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Introducción
La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19, por sus siglas en inglés) provocada por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2, por sus siglas en inglés) habría llevado al sistema sanitario mundial a una crisis y ha supuesto una enorme carga económica y social. La cantidad de infectados y la tasa de mortalidad de esta enfermedad podrían ser mayores a las cifras oficiales. Además, es probable que el desvío de todos los centros de salud hacia la pandemia de COVID-19 aumente la morbilidad y la mortalidad debido a otros problemas de salud. La prevención sería la mejor estrategia contra el COVID-19 no solo para evitar una mayor propagación y muertes, sino también para descargar el sistema de salud. Sin embargo, esto no sería para nada sencillo. La cloroquina (CQ) o la hidroxicloroquina (HCQ) son uno de los tantos fármacos que han sido estudiados para la prevención del COVID-19. Los posibles objetivos farmacológicos dependen del ciclo natural del SARS-CoV-2. Los estudios y directrices difieren en el uso profiláctico de estos medicamentos, lo que causa un dilema adicional entre los profesionales de la salud.
El objetivo del presente estudio fue revisar de manera sistemática el papel de CQ y HCQ en la prevención de la propagación del COVID-19.
Métodos
La búsqueda se realizó en la base de datos de PubMed, EMBASE, ClinicalTrials.gov, International Clinical Trials Registry Platform y Cochrane Library. Se incluyeron estudios preclínicos y clínicos completos y publicados que evaluaron el papel profiláctico de la CQ o la HCQ en la infección por SARS-CoV-2 (estudios preclínicos) o la COVID-19 (estudios clínicos) hasta el 30 de marzo de 2020. Se excluyeron los estudios que evaluaron los efectos terapéuticos de la CQ o la HCQ. Las opiniones clínicas se evaluaron de forma crítica siguiendo la lista de verificación de McArthur y col. (2015). Las características de los estudios preclínicos también se evaluaron de manera crítica.
Resultados
Se seleccionaron un total de 45 artículos y se incluyeron 5 (3 estudios preclínicos in vitro y 2 opiniones clínicas) en el análisis. No se dispuso de estudios clínicos originales sobre el papel profiláctico de la CQ o la HCQ en el COVID-19.
Los estudios preclínicos demostraron los efectos profilácticos de la CQ y la HCQ contra el SARS-CoV-2. La investigación de Yao y col. indicó que la HCQ tendría una mejor actividad in vitro anti-SARS-CoV-2 que la CQ en células Vero derivadas del riñón de mono verde africano. Además, estos autores destacaron el uso de una dosis de carga alta de CQ seguida de una dosis de mantenimiento baja para respaldar su propiedad farmacocinética de mayor acumulación celular y vida media de eliminación prolongada. No obstante, Liu y col. demostraron una mayor potencia de la CQ sobre la HCQ en la misma línea celular, y la diferencia fue aún más sorprendente con una multiplicidad de infección más alta, lo que sugiere que en presencia de una multiplicación más rápida del virus, CQ puede funcionar mejor que HCQ. Las posibles razones de los resultados conflictivos son difíciles de explicar. La extrapolación de pruebas in vitro a la práctica clínica sin datos clínicos sólidos debe ser realizada con cautela. Esto también pone un signo de interrogación sobre el papel preventivo donde el efecto terapéutico de CQ podría no ser adecuado. Según Xiao y col la CQ y el remdesivir tendrían una mejor potencia in vitro para inhibir el SARS-CoV-2 en las líneas celulares Vero en comparación con otros cinco medicamentos. En base a estos resultados in vitro, se ha propuesto el uso profiláctico de la CQ y la HCQ contra el COVID-19. Esto también se apoyó en la eficacia antiviral in vitro ya establecida de la CQ contra otros virus, así como contra el SARS-CoV-2.
Por otro lado, las opiniones clínicas de Zhou y col. como de Colson y col. abogaron por el uso profiláctico de la CQ y la HCQ contra el COVID-19. Ambos artículos serían de calidad razonable. El informe realizado por estos autores destacó los efectos profilácticos in vitro de la HCQ y elaboró los mecanismos moleculares de su actividad antiviral. La dosis diaria máxima de CQ es de 500 mg, mientras que HCQ se puede administrar a una dosis diaria más alta de 1200 mg, lo que equivale a 750 mg de CQ. La HCQ, en una dosis más alta, puede tener una actividad antiviral más potente en comparación con la de CQ. Además, la HCQ tiene un mejor perfil de seguridad debido a la menor acumulación de tejido en comparación con la CQ. Una ventaja adicional de la HCQ es su seguridad en el embarazo a diferencia de la CQ.
Conclusión
Se necesita de manera urgente prevenir la transmisión del COVID-19 en la población, particularmente entre las personas de alto riesgo. Aunque los resultados preclínicos son prometedores, hasta la fecha existe una escasez de datos para respaldar la eficacia de la CQ o la HCQ en la prevención del COVID-19. Esto sumado a las preocupaciones de seguridad, el peligro de privación de estos medicamentos esenciales a pacientes que realmente los necesiten debido a la acumulación de pánico, y la posibilidad de crear de una falsa sensación de protección entre las masas, indicaría que la profilaxis con CQ o HCQ del COVID-19 debe evaluarse a fondo en estudios observacionales o estudios controlados aleatorizados de alta calidad.
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