sintomáticas como antidepresivos o tranquilizantes; b) que aunque el diagnóstico se hubiera efectuado, el médico interpretó los síntomas como producto de un proceso fisiológico que no ameritaba manejo especial; c) que las mujeres no hubieran aceptado recibir tratamiento, que casi siempre era hormonal, por temor a posibles riesgos; d) que la elevada prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas en estas pacientes disuadiera al médico de emplear terapéutica hormonal substitutiva, por el temor a efectos desfavorables. Los primeros tres problemas han sido informados con frecuencia, aún en los países industrializados. En efecto, se ha descripto una elevada tendencia al uso de fármacos psicotrópicos durante este período de la vida y en algunos países desarrollados se ha encontrado que el uso de terapéutica sustitutiva con estrógenos durante el climaterio y la posmenopausia se encuentra más influido por el interés o el temor de la mujer para emplearla que por la propia decisión profesional sustentada en una valoración de las condiciones clínicas y de los riesgos y necesidades individuales.Por lo que respecta al tratamiento, particularmente en relación con el empleo de hormonales en presencia de diabetes o de hipertensión arterial, en los últimos años se ha informado que no están formalmente contraindicados cuando estas patologías se encuentran bien controladas. Incluso se ha considerado la posibilidad de acciones benéficas, en vista de cierto efecto de prevención primaria en la esfera cardiovascular que se ha comunicado con el uso de estrógenos; sin embargo, este conocimiento podría no estar suficientemente difundido entre el personal médico en nuestro medio.El temor o desinterés de la mujer por recibir tratamiento, como una de las explicaciones de su bajo uso frente a la presencia de síntomas, parecería menos importante que la actitud médica, al menos en la población estudiada, ya que una elevada proporción de las usuarias de tratamiento refirieron alivio o supresión del síndrome climatérico y baja frecuencia de efectos colaterales.Estos datos probablemente sean reflejo de que, tanto entre el personal médico como entre la población de nuestro estudio, no existe la información o la educación y el interés para el uso prolongado de la terapéutica sustitutiva con fines de prevención de riesgos como la osteoporosis o la enfermedad cardiovascular, que requieren el empleo por lapsos de 10 años o mayores.Conocimientos sobre el climaterio y la menopausia Por lo que respecta a este rubro, 9 de cada 10 mujeres declararon a la osteoporosis como una de dichas complicaciones y 7 de cada 10 la relacionaron con la ocurrencia de fracturas. En cuanto a su prevención, la mayoría de las encuestadas la asoció con la ingesta de calcio, una baja proporción señaló al ejercicio y únicamente el 1% la relacionó con el tratamiento hormonal.Estos datos pudieran ser el reflejo de la intensa difusión que en los últimos años se ha hecho acerca de la osteoporosis posmenopáusica a través de medios masivos de comunicación en México, en cuyos mensajes se ha enfatizado particularmente el aporte adicional de calcio como la medida preventiva básica para la complicación mencionada. El impacto de estos medios en la información y sobre los puntos de vista femeninos acerca del climaterio y de la menopausia constituyen hechos incontrovertibles y bien documentados en diversos países, con los riesgos y desventajas inherentes a los intereses comerciales subyacentes en este tipo de mensajes de gran cobertura y penetración.En contraste con la frecuencia de mención de la osteoporosis, únicamente la tercera parte de las mujeres (37.2%) dijo saber acerca de enfermedades cardiovasculares posmenopáusicas y sólo 6 de cada 10 de este último grupo pudo precisar a la enfermedad coronaria como una complicación posmenopáusica. Igualmente limitado se mostró el conocimiento de las entrevistadas con respecto a las medidas preventivas, ya que menos del 30% las relacionaron con el ejercicio o las características de la alimentación y solamente el 1.8% mencionó a los hormonales.Un elemento adicional que parece confirmar la influencia determinante