Resúmenes amplios

INVESTIGAN LAS REACCIONES ADVERSAS FARMACOLÓGICAS QUE SE PRODUCEN EN PACIENTES INTERNADOS EN SALAS DE CLÍNICA MÉDICA


Bhavnagar, India:
La incidencia de reacciones adversas en pacientes internados en salas de clínica médica resultó ser mayor que la determinada por otros estudios.

Journal of Pharmacology and Pharmacotherapeutics 2(1):21-25

Autores:
Vora MB, Trivedi HR, Shah BK, Tripathi CB

Institución/es participante/s en la investigación:
Government Medical College

Título original:
Adverse Drug Reactions in Inpatients of Internal Medicine Wards at a Tertiary Care Hospital: A Prospective Cohort Study

Título en castellano:
Reacciones Adversas Farmacológicas en Pacientes Internados en Salas de Clínica Médica en un Centro de Atención Terciaria: Estudio Prospectivo de Cohorte

Extensión del  Resumen-SIIC en castellano:
2.21 páginas impresas en papel A4
Introducción
La Organización Mundial de la Salud define las reacciones adversas farmacológicas (RAF) como “cualquier respuesta a una droga que sea nociva y no intencionada, y que tenga lugar con la dosis que se utiliza habitualmente en el ser humano para la profilaxis, el diagnóstico o el tratamiento de enfermedades, o para la restauración, corrección o modificación de funciones fisiológicas”. Estos eventos son una causa importante de morbimortalidad y dan cuenta del riesgo que conlleva la utilización de fármacos en los seres humanos. De hecho, las RAF se asocian con un incremento de la duración de la internación, un mayor costo económico y un aumento del riesgo de mortalidad cercano al doble.
Entre los pacientes internados, las RAF pueden subdividirse en dos grandes categorías: aquellas que motivan la internación de los pacientes y aquellas que se producen luego de la admisión hospitalaria. Las estadísticas indican que alrededor del 5% de las internaciones se producen por RAF, mientras que entre el 10% y el 20% de los sujetos hospitalizados presentan algún tipo de efecto adverso durante el período de internación. Las RAF que se producen dentro de los centros de salud pueden atribuirse a la gravedad y complejidad de la enfermedad subyacente, al uso de múltiples fármacos simultáneamente, a las interacciones farmacológicas y, posiblemente, a algunos casos de negligencia profesional. Un programa de registro y reporte de casos de RAF podría servir de base para crear un sistema de farmacovigilancia eficiente a nivel nacional.
El objetivo del presente trabajo fue estimar la incidencia de RAF en pacientes internados en salas de clínica médica de un centro de atención terciaria y, a la vez, estudiar algunos aspectos de las RAF, tales como los fármacos que más frecuentemente las producen y las tasas de mortalidad.
Materiales y métodos
Se realizó un ensayo de observación y prospectivo a lo largo de 6 meses en pacientes internados en un hospital de la India. Todos los efectos adversos detectados fueron conversados con los médicos tratantes y, de ser el caso, clasificados como RAF. No se realizaron intervenciones en cuanto al tratamiento, la observación, el diagnóstico o el manejo de los pacientes.
Los requisitos para seleccionar a los participantes abarcaron: individuos hombres o mujeres > 12 años que fueron internados en la sala de clínica médica, pacientes con RAF establecidas que fueron derivados a centros de mayor complejidad o que se retiraron con alta voluntaria y pacientes con RAF provenientes de la unidad de cuidados intensivos o de la unidad coronaria. El seguimiento de cada paciente se extendió hasta el momento del alta hospitalaria. Luego se realizaron los análisis estadísticos.
Resultados
Durante el período de estudio, 860 personas ingresaron en la sala de clínica médica. De ellos, 30 fueron excluidos por diversas razones, lo cual dejó una muestra de 830 participantes. Los expertos registraron los fármacos que recibió cada paciente, así como todas las modificaciones en los tratamientos.
