b) Comprobamos que los sujetos con IAM de tipo ST (subendocárdico) constituyeron un grupo de alto riesgo, caracterizado por mayor morbilidad y tendencia a más elevada mortalidad. c) Evaluamos también el valor pronóstico del criterio electrocardiográfico de reperfusión, en pacientes con IAM que eran receptores de tratamiento trombolítico; hallamos que la ausencia de electrocardiograma positivo permite identificar a un subgrupo de enfermos de mayor riesgo, que podrían ser incluidos en estudios aleatorizados para evaluar estrategias postrombólisis más agresivas. d) La utilización de betabloqueantes en general fue del 66.85% en el grupo placebo, y el 59.74% en el de amiodarona (p = 0.0078), lo que pone en evidencia un amplio uso de la combinación de drogas. Empero, resulta llamativamente bajo el empleo de betabloqueantes intravenosos, puesto que apenas el 10% de la población del GEMICA los recibió. e) No hubo diferencias significativas en la utilización de trombolíticos: 62,73% en el grupo placebo, y 58.81% en el de amiodarona; tampoco las hubo en el uso de IECA: 34.27 y 35.06%, respectivamente. f) El 53% de los pacientes aleatorizados era hipertenso, el 44% fumaba y el 16% era diabético.En relación con la adopción de medidas terapéuticas, así como con su cambio o modificación, los estudios multicéntricos son sin duda en la actualidad los elementos más adecuados a nuestro alcance. Además, resultan muy valiosos para mostrarnos nuestras verdaderas conductas globales ante determinadas patologías, y para determinar el comportamiento epidemiológico de las poblaciones analizadas.
c) Evaluamos también el valor pronóstico del criterio electrocardiográfico de reperfusión, en pacientes con IAM que eran receptores de tratamiento trombolítico; hallamos que la ausencia de electrocardiograma positivo permite identificar a un subgrupo de enfermos de mayor riesgo, que podrían ser incluidos en estudios aleatorizados para evaluar estrategias postrombólisis más agresivas. d) La utilización de betabloqueantes en general fue del 66.85% en el grupo placebo, y el 59.74% en el de amiodarona (p = 0.0078), lo que pone en evidencia un amplio uso de la combinación de drogas. Empero, resulta llamativamente bajo el empleo de betabloqueantes intravenosos, puesto que apenas el 10% de la población del GEMICA los recibió. e) No hubo diferencias significativas en la utilización de trombolíticos: 62,73% en el grupo placebo, y 58.81% en el de amiodarona; tampoco las hubo en el uso de IECA: 34.27 y 35.06%, respectivamente. f) El 53% de los pacientes aleatorizados era hipertenso, el 44% fumaba y el 16% era diabético.En relación con la adopción de medidas terapéuticas, así como con su cambio o modificación, los estudios multicéntricos son sin duda en la actualidad los elementos más adecuados a nuestro alcance. Además, resultan muy valiosos para mostrarnos nuestras verdaderas conductas globales ante determinadas patologías, y para determinar el comportamiento epidemiológico de las poblaciones analizadas.
d) La utilización de betabloqueantes en general fue del 66.85% en el grupo placebo, y el 59.74% en el de amiodarona (p = 0.0078), lo que pone en evidencia un amplio uso de la combinación de drogas. Empero, resulta llamativamente bajo el empleo de betabloqueantes intravenosos, puesto que apenas el 10% de la población del GEMICA los recibió. e) No hubo diferencias significativas en la utilización de trombolíticos: 62,73% en el grupo placebo, y 58.81% en el de amiodarona; tampoco las hubo en el uso de IECA: 34.27 y 35.06%, respectivamente. f) El 53% de los pacientes aleatorizados era hipertenso, el 44% fumaba y el 16% era diabético.En relación con la adopción de medidas terapéuticas, así como con su cambio o modificación, los estudios multicéntricos son sin duda en la actualidad los elementos más adecuados a nuestro alcance. Además, resultan muy valiosos para mostrarnos nuestras verdaderas conductas globales ante determinadas patologías, y para determinar el comportamiento epidemiológico de las poblaciones analizadas.