Introducción
A finales de 2019 se comunicaron en China 27 casos de neumonía de origen desconocido. El agente etiológico fue identificado como un virus ARN de la familia de los coronavirus, el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2). Los síntomas de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) suelen aparecer tras un período de incubación de 4 a 8 días; los más comunes son los síntomas respiratorios; los pacientes con COVID-19 grave presentan neumonía y falla de múltiples órganos, con riesgo de vida.
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia de COVID-19; hasta el 30 de abril se comunicaron 3 090 445 casos en todo el mundo, con 217 769 decesos; en España, desde el inicio de la alerta por SARS-CoV-2 se han registrado 213 435 casos y 24 543 defunciones.
SARS-CoV-2 se transmite de persona a persona a través de gotitas de secreciones respiratorias eliminadas con el habla, la tos o los estornudos de las personas infectadas; también puede transmitirse por contacto a través de superficies contaminadas. Se ha sugerido que el virus también puede transmitirse por aerosoles; en cambio, no existen evidencias que avalen la transmisión vertical.
Los profesionales de la salud representan un grupo particular de riesgo, por el contacto cercano y repetido con casos de infección por el SARS-CoV-2, por estar expuestos a salpicaduras de fluidos biológicos y por realizar procedimientos que generan aerosoles (resucitación cardiopulmonar, intubación, extubación).
Según las estimaciones de la OMS, el 8 de abril existían 22 073 casos de COVID-19 en profesionales sanitarios en un total de 52 países. En China, al 17 de febrero, el 3.8% de los contagios correspondían a profesionales sanitarios. En Italia había alrededor de 18 000 trabajadores sanitarios infectados, y en España, hasta el 30 de abril, el número de profesionales de centros sanitarios contagiados ascendía a 41 239. Se han referido índices de contagio del 31% entre los profesionales del Hospital de Alcorcón (Madrid), 24% en el Hospital Ramón y Cajal (Madrid) y de 11% del Hospital Clínic de Barcelona.
Las cifras son particularmente preocupantes, ya que los profesionales de la salud representan el 21.4% de los contagios totales; a su vez, los trabajadores de la salud pueden contagiar a los pacientes. Los protocolos de prevención del contagio entre los trabajadores de centros sanitarios consisten en tres líneas principales de actuación: la utilización de equipos de protección individual (EPI); la higiene de manos con agua y jabón líquido o sólido (con las manos limpias se puede utilizar solución hidroalcohólica) durante al menos 40 o 60 segundos siguiendo los 5 momentos recomendados por la OMS, y, por último, las acciones en el lugar de trabajo: limpieza y desinfección de superficies y enseres, cambio diario de uniforme y ducha antes de volver al domicilio.
Como consecuencia del nivel elevado de contagio entre los profesionales de la salud de España se ha puesto en marcha el proyecto SANICOVI® con el objetivo de describir los factores relacionados con la situación de contagio del SARS-CoV-2 identificados por los profesionales de la salud de ese país y proponer estrategias de prevención.
Métodos
El estudio descriptivo transversal utiliza los datos recogidos entre el 4 y el 30 de abril de 2020. La población diana está constituida por profesionales de la salud de todas las comunidades autónomas de España, con actividad en cualquier centro que atienda a pacientes con COVID-19 y que sean un caso confirmado de infección por SARS-CoV-2 por laboratorio.
Se tuvieron en cuenta variables sociodemográficas, variables laborales y variables epidemiológicas. Se realizó análisis descriptivo y bivariado según la naturaleza de las variables.
Resultados
Se analizaron 2230 cuestionarios sobre una población potencial de 41 239 profesionales (5.47%). El 76.4% de los participantes fueron mujeres; la edad media fue de 42.53 años y respondieron fundamentalmente enfermeras (48.3%) y médicos (29.6%). El motivo para realizar el diagnóstico fue: caso sospechoso (63.4%) y caso probable (12.3%). Se hizo estudio de contactos al 50.3% de los casos.
Las respuestas acerca de la disponibilidad de medidas de protección individual “siempre o frecuentemente” fueron: mascarilla FPP1, 57.3%, guantes 89.5%, jabón 95% y solución hidroalcohólica 91.5%, y en EPI, mascarillas FPP2, FPP3, gafas y batas desechables alrededor del 50%. La disponibilidad de medidas protectoras, por ámbito de trabajo, presentó diferencias significativas.
Conclusión
Según los datos disponibles hasta el 30 de abril de 2020, España es uno de los países con mayores cifras de contagio en profesionales sanitarios (21.4%), con representación desigual en todo el territorio. En la mayoría de los casos (75.7%), la realización de las pruebas diagnósticas se debió a la presencia de síntomas.
Si bien el estudio es de carácter preliminar, ya que es necesario analizar una muestra de mayor tamaño para reducir el margen de error, los datos obtenidos en las primeras semanas apuntan a la gestión de la cadena de contagios, al uso y la adecuación en la disponibilidad de equipos de protección, y la efectividad en la realización de las distintas etapas del lavado de manos, como factores clave que podrían influir en el contagio de los profesionales. Todos estos factores deberán ser tenidos en cuenta en el futuro para mejorar los protocolos de control y prevención de la infección por SARS-CoV-2 en el entorno sanitario.
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