que están teniendo en el momento actual los medios de comunicación en la información de la mujer en el climaterio o la posmenopausia en nuestro medio radica en que las acciones educativas para la población realizadas en el IMSS a partir de 1998, con respecto a la prevención y la atención del climaterio y la posmenopausia, hacen igual énfasis en los riesgos de osteoporosis y de enfermedad cardiovascular, además de que conceden una importancia definida al uso de la terapia hormonal de reemplazo para fines preventivos y asistenciales. Dicho enfoque es radicalmente distinto en sus contenidos de la información que poseían las mujeres en el presente estudio.Con base en los hallazgos referidos, sería recomendable estimular la realización de estudios a escala nacional y en otros países latinoamericanos, orientados hacia la determinación de los niveles de conocimiento y las actitudes de la población susceptible en relación con el climaterio y la menopausia, con la finalidad de contar información más completa para la planeación y diseño de estrategias de comunicación educativa, destinadas a promover la solicitud de atención médica durante estos periodos, como una medida de importancia para mejorar la calidad de vida y reducir la morbimortalidad asociada al síndrome climatérico y a la etapa postmenopáusica. Esto también permitiría proporcionar a dicha población información veraz y técnicamente bien sustentada, acerca del valor real de los recursos médicos disponibles para la prevención y atención de los problemas de salud correspondientes.Asimismo, sería de utilidad estimular la identificación de necesidades de capacitación y actualización en este tema entre el personal médico del primer nivel de atención para incrementar el diagnóstico y manejo integral del climaterio y la menopausia, como una medida para contribuir paulatinamente a ampliar la cobertura y sistematizar la atención en estas etapas de la vida de la mujer.Lecturas recomendadas 1. Velasco-Murillo V, Cardona-Pérez JA, Navarrete-Hernández E, Madrazo-Navarro M. «Atención del climaterio y prevención de las complicaciones de la menopausia en medicina familiar», Rev Med IMSS 1998; 36(6):463-476.2. Velasco-Murillo V, Pozos-Cavanzo JL, Cardona-Pérez JA. «Uso clínico de la terapia hormonal de reemplazo», Rev Med IMSS 2000; 38(2):131-137.3. Canto de Cetina TE, Canto-Cetina P, Polanco-Reyes L. «Encuesta de síntomas climatéricos en áreas semirrurales de Yucatán», Rev Invest Clin 1998; 50(2):133-135.4. Pedrón-Nuevo N, González-Unzaga M, Muñoz-Salazar S. «Climaterio. El comportamiento del médico de primer nivel de Instituto Mexicano del Seguro Social ante este período», Ginecol Obstet Mex 1996; 64:486-489.5. Velasco-Murillo V, Navarrete-Hernández E, Ojeda-Mijares RI, Pozos-Cavanzo JL, Camacho-Rodríguez MA, Cardona-Pérez JA. «Experiencias y conocimientos sobre climaterio y menopausia en mujeres de la ciudad de México», Gac Med Mex 2000; 136(6):555-564.
manejo especial; c) que las mujeres no hubieran aceptado recibir tratamiento, que casi siempre era hormonal, por temor a posibles riesgos; d) que la elevada prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas en estas pacientes disuadiera al médico de emplear terapéutica hormonal substitutiva, por el temor a efectos desfavorables. Los primeros tres problemas han sido informados con frecuencia, aún en los países industrializados. En efecto, se ha descripto una elevada tendencia al uso de fármacos psicotrópicos durante este período de la vida y en algunos países desarrollados se ha encontrado que el uso de terapéutica sustitutiva con estrógenos durante el climaterio y la posmenopausia se encuentra más influido por el interés o el temor de la mujer para emplearla que por la propia decisión profesional sustentada en una valoración de las condiciones clínicas y de los riesgos y necesidades individuales.Por lo que respecta al tratamiento, particularmente en relación con el empleo de hormonales en presencia de diabetes o de hipertensión arterial, en los últimos años se ha informado que no están formalmente contraindicados cuando estas patologías se encuentran bien controladas. Incluso se ha