Resúmenes amplios

EFECTOS DIFERENCIALES DE LAS ESTATINAS EN PACIENTES CON COVID-19


Módena, Italia:
En este comentario del estudio los autores manifiestan que se observó un efecto diferencial de las estatinas respecto a su rol protector en pacientes con COVID-19. Las estatinas liposolubles lograron reducir significativamente el riesgo de mortalidad, no así las hidrofílicas.

Internal and Emergency Medicine 1-4

Autores:
Rossi R

Institución/es participante/s en la investigación:
University of Modena and Reggio Emilia

Título original:
Protective Role of Statins in COVID 19 Patients: Importance of Pharmacokinetic Characteristics Rather than Intensity of Action

Título en castellano:
Rol Protector de las Estatinas en Pacientes con COVID 19: Importancia de las Características Farmacocinéticas más que de la Intensidad de Acción

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
1.99 páginas impresas en papel A4

Potencialmente las estatinas pueden defender a los pacientes con COVID-19 contra la respuesta inflamatoria sistémica producida por el virus SARS-CoV-2. Estos fármacos poseen efectos antiinflamatorios, y algunos hospitales las incluyeron en el protocolo de tratamiento de COVID-19. Además, los estudios in vitro verificaron que “existe evidencia que sugiere que las estatinas ejercen actividad antiviral y pueden bloquear la infectividad de los virus envueltos”. En otras palabras, las estatinas podrían ser inhibidores eficaces de la proteasa principal del SARS-CoV-2, que es un objetivo farmacológico potencial.

En base a estas premisas anteriores, los autores plantean la hipótesis que los pacientes que tomaban estatinas estaban más protegidos contra el riesgo de mortalidad que aquellos que no las tomaban. Verificaron esta hipótesis en una población de 71 pacientes consecutivos con alguna enfermedad cardiovascular crónica preexistente, que se enfermaron de COVID-19. El único criterio de valoración del estudio fue la mortalidad por todas las causas. Los pacientes fueron separados de acuerdo a la utilización o no de estatinas.

La tasa de mortalidad de aquellos que utilizaban estatinas fue del 21.4% (fallecieron 9 de 42 pacientes), mientras que en el grupo que no las utilizaba la mortalidad fue del 34.5% (10 de 29 pacientes). La comparación de las curvas de supervivencia mostró una diferencia estadísticamente no significativa. En otras palabras, se observó una tendencia hacia una reducción del riesgo de mortalidad, pero el efecto parece sustancialmente no significativo.

Como análisis adicional, para investigar si la intensidad de acción de las estatinas podría influir en el riesgo de mortalidad, se dividieron a los 42 pacientes que las utilizaban en dos subgrupos. Los resultados fueron que 18 de 42 pacientes tomaban alguna estatina de alta intensidad (8 pacientes rosuvastatina 20 mg/día; 8 atorvastatina 40 mg/día y 2 atorvastatina 80 mg/día), y 24 de 42 pacientes una estatina de baja a moderada intensidad (6 rosuvastatina 10 mg/día, 2 pravastatina 40 mg/día, 2 atorvastatina 10 mg/día, 4 simvastatina 20 mg/día y 14 atorvastatina 20 mg/día). En el subgrupo de alta intensidad fallecieron 4 pacientes de 18 (22.2%), frente a 6 pacientes de 24 (25.0%) del grupo de intensidad baja a moderada. La comparación entre las curvas de supervivencia, a diferencia de los pacientes que no tomaban estatinas, no mostró diferencias significativas.

Para demostrar si las características farmacocinéticas de las estatinas podían determinar la protección cardiovascular, se dividieron a los 42 pacientes en dos subgrupos, según la solubilidad de la estatina utilizada. El resultado fue que 16 de 42 pacientes (38.1%) tomaron una estatina hidrofílica (rosuvastatina en 14 pacientes y pravastatina en 2), mientras que 26/42 (61.9%) tomaron una estatina lipofílica (atorvastatina en 22 pacientes y simvastatina en 4). La comparación entre las curvas de supervivencia, a diferencia de los pacientes que no tomaban estatinas, indicó una diferencia significativa entre los grupos. En particular, el grupo de estatinas lipofílicas demostró una reducción significativa de la mortalidad tanto en pacientes que no toman estatinas como en pacientes que tomaban estatinas hidrofílicas. No se encontraron diferencias en cuanto a características clínicas y perfil lipídico entre los pacientes que tomaban estatinas hidrofílicas o lipofílicas.

El SARS-CoV-2 infecta múltiples tipos de células en diferentes órganos, mediante la unión a la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE2), el receptor crítico que media la entrada del virus. Muchos estudios demostraron que, si bien los pulmones están enormemente dañados, la infección por COVID-19 puede extenderse a muchos órganos, incluidos los vasos sanguíneos, el corazón, el intestino y los riñones. Por tanto, existen tejidos abundantemente infectados, especialmente ricos en ACE-2, que constituyen los verdaderos “depósitos de infección”, desde donde se propaga el virus. Estos tejidos son el cerebro, el sistema nervioso central y el tejido adiposo. Además, la embolia de células adiposas amplifica tanto los fenómenos inflamatorios como el estado protrombótico.

Dada la disponibilidad, el bajo costo y la seguridad de las estatinas, hubo un intenso debate sobre su utilización como parte del tratamiento de la COVID-19. En un estudio reciente, no se encontraron diferencias significativas en la utilización crónica de estatinas en pacientes con COVID-19 que evolucionaban con lesión cardíaca.

El papel beneficioso de las estatinas puede explicarse por su acción inmunomoduladora o por medio de la prevención del daño cardiovascular.

Las estatinas lipofílicas tienen un gran volumen de distribución, alcanzan todos los tejidos del organismo y proporcionan una función protectora frente al virus. Por el contrario, las hidrófilas tienen algunas dificultades para penetrar los órganos, incluido el tejido adiposo y los tejidos protegidos por barreras funcionales (barrera hematoencefálica). Por tanto, incluso con la misma eficacia hipolipemiante, las estatinas hidrófilas tienen menos efectos antiinflamatorios.

Se mencionan como limitaciones del estudio, en primer lugar, a que se trató de un estudio observacional, por lo que puede proporcionar asociaciones pero no causalidad, y al pequeño tamaño de la muestra. Por lo cual, estos hallazgos deben validarse en una población más grande y en ensayos aleatorizados.

En conclusión, las estatinas lograron reducir significativamente el riesgo de mortalidad del paciente con COVID-19, siempre que logren llegar a los sitios donde el virus crea daños y donde se acumula, es decir, siempre que se utilicen estatinas lipofílicas.



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