La National Health Commission de la República Popular China informó que hasta el 24 de febrero de 2020, del total de 77 262 pacientes con COVID-19 en China, 3387 (4.4%) eran trabajadores de la salud u otras personas que trabajaban en instituciones médicas. Según la Chinese Red Cross Foundation, la National Health Commission y los medios públicos, hasta el 3 de abril de 2020, 23 de los profesionales de la salud de estas 3387 personas habían muerto por COVID-19 después de haberse infectado durante la práctica de la medicina en Wuhan y otras partes de China.

La mediana de edad de los 23 trabajadores de la salud que murieron fue de 55 años (el intervalo fue de 29 a 72 años), 17 fueron hombres y 6, mujeres. Dieciocho de los trabajadores de la salud eran de Wuhan, 4 de áreas cercanas de la provincia de Hubei, fuera de Wuhan, y 1 provenía de la provincia de Hainan. Once de estas personas volvieron a ser contratatas luego de su jubilación y era sabido que al menos 5 tenían una enfermedad crónica previa, como hipertensión, fibrilación auricular o síndrome pospolio. Trece eran médicos con atención directa de pacientes (5 ejercían en centros comunitarios de salud o en clínicas privadas, 3 practicaban medicina china, 2 eran especialistas en Medicina Interna, 2 eran especialistas en Medicina Respiratoria y 1 era gastroenterólogo); 8 eran cirujanos (incluidos 3 cirujanos oftalmológicos); un técnico en electrocardiografía y una era enfermera.

De 19 trabajadores de la salud con datos disponibles, la mediana del período desde el inicio de los síntomas de COVID-19 hasta el ingreso hospitalario fue de 6 días (el intervalo fue de 0 a 15 días). Tres de ellos murieron a fines de enero; 17, en febrero y 3, a principios de marzo. En los 23 trabajadores de la salud, el período medio desde el ingreso hospitalario hasta la muerte fue de 19 días (con un intervalo de 1 a 47 días). En 16 de los trabajadores de la salud, el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) progresó rápidamente, y su condición se deterioró con celeridad; excepto 3 personas, el resto tenía 50 años o más. Después de que su condición empeoró, 12 de los 23 trabajadores de la salud fueron transferidos desde los hospitales donde ingresaron por primera vez a unidades especializadas de cuidados intensivos en otros hospitales o a hospitales especializados en enfermedades infecciosas. Además del SDRA, las complicaciones de COVID-19 en estos pacientes incluyeron lesión cardíaca, shock séptico, síndrome de disfunción orgánica múltiple, hipercoagulabilidad, trombo intracardíaco y bacteriemia.

Solo 2 de los 23 trabajadores de la salud eran especialistas en Medicina Respiratoria, asignados específicamente al tratamiento de los pacientes con COVID-19. Ninguno de los 23 profesionales que murieron trabajaba en divisiones hospitalarias de enfermedades infecciosas o en hospitales especializados en enfermedades infecciosas. Las infecciones en estos pacientes parecen deberse a precauciones inadecuadas y a protección insuficiente en las primeras etapas de la epidemia.

Hasta el 31 de marzo de 2020, ninguno de los 42 600 trabajadores de la salud que fueron a la provincia de Hubei para asistir a pacientes con COVID-19 estaban infectados con el síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus 2 (SARS-CoV-2). Los 42 600 trabajadores incluyen a uno de los autores de esta carta, médico en cuidados intensivos de la provincia de Fujian, que atendió a pacientes con COVID-19 del 29 de enero al 23 de marzo de 2020, primero en el Wuhan Central Hospital y, luego, en el Wuhan Jinyintan Hospital. Estos datos sugieren que si se toman las precauciones suficientes, con un cumplimiento riguroso, puede evitarse que los trabajadores de la salud se infecten con SARS-CoV-2, con el riego subsiguiente de muerte. Los 23 héroes de la salud descritos aquí se dedicaron a salvar la vida de otros en una pandemia catastrófica que está asolando a China y a muchos otros países en todo el mundo.