Se detectaron 47 RAF en 45 participantes, lo cual se traduce en una incidencia de RAF de un 5.42% entre los pacientes internados en clínica médica. La mayoría de éstas se produjo en los individuos de entre 21 y 50 años (24 casos de un total de 45); este grupo, a su vez, constituyó cerca de la mitad de la muestra (421 de 830).
Diecinueve grupos de fármacos fueron identificados como causantes de RAF. El fosfato de cloroquina fue el fármaco que más reacciones adversas produjo. Dentro de los participantes que utilizaron más de una droga, hubo un 12.6% de reacciones adversas entre aquellos que recibieron 2 fármacos, y un 6.13% de RAF entre los que utilizaron de 3 a 5 fármacos. La incidencia de RAF fue disminuyendo a medida que aumentó la cantidad de fármacos empleados, pero se debe tener en cuenta que también lo hacía la muestra de pacientes.
El tratamiento de las 47 RAF detectadas llevó a la interrupción del fármaco sospechoso en el 59.57% de los casos, al complemento con otro fármaco en el 27.66% de los pacientes y a la reducción de la dosis utilizada en el 8.51% de los sujetos, mientras que en el 4.26% se continuó empleando la misma medicación. Con respecto a la gravedad de los efectos adversos, se observó que el 62.83% de ellos requirió internación, el 29.79% corrió peligro de muerte y el 4.25% concluyó con el óbito del individuo.
Discusión
En este trabajo los autores registraron una mayor incidencia de RAF (5.42%) que en otros estudios publicados con anterioridad. Se detectó un número importante de RAF graves con riesgo de muerte, como reacciones de hipersensibilidad, distonía muscular aguda y toxicidad por digoxina.
Existen diversos factores que pueden influir en la aparición de las RAF, como la edad de los pacientes, el sexo, el número de fármacos a los que están expuestos, la duración de la internación, ciertos factores genéticos y ambientales, el origen étnico y los hábitos alimentarios, entre otros. En este estudio, los hombres presentaron una incidencia ligeramente superior a la de las mujeres (3.37% contra 2.05%, respectivamente). No obstante, los autores destacan que la muestra de hombres fue mayor que la de las mujeres.
En el presente ensayo, se observó que el 40.43% de las reacciones adversas se asociaron con el uso de agentes antimicrobianos. Esta incidencia fue similar a la encontrada en otras investigaciones. El fosfato de cloroquina fue el fármaco que se ligó con mayor frecuencia a la aparición de RAF. Esto sugiere que es necesario ampliar las precauciones con respecto a la indicación de cloroquina, especialmente en los pacientes con paludismo.
La mayoría de los fármacos sospechosos de producir efectos adversos fueron suspendidos (59.57%), y la gran mayoría de los pacientes se recuperó completamente antes de recibir el alta hospitalaria (87.23%). Se produjeron 2 defunciones por RAF, una debido a un síndrome nefrótico inducido por estreptomicina y otra relacionada con la inmunosupresión inducida por docetaxel. La mortalidad adjudicada a las RAF correspondió al 0.2% del total del ingresos, lo cual también es una cifra mayor a la informada por otros autores.
Este trabajo tuvo algunas limitaciones, como una muestra de participantes relativamente pequeña, un período de observación breve, de tan sólo 6 meses, y la inclusión de sujetos provenientes únicamente de las salas de clínica médica. Sin embargo, todos estos datos resaltan la importancia de informar y educar a los profesionales de la salud en cuanto a la relevancia de tener en cuenta las posibles reacciones adversas que pueden causar los medicamentos, de registrarlas si se producen y de comunicarlas a las autoridades competentes.
Conclusión
Los autores de este ensayo evaluaron las RAF que se presentaron en pacientes internados en salas de clínica médica y encontraron una incidencia mayor a la informada previamente por otros investigadores. Dado que algunas de estas reacciones pueden llevar a la muerte del paciente, es fundamental implementar un sistema de registro e informe de las reacciones adversas a fármacos observadas.


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