(RAA, que se utiliza en algunas ocasiones.2 Desde la publicación, en 1993, de los Lineamientos de Consenso de los Institutos Nacionales de la Salud de los EE.UU. sobre la identificación precoz de los trastornos auditivos en lactantes y niños pequeños, la EOAE fue rápidamente adoptada como un método de detección en la mayoría de las instituciones dentro de los EE.UU. Sin embargo, la RAAC es igualmente precisa y puede tener una mayor sensibilidad que la EOAE.2 Para una evaluación eficaz y universal de la audición de recién nacidos, un protocolo en etapas que utilice EOAE y RAAC en forma exclusiva o asociada asegura un máximo ahorro en costos con similar grado de certeza diagnóstica.El segundo propósito de nuestro artículo fue puntualizar las dificultades logísticas para establecer un programa de diagnóstico auditivo en neonatos. El estudio de la audición de recién nacidos tiene complicaciones desde el punto de vista fiscal y del personal. Para que realmente se pueda estudiar a todos los recién nacidos en una institución dada, se requiere un programa con personal especialmente dedicado a tal fin. Este personal es necesario para coordinar no solamente los exámenes sino también la evaluación del seguimiento y el tratamiento de aquellos en los que se identifica una pérdida de la audición. La institución federal en la cual este estudio fue diseñado no dispone de fondos para contratar nuevo personal que realice la búsqueda general de problemas auditivos en recién nacidos. Como consecuencia, hubo que reunir los recursos para poder proveer ese servicio de búsqueda. Dado que no se identificaron pérdidas auditivas significativas en la población estudiada, se consideró que la reunión de recursos no se justificaba sin fondos adicionales. Los fondos externos podrían permitir contratar nuevo personal para administrar y conducir un programa general de diagnóstico de la audición. Desde que los Lineamientos de Consenso fueron publicados, el número de estados que legislaron un apoyo para la detección de la audición en neonatos se incrementó de 2 a 22.4 Estos estados promovieron diversas medidas para establecer un programa de detección universal de la audición en recién nacidos dentro de cada región así como en centros hospitalarios. Más importante aún, en noviembre de 1999 se promulgó el Acta de Detección de la Audición Infantil. Este proyecto permitirá la inversión de fondos federales en la iniciación de programas de estudio de la audición individualizados a cada estado. Así se incrementará de manera significativa nuestra capacidad para desarrollar un programa de detección de audición infantil de alcance nacional. A pesar de las dificultades encontradas en establecer un programa universal, se ha dado un inmenso paso para que la detección de problemas de la audición en recién nacidos sea una realidad en todos los nacimientos dentro de los EE.UU. Esto resulta fenomenal si se considera que los Lineamientos de Consenso de los Institutos Nacionales de la Salud fueron publicados hace solamente 7 años.El tercer punto de este artículo es que el estudio auditivo del neonato tiene éxito sólo si quienes proveen asistencia médica primaria están al tanto de la importancia de esa búsqueda y el detrimento que las alteraciones auditivas pueden ocasionar al individuo afectado.5 En los EE.UU. cada año 4 000 niños nacen con sordera profunda, mientras que 37 000 nacen con grados leves de alteración auditiva de tipo neural sensorial. Esto significa que 6 de cada 1 000 niños tienen algún grado de compromiso auditivo. Esta frecuencia convierte a las alteraciones congénitas de la audición en el defecto congénito al nacimiento más frecuente. La tecnología para detectar pérdida de la audición en la infancia está comercialmente disponible desde hace unos 10 años. La combinación de EOAE con RAAC permite la detección de alteraciones auditivas a cualquier edad.3 Luego, la capacidad de detectar pérdidas significativas de la audición en el recién nacido debe asociarse con mejoras en el tratamiento. Publicaciones recientes han demostrado adelantos en la adquisición y la función del lenguaje en pacientes identificados y tratados antes de los 6 meses de edad, en comparación con aquellos que fueron tratados después de esa edad.6 Muchos proveedores de asistencia médica primaria no están al tanto de estas cosas. Los rápidos avances tecnológicos y terapéuticos en el área de la pérdida auditiva congénita han tenido lugar en la década pasada. Consecuentemente, a fin de que los estudios de la audición en recién nacidos sean posibles en todos ellos para iniciar y mantener un plan exitoso, debe establecerse un programa educativo amplio dentro de la región. Este programa educativo necesita ser dirigido a todos los que brindan asistencia para la salud, padres y público en general. Tales esfuerzos educativos aumentarán el reconocimiento y la aceptación de nuevos esfuerzos en los cuidados de la salud, los cuales en última instancia beneficiarán a todos. Bibliografía 1. Maxon AB, White KR Behrens TR, Vohr BR. «Referral rates and ost efficiency in a universal newborn hearing screening program using transient evoked otoacustic emissions», J Am Acd Audiol 1995; 6:271-277.2. Eremberg S. «Automated auditory brainstem response testing for universal newborn hearing screening», Otolaryngol Clin N Amer 1999; 32(6):999.3. National Institutes of Health Consensus Statement-1993; Early identification of hearing impairment in infants and young children. March 1-3; 11(1):1-24.4. American Speech-Language Hearing Assocciation website; http//www.asha.org/infant_hearing/faq_infant_hearing_htm5. 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