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Introducción
La osteoporosis se caracteriza por la pérdida de masa y densidad ósea y el deterioro de la microarquitectura del hueso, lo que genera mayor fragilidad esquelética y riesgo de fracturas. Las fracturas asociadas con la osteoporosis reducen la calidad de vida y las actividades cotidianas, por lo que muchos pacientes requieren cuidados a largo plazo; además, el riesgo de nuevas fracturas está aumentado. Se estima que 9.8 millones de mujeres y 3 millones de hombres mayores de 40 años en Japón presentan osteoporosis, y que para 2050, el 57% de los habitantes de ese país serán mayores de 50 años. Esta enfermedad representa entonces una carga importante para el sistema de salud, más aun si se considera el fenómeno del envejecimiento poblacional en ese país.
El tratamiento de la osteoporosis está dirigido hacia la prevención de las fracturas, y existen pruebas de que la teriparatida (parathormona recombinante de seres humanos) incrementa la densidad mineral ósea (DMO) y mejora la calidad del hueso. Este fármaco se asocia con mayor formación de hueso, mayor volumen de las trabéculas, mayor conectividad, modificación de la microarquitectura hacia formas más resistentes y mayor grosor cortical. Los resultados de distintos ensayos clínicos aleatorizados muestran que el uso diario de este fármaco mejora la formación y la fuerza del hueso, aumenta la DMO, y se asocia con una disminución del riesgo de fracturas vertebrales (entre 65% y 84%) y no vertebrales (en 35%), e incluso en las fracturas no vertebrales por fragilidad (en 53%). La teriparatida sería superior al alendronato para tratar la osteoporosis inducida por glucocorticoides, y en muchos países fue aprobada para el tratamiento de la osteoporosis en pacientes con alto riesgo de fracturas. El objetivo del presente estudio fue evaluar el uso de teriparatida en pacientes japoneses con osteoporosis.
Métodos
Se realizó un estudio multicéntrico, prospectivo, observacional, en el que se siguió a individuos con osteoporosis durante 24 meses; en el presente informe se describen los resultados parciales tras 12 meses de observación. Los pacientes, individuos japoneses con osteoporosis, fueron evaluados a los 3, 6 y 12 meses (y serán analizados además a los 18 y 24 meses), con el fin de estimar la incidencia de nuevas fracturas clínicas (vertebrales o no), bajo tratamiento con 20 µg diarios de teriparatida. Se incluyeron hombres y mujeres tratados en distintos hospitales japoneses, y se excluyeron aquellos que hubieran recibido previamente este fármaco, tuvieran contraindicaciones para ser tratados con él o hubieran recibido otros fármacos en forma experimental. Se administraron 20 µg diarios de teriparatida por vía subcutánea con dispositivos prellenados.
Se registraron características basales de los pacientes, como edad, sexo, presencia o ausencia de menopausia, índice de masa corporal, tabaquismo, consumo de alcohol, comorbilidades, uso previo de medicación para la osteoporosis o corticoides, antecedentes familiares de fracturas de cadera, antecedente de fracturas no vertebrales y presencia de fracturas vertebrales en estudios radiográficos. Se excluyeron las fracturas patológicas, y no se requirió realizar en forma rutinaria radiografías de los pacientes pero sí se evaluó la DMO a los 3, 6 y 12 meses, y se valoró el dolor lumbar mediante una escala visual analógica. Se analizaron las diferencias en los niveles de propéptido N-terminal del procolágeno tipo 1 (P1NP). Para la evaluación de la calidad de vida relacionada con la salud se utilizó el cuestionario de europeo de cinco dimensiones (EQ5D), tanto en la escala visual como en el índice, y el Japanese Osteoporosis Quality of Life questionnaire (JOQoL) de seis dominios. Se registró la adhesión terapéutica y la aparición de efectos adversos relacionados con el tratamiento (incluidas las fracturas traumáticas, pero se excluyeron aquellas por fragilidad, excepto que fueran clasificadas como graves). Para el análisis estadístico se utilizó el método de Kaplan-Meier y estadística descriptiva.