considerado la posibilidad de acciones benéficas, en vista de cierto efecto de prevención primaria en la esfera cardiovascular que se ha comunicado con el uso de estrógenos; sin embargo, este conocimiento podría no estar suficientemente difundido entre el personal médico en nuestro medio.El temor o desinterés de la mujer por recibir tratamiento, como una de las explicaciones de su bajo uso frente a la presencia de síntomas, parecería menos importante que la actitud médica, al menos en la población estudiada, ya que una elevada proporción de las usuarias de tratamiento refirieron alivio o supresión del síndrome climatérico y baja frecuencia de efectos colaterales.Estos datos probablemente sean reflejo de que, tanto entre el personal médico como entre la población de nuestro estudio, no existe la información o la educación y el interés para el uso prolongado de la terapéutica sustitutiva con fines de prevención de riesgos como la osteoporosis o la enfermedad cardiovascular, que requieren el empleo por lapsos de 10 años o mayores.Conocimientos sobre el climaterio y la menopausia Por lo que respecta a este rubro, 9 de cada 10 mujeres declararon a la osteoporosis como una de dichas complicaciones y 7 de cada 10 la relacionaron con la ocurrencia de fracturas. En cuanto a su prevención, la mayoría de las encuestadas la asoció con la ingesta de calcio, una baja proporción señaló al ejercicio y únicamente el 1% la relacionó con el tratamiento hormonal.Estos datos pudieran ser el reflejo de la intensa difusión que en los últimos años se ha hecho acerca de la osteoporosis posmenopáusica a través de medios masivos de comunicación en México, en cuyos mensajes se ha enfatizado particularmente el aporte adicional de calcio como la medida preventiva básica para la complicación mencionada. El impacto de estos medios en la información y sobre los puntos de vista femeninos acerca del climaterio y de la menopausia constituyen hechos incontrovertibles y bien documentados en diversos países, con los riesgos y desventajas inherentes a los intereses comerciales subyacentes en este tipo de mensajes de gran cobertura y penetración.En contraste con la frecuencia de mención de la osteoporosis, únicamente la tercera parte de las mujeres (37.2%) dijo saber acerca de enfermedades cardiovasculares posmenopáusicas y sólo 6 de cada 10 de este último grupo pudo precisar a la enfermedad coronaria como una complicación posmenopáusica. Igualmente limitado se mostró el conocimiento de las entrevistadas con respecto a las medidas preventivas, ya que menos del 30% las relacionaron con el ejercicio o las características de la alimentación y solamente el 1.8% mencionó a los hormonales.Un elemento adicional que parece confirmar la influencia determinante que están teniendo en el momento actual los medios de comunicación en la información de la mujer en el climaterio o la posmenopausia en nuestro medio radica en que las acciones educativas para la población realizadas en el IMSS a partir de 1998, con respecto a la prevención y la atención del climaterio y la posmenopausia, hacen igual énfasis en los riesgos de osteoporosis y de enfermedad cardiovascular, además de que conceden una importancia definida al uso de la terapia hormonal de reemplazo para fines preventivos y asistenciales. Dicho enfoque es radicalmente distinto en sus contenidos de la información que poseían las mujeres en el presente estudio.Con base en los hallazgos referidos, sería recomendable estimular la realización de estudios a escala nacional y en otros países latinoamericanos, orientados hacia la determinación de los niveles de conocimiento y las actitudes de la población susceptible en relación con el climaterio y la menopausia, con la finalidad de contar información más completa para la planeación y diseño de estrategias de comunicación educativa, destinadas a promover la solicitud de atención médica durante estos periodos, como una medida de importancia para mejorar la calidad de vida y reducir la morbimortalidad asociada al síndrome climatérico y a la etapa postmenopáusica. Esto también permitiría proporcionar a dicha población información veraz y