DISFUNCIÓN CEREBELOSA: EFICACIA TERAPÉUTICA EN EL CONTROL DE LA ATAXIA
Gerardo Aragón,
«Personaje», óleo sobre tela, 2008.
Mineápolis, EE.UU.:
En el control de la ataxia derivada de la disfunción cerebelosa se utiliza riluzol o 4-aminopiridina en una dosis diaria de 100 mg o de 15 mg, respectivamente. Puede administrarse ácido valproico u hormona liberadora de tirotrofina en una dosis diaria, en forma respectiva, de 1.2 g, o de 0.5 mg o 0.2 mg por vía intramuscular; también, puede realizarse, de manera diaria, fisioterapia y terapia ocupacional o estimulación magnética transcraneal del cerebelo. No obstante, en ningún caso se cuenta con información concluyente.
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Fuente científica:
Neurology
90(10):464-471