Introducción

La pandemia de enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19 por su sigla en inglés) se ha asociado y se sigue asociando con consecuencias importantísimas en términos sanitarios, sociales y económicos. Una de ellas fue la interrupción brusca de las actividades escolares en niños y adolescentes, obligándolos a permanecer en los hogares con el objetivo de minimizar la diseminación del virus; el efecto es más preocupante aún para los niños y adolescentes con obesidad. La información en conjunto sugiere que la pandemia de COVID-19 podría exacerbar los factores de riesgo asociados con la ganancia de peso, tal como ocurre durante el receso escolar de verano. Además, se ha sugerido que en tiempos de pandemia es común que en los hogares se acumulen alimentos no saludables, ultra procesados y altamente calóricos. En este escenario, el objetivo del presente estudio longitudinal fue analizar la hipótesis de que los factores que contribuyen al aumento de peso en niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad estarían incrementados en épocas de pandemia, como consecuencia de la interrupción brusca de las actividades escolares normales.

Pacientes y métodos

Fueron reclutados niños y adolescentes con obesidad (índice de masa corporal [IMC] > 25 kg/m², en el contexto del estudio de observación longitudinal, actualmente en marcha en Verona, Italia, OBELIX. Los cambios saludables en el estilo de vida representan el objetivo terapéutico principal de la investigación. La primera evaluación tuvo lugar entre mayo y julio de 2019, período durante el cual los participantes fueron involucrados en actividades no estructuradas, luego del horario escolar. Al inicio y en los controles de seguimiento se determinaron el IMC, los puntajes Z del IMC y los percentiles del IMC. Para el presente estudio se aplicó un cuestionario de 12 secciones acerca de la participación en actividades deportivas, el tiempo ocupado con la computadora o la televisión, los hábitos del sueño y los hábitos alimentarios. El principal objetivo del estudio fue analizar la hipótesis de que la cuarentena obligatoria durante COVID-19 se asociaría con cambios desfavorables en el estilo de vida.

La muestra de análisis abarcó 41 niños y adolescentes con obesidad, participantes del OBELIX.

Resultados

No se registraron cambios en la cantidad ingerida de vegetales, pero la ingesta de frutas aumentó durante el aislamiento (p = 0.055). También se comprobó un incremento significativo del consumo de papas fritas, carnes rojas y bebidas dulces (p 0.005 a p < 0.001). El tiempo dedicado a las actividades deportivas se redujo considerablemente en 2.3 ± 4.6 horas por semana (p = 0.003), en tanto que el tiempo de sueño se incrementó en 0.65 ± 1.29 horas por día (p = 0.003). El tiempo en actividades de computación y mirando televisión aumentó en 4.85 ± 2.4 horas por día (p < 0.001).

Conclusión

Se sabe que los niños y los adolescentes aumentan más de peso durante el receso escolar de verano, en comparación con el año lectivo; por lo tanto, la cuarentena obligada, asociada con la pandemia de COVID-19 podría asociarse con cambios desfavorables en el estilo de vida, en los jóvenes con obesidad.

Los resultados del presente estudio longitudinal de observación, realizado en Verona, Italia, avalan la hipótesis de que durante la cuarentena ocurren cambios no favorables en los patrones de alimentación, del sueño y del comportamiento en niños y adolescentes con obesidad. El reconocimiento de estos efectos adversos asociados con la pandemia por COVID-19 es decisivo para minimizar las consecuencias deletéreas sobre la salud, especialmente en niños y adolescentes con obesidad. Según la duración, estos efectos adversos indeseables asociados con el confinamiento podrían tener consecuencias a largo plazo sobre el nivel de adiposidad en la vida adulta.

En conclusión, la pandemia de COVID-19 se asocia con efectos colaterales que no tienen que ver directamente con la infección viral. Los niños y adolescentes con obesidad que deben permanecer en cuarentena representan un grupo particular de riesgo, en relación con la creación de un ambiente que no favorece el mantenimiento de hábitos y comportamientos saludables. El reconocimiento de este fenómeno representa el primer paso para la implementación de estrategias de prevención. Las autoridades gubernamentales y de política sanitaria deberían tener especialmente en cuenta los efectos que ejercen la cuarentena sobre la salud y los hábitos de vida de niños y adolescentes con obesidad.