técnicamente bien sustentada, acerca del valor real de los recursos médicos disponibles para la prevención y atención de los problemas de salud correspondientes.Asimismo, sería de utilidad estimular la identificación de necesidades de capacitación y actualización en este tema entre el personal médico del primer nivel de atención para incrementar el diagnóstico y manejo integral del climaterio y la menopausia, como una medida para contribuir paulatinamente a ampliar la cobertura y sistematizar la atención en estas etapas de la vida de la mujer.Lecturas recomendadas 1. Velasco-Murillo V, Cardona-Pérez JA, Navarrete-Hernández E, Madrazo-Navarro M. «Atención del climaterio y prevención de las complicaciones de la menopausia en medicina familiar», Rev Med IMSS 1998; 36(6):463-476.2. Velasco-Murillo V, Pozos-Cavanzo JL, Cardona-Pérez JA. «Uso clínico de la terapia hormonal de reemplazo», Rev Med IMSS 2000; 38(2):131-137.3. Canto de Cetina TE, Canto-Cetina P, Polanco-Reyes L. «Encuesta de síntomas climatéricos en áreas semirrurales de Yucatán», Rev Invest Clin 1998; 50(2):133-135.4. Pedrón-Nuevo N, González-Unzaga M, Muñoz-Salazar S. «Climaterio. El comportamiento del médico de primer nivel de Instituto Mexicano del Seguro Social ante este período», Ginecol Obstet Mex 1996; 64:486-489.5. Velasco-Murillo V, Navarrete-Hernández E, Ojeda-Mijares RI, Pozos-Cavanzo JL, Camacho-Rodríguez MA, Cardona-Pérez JA. «Experiencias y conocimientos sobre climaterio y menopausia en mujeres de la ciudad de México», Gac Med Mex 2000; 136(6):555-564.
riesgos; d) que la elevada prevalencia de enfermedades crónico-degenerativas en estas pacientes disuadiera al médico de emplear terapéutica hormonal substitutiva, por el temor a efectos desfavorables. Los primeros tres problemas han sido informados con frecuencia, aún en los países industrializados. En efecto, se ha descripto una elevada tendencia al uso de fármacos psicotrópicos durante este período de la vida y en algunos países desarrollados se ha encontrado que el uso de terapéutica sustitutiva con estrógenos durante el climaterio y la posmenopausia se encuentra más influido por el interés o el temor de la mujer para emplearla que por la propia decisión profesional sustentada en una valoración de las condiciones clínicas y de los riesgos y necesidades individuales.Por lo que respecta al tratamiento, particularmente en relación con el empleo de hormonales en presencia de diabetes o de hipertensión arterial, en los últimos años se ha informado que no están formalmente contraindicados cuando estas patologías se encuentran bien controladas. Incluso se ha considerado la posibilidad de acciones benéficas, en vista de cierto efecto de prevención primaria en la esfera cardiovascular que se ha comunicado con el uso de estrógenos; sin embargo, este conocimiento podría no estar suficientemente difundido entre el personal médico en nuestro medio.El temor o desinterés de la mujer por recibir tratamiento, como una de las explicaciones de su bajo uso frente a la presencia de síntomas, parecería menos importante que la actitud médica, al menos en la población estudiada, ya que una elevada proporción de las usuarias de tratamiento refirieron alivio o supresión del síndrome climatérico y baja frecuencia de efectos colaterales.Estos datos probablemente sean reflejo de que, tanto entre el personal médico como entre la población de nuestro estudio, no existe la información o la educación y el interés para el uso prolongado de la terapéutica sustitutiva con fines de prevención de riesgos como la osteoporosis o la enfermedad cardiovascular, que requieren el empleo por lapsos de 10 años o mayores.Conocimientos sobre el climaterio y la menopausia Por lo que respecta a este rubro, 9 de cada 10 mujeres declararon a la osteoporosis como una de dichas complicaciones y 7 de cada 10 la relacionaron con la ocurrencia de fracturas. En cuanto a su prevención, la mayoría de las encuestadas la asoció con la ingesta de calcio, una baja proporción señaló al ejercicio y únicamente el 1% la relacionó con el tratamiento hormonal.Estos datos pudieran ser el reflejo de la intensa difusión que en los últimos