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Introducción
La actual pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) provocada por coronavirus 2 asociado al síndrome agudo respiratorio grave (SARS-CoV-2) comenzó en la ciudad de Wuhan, China, en diciembre de 2019 y se extendió rápidamente por todo el mundo. Se informaron un total de 82 692 casos de COVID-19, con 4 632 muertes en China continental, correspondientes a 50 333 casos en la ciudad de Wuhan y 628 casos en la ciudad de Shanghai. La epidemia en Wuhan y en el resto de China disminuyó después de la implementación de estrictas medidas de contención y restricciones de movimiento. Recientemente, surgieron casos nuevos vinculados con los viajes. No se ha dilucidado completamente la interacción entre la edad, los patrones de contacto, el distanciamiento social, la susceptibilidad a la infección y la dinámica de la COVID-19. En este estudio, se evaluaron los cambios en los patrones mixtos vinculados con el distanciamiento social mediante la recopilación de datos de contacto en medio de la epidemia en Wuhan y Shanghai.
Métodos
Se realizaron encuestas de los contacto en 2 ciudades: Wuhan, el epicentro del brote y Shanghai, una de las ciudades más grandes y densamente pobladas del sureste de China que experimentó una amplia importación de casos de COVID-19 de Wuhan, así como transmisión local. Las encuestas se llevaron a cabo del 1 de febrero de 2020 al 10 de febrero de 2020, momento en que la transmisión de COVID-19 alcanzó su punto máximo en China y se implementaron intervenciones estrictas. Se pidió a los participantes en Wuhan que completaran un cuestionario que describiera su conducta de contacto en 2 días diferentes: un día laborable regular entre el 24 de diciembre de 2019 y el 30 de diciembre de 2019, antes de que se produjera el brote de COVID-19 reconocido oficialmente, y el día anterior a la entrevista (período del brote). Se pidió a los participantes en Shanghai que completaran el mismo cuestionario utilizado para Wuhan, pero solo durante el período del brote. Para el período de referencia en Shanghai, se utilizó una encuesta realizada en 2017-2018 con un diseño similar. En estas encuestas, un contacto se definió como una conversación bidireccional que involucra 3 o más palabras en presencia física de otra persona o un contacto físico directo (por ejemplo, un apretón de manos). Se estimaron las diferencias en la susceptibilidad a la infección según la edad a partir de los datos de rastreo de contactos recopilados por el Hunan Provincial Center for Disease Control and Prevention (CDC) de Hunan, China. Sobre la base de estos datos empíricos, se elaboró un modelo matemático de transmisión de enfermedad para dilucidar como la transmisión de COVID-19 se ve afectada por las diferencias en cuanto a la edad, la biología de la infección por COVID-19 y los patrones mixtos alterados debido al distanciamiento social. Además, se evaluó el impacto del distanciamiento social y el cierre de escuelas en la transmisión.
Resultados
Se analizaron un total de 1 245 contactos informados por 636 participantes del estudio en Wuhan y 1 296 contactos informados por 557 participantes en Shanghai. En Wuhan, el número promedio diario de contactos por participante se redujo significativamente de 14.6 para el período de referencia a 2 para el período del brote durante la implementación de las medidas de distanciamiento social (p < 0.001). La reducción en los contactos fue significativa para todas las estratificaciones por sexo, grupo de edad, tipo de profesión y tamaño del grupo familiar. Se observó una reducción de mayor magnitud en Shanghai, donde el número promedio diario de contactos disminuyó de 18.8 a 2.3. Los contactos diarios se redujeron de 7 a 8 veces durante el período de distanciamiento social implementado frente a la COVID-19 y la mayoría de las interacciones se restringieron al hogar. Se encontró que los niños de 0 a 14 años fueron menos susceptibles a la infección por SARS-CoV-2 que los adultos de 15 a 64 años de edad (odds ratio 0.34, intervalo de confianza del 95% [IC 95%] 0.24-0.49, p < 0.0001), mientras que, en contraste, las personas mayores de 65 años fueron más susceptibles a la infección (odds ratio 1.47, IC 95% 1.12-1.92, p = 0.005). Sobre la base de estos datos, se elaboró un modelo de transmisión para estudiar el impacto del distanciamiento social y el cierre de escuelas en la transmisión y se encontró que el distanciamiento social solamente, tal como se implementó en China durante el brote, fue suficiente para controlar la COVID-19. Si bien el cierre proactivo de las escuelas no puede interrumpir la transmisión por sí solo, pueden reducir la incidencia máxima en un 40-60% y retrasar la epidemia.
Conclusión
Según los autores, su estudio proporciona pruebas de que las intervenciones implementadas en Wuhan y Shanghai y los cambios resultantes en la conducta humana, disminuyeron drásticamente los contactos diarios, reduciéndolos esencialmente a las interacciones domésticas. Esto condujo a una reducción sustancial de la transmisión de SARS-CoV-2. Es probable que el distanciamiento social de toda la población, las estrategias basadas en casos y los esfuerzos de descontaminación hayan contribuido a lograr el control del brote en ambas ciudades.
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