Introducción
En los primeros pacientes con enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19 por su sigla en inglés) comunicados en China se refirió daño agudo del miocardio, asociado con pronóstico desfavorable. Los mecanismos involucrados en la fisiopatogenia del daño miocárdico todavía no se conocen con precisión; sin embargo, es probable que la lesión obedezca, al menos en parte, al daño microvascular, la miocarditis, la hipoxemia, el daño del tejido miocárdico inducido por citoquinas y la miocardiopatía por estrés.
En la mayoría de los casos referidos, el daño del miocardio se identificó mediante la detección de aumento de los niveles séricos de biomarcadores, en ausencia de estudios por imágenes. El objetivo del presente estudio fue describir los hallazgos ecocardiográficos en 37 pacientes consecutivos, internados en unidad de cuidados intensivos (UCI), por síndrome de dificultad respiratoria del adulto por COVID-19.
Pacientes y métodos
La investigación prospectiva se realizó en el Servicio de Cardiología, Complejo Asistencial Universitario de León, León, España; abarcó pacientes con COVID-19 confirmada por laboratorio – reacción en cadena de la polimerasa (PCR por su sigla en inglés). Los pacientes debieron ser internados en UCI por síndrome de dificultad respiratoria del adulto. Según los hallazgos ecocardiográficos, los enfermos se dividieron en dos grupos, según tuvieran fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI) superior o inferior a 50%.
En los pacientes con FEVI reducida se realizó una estimación cualitativa de la función sistólica: reducción leve, 49% a 40%; reducción moderada, 39% a 30%, y reducción grave, FEVI por debajo de 30%. Se consideraron los niveles de troponina T ultrasensible, fracción aminoterminal del propéptido natriurético cerebral, proteína C-reactiva (PCR) y ferritina, como biomarcadores de inflamación; los niveles séricos máximos de estos biomarcadores se compararon en los dos grupos de pacientes.
En la ecocardiografía se tuvieron en cuenta la función del ventrículo izquierdo y del ventrículo derecho y la presencia de anomalías segmentarias en la contractilidad, la distribución coronaria o no coronaria y la presencia de derrame pericárdico. Las variables continuas se compararon con prueba de la U de Mann-Whitney o prueba de la t de Student, en tanto que las variables categóricas se compararon con pruebas de Fisher o de chi cuadrado, según el caso.
Resultados
Fueron analizados 37 pacientes con COVID-19 confirmada por laboratorio, internados en UCI por síndrome de distrés respiratorio agudo. La edad promedio de los pacientes fue de 67.6 años y el 91.9% eran hombres. Ningún enfermo presentaba antecedentes de insuficiencia cardíaca o disfunción sistólica del ventrículo izquierdo. La mediana del cociente PaO2/FiO2 fue de 107.5. El 16.2% de los enfermos (n: 6) tenían FEVI por debajo del 50% (2 presentaban reducción leve y 4 tenían reducción moderada). La mitad de estos pacientes presentaban anomalías segmentarias de la contractilidad (en todos los casos con distribución coronaria, 2 a nivel inferior y uno, a nivel anterolateral); el resto de los pacientes presentaban disminución difusa de la contractilidad del miocardio. Se detectaron 3 pacientes con función sistólica del ventrículo derecho reducida (8.1%), en dos de ellos en simultáneo con FEVI reducida. El 33% de los pacientes presentaron derrame pericárdico.
La mediana de los niveles de troponina T cardíaca ultrasensible fue más alta en los pacientes con FEVI reducida, pero la diferencia no fue estadísticamente significativa (p = 0.0698). No se observaron diferencias en los valores máximos de la fracción aminoterminal del propéptido natriurético cerebral, ferritina o PCR.
Siete de los 37 pacientes analizados (18.9%) fallecieron a una mediana de seguimiento de 75 días (71 a 82 días); ninguno de ellos presentó FEVI reducida. Ninguna de las variables analizadas (FEVI < 50%, disfunción del ventrículo derecho, derrame pericárdico o anomalías segmentarias de la contractilidad) se asoció con la mortalidad o con necesidad de nuevas internaciones.
Conclusión
El presente fue el primer estudio prospectivo realizado en un Servicio de Cardiología de España en el cual se analizó de manera sistemática el daño del miocardio en pacientes con COVID-19 grave, internados en UCI. La prevalencia de FEVI fue más alta que la referida con anterioridad. Se destaca que en la cohorte analizada en la presente ocasión se comprobaron niveles séricos más altos de troponina T ultrasensible y una mayor prevalencia de derrame pericárdico (33.3%); estas anomalías, no obstante, no se vincularon con la mortalidad o la necesidad de nuevas internaciones, probablemente en relación con la reducción leve o moderada de la FEVI.
En esta cohorte, la disfunción del ventrículo izquierdo determinada por ecocardiografía portátil (FEVI) no fue un factor predictivo de la mortalidad. Los resultados avalan las recomendaciones de la Sociedad Española de Imagen Cardíaca que establece que la ecocardiografía sólo debería solicitarse en pacientes con determinadas características clínicas, por ejemplo enfermos con insuficiencia cardíaca, arritmias, cambios electrocardiográficos o cardiomegalia.
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