años se ha hecho acerca de la osteoporosis posmenopáusica a través de medios masivos de comunicación en México, en cuyos mensajes se ha enfatizado particularmente el aporte adicional de calcio como la medida preventiva básica para la complicación mencionada. El impacto de estos medios en la información y sobre los puntos de vista femeninos acerca del climaterio y de la menopausia constituyen hechos incontrovertibles y bien documentados en diversos países, con los riesgos y desventajas inherentes a los intereses comerciales subyacentes en este tipo de mensajes de gran cobertura y penetración.En contraste con la frecuencia de mención de la osteoporosis, únicamente la tercera parte de las mujeres (37.2%) dijo saber acerca de enfermedades cardiovasculares posmenopáusicas y sólo 6 de cada 10 de este último grupo pudo precisar a la enfermedad coronaria como una complicación posmenopáusica. Igualmente limitado se mostró el conocimiento de las entrevistadas con respecto a las medidas preventivas, ya que menos del 30% las relacionaron con el ejercicio o las características de la alimentación y solamente el 1.8% mencionó a los hormonales.Un elemento adicional que parece confirmar la influencia determinante que están teniendo en el momento actual los medios de comunicación en la información de la mujer en el climaterio o la posmenopausia en nuestro medio radica en que las acciones educativas para la población realizadas en el IMSS a partir de 1998, con respecto a la prevención y la atención del climaterio y la posmenopausia, hacen igual énfasis en los riesgos de osteoporosis y de enfermedad cardiovascular, además de que conceden una importancia definida al uso de la terapia hormonal de reemplazo para fines preventivos y asistenciales. Dicho enfoque es radicalmente distinto en sus contenidos de la información que poseían las mujeres en el presente estudio.Con base en los hallazgos referidos, sería recomendable estimular la realización de estudios a escala nacional y en otros países latinoamericanos, orientados hacia la determinación de los niveles de conocimiento y las actitudes de la población susceptible en relación con el climaterio y la menopausia, con la finalidad de contar información más completa para la planeación y diseño de estrategias de comunicación educativa, destinadas a promover la solicitud de atención médica durante estos periodos, como una medida de importancia para mejorar la calidad de vida y reducir la morbimortalidad asociada al síndrome climatérico y a la etapa postmenopáusica. Esto también permitiría proporcionar a dicha población información veraz y técnicamente bien sustentada, acerca del valor real de los recursos médicos disponibles para la prevención y atención de los problemas de salud correspondientes.Asimismo, sería de utilidad estimular la identificación de necesidades de capacitación y actualización en este tema entre el personal médico del primer nivel de atención para incrementar el diagnóstico y manejo integral del climaterio y la menopausia, como una medida para contribuir paulatinamente a ampliar la cobertura y sistematizar la atención en estas etapas de la vida de la mujer.Lecturas recomendadas 1. Velasco-Murillo V, Cardona-Pérez JA, Navarrete-Hernández E, Madrazo-Navarro M. «Atención del climaterio y prevención de las complicaciones de la menopausia en medicina familiar», Rev Med IMSS 1998; 36(6):463-476.2. Velasco-Murillo V, Pozos-Cavanzo JL, Cardona-Pérez JA. «Uso clínico de la terapia hormonal de reemplazo», Rev Med IMSS 2000; 38(2):131-137.3. Canto de Cetina TE, Canto-Cetina P, Polanco-Reyes L. «Encuesta de síntomas climatéricos en áreas semirrurales de Yucatán», Rev Invest Clin 1998; 50(2):133-135.4. Pedrón-Nuevo N, González-Unzaga M, Muñoz-Salazar S. «Climaterio. El comportamiento del médico de primer nivel de Instituto Mexicano del Seguro Social ante este período», Ginecol Obstet Mex 1996; 64:486-489.5. Velasco-Murillo V, Navarrete-Hernández E, Ojeda-Mijares RI, Pozos-Cavanzo JL, Camacho-Rodríguez MA, Cardona-Pérez JA. «Experiencias y conocimientos sobre climaterio y menopausia en mujeres de la ciudad de México», Gac Med Mex 2000; 136(6):555-564.