisión. Asimismo, aunque numerosos trabajos refirieron que la COVID-19 afecta desproporcionadamente a las minorías étnicas y a las personas de escasos recursos, estos fenómenos no se evaluaron en amplias poblaciones de niños internados. Sin embargo, es fundamental conocer con exactitud los factores clínicos asociados con la evolución clínica desfavorable y la descompensación en estos pacientes.

El objetivo del presente estudio fue caracterizar la evolución clínica de niños y jóvenes internados por infección por SARS-CoV-2 e identificar las características clínicas asociadas con el aumento del riesgo de evolución grave durante la internación.

Pacientes y métodos

El presente estudio multicéntrico, retrospectivo y prospectivo se realizó con niños y jóvenes (22 años o menos) internados por infección por SARS-CoV-2 y MIS-C en 8 centros de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, el epicentro inicial de la epidemia de COVID-19 en los EE. UU. Los datos para los pacientes internados hasta el 12 de abril de 2020 se recogieron de manera retrospectiva y, de manera prospectiva, para aquellos internados con posterioridad. Los hospitales participantes integran el Tri-State Pediatric COVID-19 Consortium. Los pacientes debían tener infección por SARS-CoV-2 confirmada por reacción en cadena de la polimerasa por transcripción inversa (RT-PCR) o reunir los criterios para MIS-C de los Centers for Disease Control and Prevention, es decir, edad menor de 21 años, fiebre de más de 24 horas, marcadores bioquímicos de inflamación, compromiso de 2 órganos o más e infección confirmada por SARS-CoV-2 o exposición a un caso de COVID-19 en el transcurso de las 4 semanas previas al inicio de los síntomas, en ausencia de otros diagnósticos posibles.

La COVID-19 respiratoria se definió según los criterios de la Organización Mundial de la Salud: tos, disnea, taquipnea, necesidad de tratamiento con oxígeno o signos radiológicos compatibles con neumonía. La gravedad de la enfermedad se definió en función de la necesidad de internación en el transcurso de 48 horas o más.

Se tuvieron en cuenta la etnia, la obesidad y las comorbilidades. Mediante modelos de regresión logística de variables múltiples se analizaron los grupos de enfermedad respiratoria y de MIS-C de manera separada, con la finalidad de identificar las características de los pacientes en el momento de la internación que predijeron la evolución a enfermedad grave. Se calcularon los odds ratios (OR) ajustados.

Resultados

Se identificaron 281 pacientes internados con infección por SARS-CoV-2, clasificados en tres grupos en función de los hallazgos clínicos: 143 (51%) tuvieron enfermedad respiratoria, 69 (25%) presentaron MIS-C y 69 (25%) presentaron otras manifestaciones clínicas, como enfermedad gastrointestinal o fiebre. Los pacientes con MIS-C fueron, más frecuentemente, negros no hispanos, en comparación con los pacientes con síndrome respiratorio (35% en comparación con 18%, respectivamente, p = 0.02).

Diecisiete pacientes (2%) fallecieron y 114 (41%) debieron ser internados en unidades de cuidados intensivos. En los análisis de variables múltiples, la obesidad (OR: 3.39; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: 1.26 a 9.10, p = 0.02) y la hipoxia en el momento de la internación (OR: 4.01; IC 95%: 1.14 a 14.15; p = 0.03) fueron variables predictivas de enfermedad respiratoria grave. El recuento absoluto más bajo linfocitos (OR: 8.33 por unidad de disminución en 10⁹ células/l, IC 95%: 2.32 a 33.33, p = 0.001) y el aumento de los niveles de proteína C-reactiva (OR: 1.06 por cada unidad de aumento en mg/dl, IC 95%: 1.01 a 1.12, p = 0.017) fueron factores que anticiparon MIS-C grave. En cambio, la raza, la etnia y el estado socioeconómico no fueron factores predictivos de la gravedad de la enfermedad.

Conclusión

El presente estudio multicéntrico de cohorte describió un espectro de manifestaciones clínicas de infección por SARS-CoV-2 en niños y jóvenes internados en 3 regiones de los EE. UU., racialmente diversas, a pesar de que en todas ellas la mayoría de los pacientes internados fue hispana o de raza negra.

Diversas variables clínicas permitieron diferenciar distintos fenotipos de infección por SARS-CoV-2. Más de la mitad de los pacientes con enfermedad respiratoria tenía más de 13 años en el momento de la internación. Al igual que en los adultos, los niños y jóvenes con síntomas respiratorios por COVID-19 por lo general tenían obesidad, enfermedad pulmonar preexistente o trastornos neurológicos. Por el contrario, los pacientes con MIS-C habitualmente no presentaron comorbilidades y más de la mitad tenía menos de 7 años. Si bien los pacientes con MIS-C por lo general presentaron enfermedad grave y requirieron terapia con vasopresores e inmunomoduladores, la evolución intrahospitalaria en general fue muy buena.