Resultados
Se incluyeron inicialmente 1857 pacientes, de los cuales 1810 completaron las observaciones basales. La media de edad fue de 76.9 años, 90.1% eran mujeres (90% de ellas eran posmenopáusicas), en dos tercios de los individuos se detectó el antecedente de por lo menos una fractura vertebral, más del 50% de los participantes habían sido tratados previamente para la osteoporosis (generalmente con bisfosfonatos, vitamina D activa o moduladores selectivos del receptor de estrógenos), 2% de los individuos utilizaban corticoides, y 9.1%, 3.6% y 2.0% de los pacientes presentaban comorbilidad con hipertensión arterial, hiperlipidemia o diabetes mellitus, respectivamente. En total, 862 individuos completaron el seguimiento de 12 meses, y en más del 80% de ellos la adhesión terapéutica durante los 12 meses se halló por encima del 76%. El 9.2% de los individuos abandonaron el estudio en los primeros 12 meses pero podrían haber continuado recibiendo este fármaco posteriormente.
La incidencia acumulativa de fracturas clínicas totales fue de 2.9% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 2.1 a 3.9) a los 6 meses, y de 3.7% (IC 95%: 2.8 a 4.9) a los 12 meses; la de fracturas vertebrales fue de 1.1% (IC 95%: 0.7 a 1.8) y 1.4% (IC 95%: 0.8 a 2.2), en el mismo orden, y la de fracturas no vertebrales fue de 1.8% (IC 95%: 1.2 a 2.6) y 2.3% (IC 95%: 1.6 a 3.3), en igual orden. La media de DMO al inicio del estudio fue de 0.702 g/cm2 y de 0.551 g/cm2 en la columna lumbar y la cadera, respectivamente; se observaron aumentos de 8.9% (IC 95%: 7.8 a 9.9) y 0.8% (IC 95%: -0.8 a 2.4), respectivamente, al finalizar los 12 meses de tratamiento. La mediana de la concentración plasmática de P1NP fue de 43.9 µg/l al inicio de la intervención, y tras 3 y 6 meses fue de 58.2 y 72.0 µg/l, respectivamente. La media de puntajes de dolor fue de 51.1 al inicio de la investigación y de 33.0, 31.6 y 29.3 tras 3, 6 y 12 meses del uso diario de teriparatida, en ese orden. La media de puntaje en la escala visual analógica del EQ-5D era de 54.9 cuando comenzó el estudio, de 67.0 luego de tres meses y alrededor de 70 luego de ese momento (mayores puntajes indican mejor calidad de vida), mientras que el índice EQ5D fue de 0.55 al inicio y 0.70 tras 12 meses. En la evaluación de la escala JOQoL se observó alivio en el dolor y mejoría en la actividad diaria y la situación general de vida.
Al momento del análisis parcial no se identificaron riesgos importantes asociados con el uso de teriparatida. El 8.1% de los participantes informaron al menos un efecto adverso, de los cuales 6.1% fueron considerados relacionados con el fármaco. Los efectos adversos más frecuentes fueron caídas, osteoartritis, lumbalgia y estenosis del canal a nivel lumbar, pero ninguno de estos fue informado en más del 1% de los individuos. En total, 40 sujetos (2.2%) informaron efectos adversos graves, y no hubo casos de osteosarcoma.
Discusión y conclusiones
En el presente informe parcial de 12 meses de un estudio prospectivo observacional de la práctica diaria en pacientes japoneses con osteoporosis y alto riesgo de fracturas tratados con teriparatida, la incidencia fracturas clínicas tras 6 y 12 meses fue de 2.9% y 3.7%, porcentajes menores de los informados en estudios previos (si bien en esta cohorte la gravedad de la osteoporosis parece ser menor). El uso de este fármaco se asoció con incrementos en la DMO lumbar y en la concentración de biomarcadores de formación ósea, además de mejoría en los puntajes de dolor y de calidad de vida relacionada con la salud. El perfil de seguridad resultó adecuado y no se identificaron riesgos potenciales asociados con su uso. Los autores concluyen que los resultados son similares a los de estudios previos sobre la utilidad de la teriparatida en pacientes con osteoporosis, aunque destacan que en esta población la edad de los pacientes era mayor y lpresentaban menos factores de riesgo de osteoporosis.
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