nosotros (M y que describimos a continuación.Clasificación anatómica de las colecciones abdominales diagnosticadas por ecografía en pacientes traumatizados Grado I : colección intraparenquimatosa (en hígado, bazo o riñones).Grado II : colección que ocupa 1 o 2 espacios «regionales» respecto del órgano lesionado, o en el mismo cuadrante abdominal en caso de no observarse lesión orgánica. Ej.: en lesiones hepáticas los espacios de Morrison, subfrénico derecho o parietocólico derecho superior ocupados en forma aislada o combinada con otro espacio regional (no más de 2 espacios ocupados en total); o, en lesiones esplénicas, los espacios subfrénico izquierdo, periesplénico, esplenorrenal o parietocólico izquierdo superior en forma aislada o combinada con otro espacio regional.Grado III : colección que ocupa más de 2 espacios «regionales» con respecto al órgano lesionado, o en el mismo cuadrante abdominal en caso de no observarse lesión orgánica. Ej.: Morrison junto a subfrénico derecho y/o parietocólico derecho superior ocupados con lesiones hepáticas (o sin ellas); o subfrénico izquierdo junto a esplenorrenal y/o periesplénico y/o parietocólico izquierdo superior en lesiones esplénicas (o sin ellas)Grado IV : colección que ocupa dos o más espacios «no regionales» 7É3 con respecto al órgano lesionado, o en distintos cuadrantes abdominales. Ej.: Morrison y parietocólico izquierdo en una lesión hepática, o subfrénico izquierdo y parietocólico derecho inferior o Douglas en una esplénica (o en ausencia de lesión orgánica diagnosticada).Grado V : colección en espacios interasas (con o sin otros espacios ocupados).Esta categorización de las colecciones abdominales observadas por ecografía, correlacionándola con la evolución clínica de los pacientes traumatizados, es útil para el manejo de éstos y para la toma de decisiones en cuanto a la terapéutica a realizar. Por ejemplo, hasta el momento, todos los casos que correspondieron a los grados IV y V requirieron laparotomía exploradora.En lo que se refiere al costo-beneficio de la indicación sistemática de la ecografía en traumatizados, se podrá objetar el porcentaje, relativamente bajo, de su positividad (9,6 % en la serie analizada). Pero se debe tener en cuenta el bajo costo hospitalario del estudio (5 dólares por cada ecografía en el centro donde nos desempeñamos) y que en muchos casos seleccionados de acuerdo al mecanismo de producción, el hecho de obtener dos ecografías negativas (una al ingreso y otra de control a las 4-6 horas posteriores) junto a un Hto. de control normal y clínica satisfactoria nos permitió dar de alta a pacientes luego de una observación menor (4-6 horas) en sala de guardia, evitando la internación de 24 horas «en observación evolutiva», con el ahorro de los costos correspondientes.Para concluir, las importantes ventajas mencionadas sobre los otros métodos de estudio y la alta sensibilidad y especificidad que presenta para el diagnóstico de líquido libre en cavidad abdominal, han hecho que la ecografía sea considerada, actualmente, en los principales centros de trauma del mundo un método electivo de realización inicial en el manejo de los pacientes con traumatismo cerrado de abdomen. Nosotros recomendamos su realización y la hemos puesto en el primer lugar dentro del Protocolo de Diagnóstico y Tratamiento de pacientes con contusión abdominal del centro donde nos desempeñamos, cuyo Servicio de Emergencias asistió en los últimos 10 años a 120387 consultas por trauma.Bibliografía 1. Ballesteros M, Maffei D, Alejandre S, Pichoud P, Petrone P y Grosso F. «La Ecografía Abdominal en el manejo de pacientes Politraumatizados», Rev Argent Cirug 1997; 72:187-192.2. Ballesteros M. «Clasificación Anatómica de las Colecciones Abdominales diagnosticadas por Ecografía en los Traumatismos de Abdomen». Presentada en el Curso Internacional de Trauma del 69• Congreso Argentino de Cirugía. Buenos Aires, Octubre de 1998.3. Boulanger B, Mclellan B, Brenneman F, Wherret L, y col. «Emergent Abdominal Sonography as a Screening Test in a New Diagnostic Algorithm for blunt Trauma», J Trauma 1996, 40(6):867-874. 4. Healey M, Simons M, Winchell M, Gosink B y col. «A prospective evaluation of Abdominal Ultrasound in Blunt Trauma: Is it useful», J Trauma 1996, 40(6):875-885. 5. McKenney M, Martin L, Kimberley L y col. «1000 Consecutive 7É3 Ultrasounds for Blunt Abdominal Trauma», J Trauma 1996, 40(4):607-612.6. Wherrett L, Boulanger B, Mc Lellan B, Brenneman F, Rizoli S y Hamilton P. «Hypotension After Blunt Abdominal Trauma: The Role Of Emergent Abdominal Sonography In Surgical Triage», J Trauma 1996; 41(5):815-820.