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Introducción
La enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) habría surgido en China en diciembre de 2019 y se extendió de forma rápida por todo el mundo. La principal complicación clínica en pacientes con COVID-19 es el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Se han informado tasas de mortalidad de entre el 49% y 97% entre pacientes con COVID-19 ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Sin embargo, se han reportado tasas de mortalidad más bajas en áreas donde la capacidad de la UCI permitió la admisión oportuna de todos los pacientes con COVID-19 que requerían cuidados críticos. En Grecia, el primer caso confirmado de COVID-19 se detectó el 26 de febrero de 2020 y el 11 de marzo el gobierno tomó medidas restrictivas para frenar la propagación de esta enfermedad. A partir de entonces, se observó una respuesta eficaz al brote al desacelerar la propagación de COVID-19 y el número de pacientes con COVID-19 confirmado y de aquellos que requirieron ingreso hospitalario y en la UCI fue limitado, por lo que no abrumaron los recursos hospitalarios. Esto permite pensar que los recursos hospitalarios sobrecargados por la extensión de la pandemia y no por la enfermedad en sí podrían desempeñar un papel importante en el pronóstico desfavorable de los pacientes críticos con COVID-19 que requieren ingreso en la UCI.
El objetivo de la presente investigación fue analizar la evolución de los pacientes críticos con COVID-19 ingresados en las UCI generales de un hospital con recursos suficientes.
Métodos
Se realizó un estudio observacional prospectivo de pacientes adultos con COVID-19 ingresados de manera consecutiva en las UCI designadas para COVID-19 en el Hospital Evangelismos, Atenas, Grecia del 11 de marzo al 27 de abril de 2020. El diagnóstico de COVID-19 se confirmó mediante reacción en cadena de polimerasa (PCR). Durante el período de estudio, todos los pacientes con COVID-19 que requirieron cuidados críticos fueron ingresados oportunamente en una UCI y tratados por equipos de atención de la UCI multidisciplinarios estándar con las proporciones habituales de personal de la UCI. No faltaron ventiladores u otros dispositivos de apoyo respiratorio, máquinas de diálisis, medicamentos u otros suministros de cuidados críticos, incluido el equipo de protección personal. El uso rutinario de la oxigenoterapia con cánula nasal de alto flujo no se limitó. El manejo clínico se dejó a discreción del médico tratante. El tratamiento de los pacientes con ventilación mecánica se realizó de acuerdo con las directrices de tratamiento del SDRA. Un grupo histórico de 64 pacientes con SDRA sin COVID-19 se utilizó como grupo de control. Todos estos pacientes fueron ventilados con ventilación mecánica convencional (VMC) con protección pulmonar, y fueron tratados de acuerdo con las pautas de tratamiento del SDRA por el mismo personal médico involucrado en el presente estudio. Los datos se recopilaron hasta el 16 de junio de 2020. Todos los datos de los pacientes, clínicos y de laboratorio, así como la configuración y las mediciones del ventilador fueron registrados. El SDRA se definió de acuerdo con los criterios de la Definición de Berlín. La gravedad de la enfermedad se evaluó mediante los puntajes de la Acute Physiology and Chronic Health Evaluation (APACHE) II y la Sequential Organ Failure Assessment (SOFA). La gravedad del daño pulmonar agudo en pacientes con ventilación mecánica se clasificó mediante el uso del Lung Injury Score. La evolución de la disfunción orgánica durante la estadía en UCI se evaluó mediante el cálculo del puntaje SOFA al ingreso y en los días 3, 5, 10, 14 y 21 de la UCI.
Resultados
Un total de 50 pacientes críticos con COVID-19 fueron ingresados en la UCI. La mediana de edad de los pacientes fue de 64 años y 24 pacientes (48.0%) tenían más de 65 años. La mayoría de los pacientes eran caucásicos. La hipertensión y la diabetes fueron las comorbilidades más frecuentes. Cinco pacientes (10.0%) tenían malignidad hematológica, mientras que 18 pacientes (36.0%) tenían al menos dos comorbilidades. La mediana de tiempo desde el inicio de los síntomas hasta el ingreso hospitalario fue de siete días. El 46% de los pacientes ingresaron en la UCI dentro de las 24 horas posteriores al ingreso hospitalario. Al ingreso en la UCI, la mediana del puntaje APACHE II fue 12 y la mediana del puntaje SOFA fue de 7. La mediana del índice de tensión de oxígeno arterial (PaO2)/ fracción de oxígeno inspirado (FiO2) fue de 121 mmHg y la mayoría de los pacientes tenían SDRA moderada o grave. Se aplicó ventilación mecánica invasiva en 41 pacientes (82%). Un total de 14 pacientes (28%) recibieron cánula nasal de alto flujo, mientras que sólo 2 pacientes (4%) fueron tratados con ventilación mecánica no invasiva. De los 50 pacientes ingresados en la UCI, 16 fallecieron (32.0%), 33 pacientes fueron dados de alta vivos de la UCI (66.0%) y un paciente permaneció en la UCI (2.0%) aún recibiendo ventilación mecánica invasiva. La mortalidad hospitalaria fue del 32.0%, mientras que la mortalidad a los 28 días fue del 24%.
Conclusiones
Los recursos hospitalarios pueden ser un aspecto importante de las tasas de mortalidad entre los pacientes graves con COVID-19, ya que los recursos hospitalarios sobrecargados por la extensión de la pandemia más que por la enfermedad en sí podrían desempeñar un papel importante en el pronóstico desfavorable de los pacientes que requieren ingreso en la UCI. Los pacientes gravemente enfermos con COVID-19 con SDRA moderado y grave pueden tener tasas de mortalidad iguales o incluso menores en comparación con el SDRA atribuido a otras causas.
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