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Introducción
A partir de diciembre de 2019, la enfermedad por el nuevo coronavirus (COVID-19 por su sigla en inglés) se propagó rápidamente en todo el mundo, con índices elevados de transmisión y mortalidad. Los pacientes con enfermedad por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (Severe Acute Respiratory Syndrome [SARS]-CoV-2) pueden presentar desde enfermedad respiratoria leve autolimitada hasta enfermedad muy grave, con neumonía progresiva y compromiso de múltiples órganos, asociada con índices altos de mortalidad. Por el momento no se dispone de tratamientos ni vacunas eficaces.
El plasma de convalecientes ha sido utilizado para el tratamiento de diversas infecciones, por ejemplo la asociada con SARS, con el virus del síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS por su sigla en inglés) y por el virus del Ébola; sin embargo, los resultados no han sido categóricos en ningún caso.
Recientemente, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos aprobó la utilización de emergencia de plasma de convalecientes para el tratamiento de enfermos con COVID-19 grave o muy grave, con riesgo de vida. Si bien esta modalidad terapéutica ha despertado mucho interés, la evidencia que avala su uso es limitada, de modo que su aplicación sigue siendo experimental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido recomendaciones para la utilización de plasma de convalecientes, con la finalidad de estandarizar la selección de dadores y la calidad del plasma, con el propósito de maximizar la eficacia terapéutica.
El objetivo del presente estudio clínico aleatorizado fue evaluar la eficacia y los efectos adversos de plasma de convalecientes, agregado al tratamiento estándar, respecto del tratamiento estándar exclusivo, en pacientes con COVID-19 grave y muy grave. Para el uso de plasma de convalecientes se aplicaron los estándares recomendados por la OMS.
Pacientes y métodos
El estudio clínico aleatorizado y abierto se llevó a cabo en 7 instituciones de Wuhan, China, entre 14 de febrero y 1 de abril de 2020; el seguimiento finalizó el 28 de abril de 2020. Se incluyeron 103 pacientes con COVID-19 confirmada por laboratorio; los enfermos debían presentar COVID-19 grave (síndrome de distrés respiratorio o hipoxemia) o COVID-19 muy grave, con riesgo de vida (shock, falla multiorgánica o necesidad de asistencia ventilatoria mecánica). El estudio se interrumpió de manera prematura, luego de la inclusión de 103 de los 200 enfermos según el protocolo definido de antemano. Se analizaron 52 pacientes tratados con plasma de convalecientes y 51 enfermos tratados únicamente con las medidas estándar. El criterio principal de valoración fue el tiempo hasta la mejoría clínica a los 28 días, definida en los enfermos que fueron dados de alta o los pacientes que presentaron una reducción de 2 puntos en la escala de 6 puntos de gravedad de la enfermedad. La mortalidad a los 28 días, el tiempo hasta el alta y el índice de negativización de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR por su sigla en inglés) a las 72 horas fueron criterios secundarios de valoración.
Resultados
Un total de 101 de los 103 enfermos reclutados (98.1%) completaron el protocolo; la mediana de edad fue de 70 años y el 58.3% era de sexo masculino.
Se comprobó mejoría clínica en el transcurso de los 28 días posteriores al reclutamiento en 51.9% (27 de 52) de los enfermos tratados con plasma de convalecientes, en comparación 43.1% (22 de 51) de los pacientes del grupo control (diferencia de 8.8%; intervalo de confianza del 95% [IC 95%]: −10.4% a 28.0%]; hazard ratio [HR]: 1.40; IC 95%: 0.79 a 2.49; p = 0.26).
Entre los enfermos con COVID-19 grave, el criterio principal de valoración tuvo una incidencia de 91.3% (21 de 23) entre los pacientes asignados a plasma de convalecientes, en comparación con 68.2% (15 de 22) entre los enfermos asignados a terapia estándar únicamente (HR: 2.15; IC 95%: 1.07 a 4.32; p = 0.03). Entre los pacientes con COVID-19 muy grave, con riesgo de vida, los porcentajes correspondientes fueron de 20.7% (6 de 29) y 24.1% (7 de 29), con HR de 0.88 (IC 95%: 0.30 a 2.63; p = 0.83; p para la interacción = 0.17).
No se registraron diferencias entre los grupos en los índices de mortalidad a los 28 días (15.7% y 24.0% en el mismo orden; odds ratio [OR]: 0.65; IC 95%: 0.29 a 1.46; p = 0.30) o el tiempo desde la aleatorización hasta el alta (alta al día 28 en el 51.0% y 36.0% de los enfermos en el mismo orden; HR: 1.61; IC 95%: 0.88 a 2.93; p = 0.12).
La administración de plasma de convalecientes se asoció con índice de negativización de la PCR viral a las 72 horas del 87.2%, en comparación con 37.5% en el grupo control (OR: 11.39; IC 95%: 3.91 a 33.18; p < 0.001).
Dos pacientes que recibieron plasma de convalecientes presentaron efectos adversos en el transcurso de unas pocas horas luego del tratamiento; los mismos mejoraron con tratamiento de sostén.
Conclusión
El objetivo del presente estudio clínico controlado y aleatorizado fue determinar los efectos del agregado de plasma de convalecientes a las medidas estándar en pacientes con COVID-19 grave o muy grave. En el ensayo con 103 pacientes, interrumpido de manera prematura, el HR para el tiempo hasta la mejoría clínica a los 28 días fue de 1.40, sin diferencias significativas entre los grupos. Tampoco se observaron diferencias significativas entre los grupos para los criterios secundarios de valoración. Sin embargo, el plasma de convalecientes se asoció con índices más altos de negativización de la PCR a las 24, 48 y 72 horas, de modo que se confirma la actividad antiviral. La interrupción anticipada del estudio fue una limitación importante para tener en cuenta, ya que la muestra final analizada pudo haber tenido poder insuficiente para detectar diferencias significativas entre los grupos.
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