Informes comentados


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Informe
Resumen SIIC
CA Aronsson
Institución: Lund University,
Lund Suecia

Riesgo de Enfermedad Celíaca en Relación con la Edad al Momento de la Introducción del Gluten en la Dieta
En el estudio Environmental Determinants of Diabetes in the Young (TEDDY), la edad al momento de la incorporación de alimentos con gluten no constituyó un factor independiente de riesgo de aparición de enfermedad celíaca.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/150976


Comentario
Autor del comentario
Juan José Alba Capitaine 
Jefe, Clínica San Jorge, Ushuaia, Argentina


Si bien en los últimos años han estado disponibles guías científicas sobre alimentación complementaria que incluyen recomendaciones basadas en la evidencia, al momento de indicar la introducción de semisólidos en los lactantes alimentados, ya sea a pecho o con fórmula láctea, los pediatras tradicionalmente proponen a las familias pautas alimentarias fundamentadas en creencias personales, costumbres culturales locales o bien sugerencias de expertos, pero con mínimo o nulo respaldo por evidencia basada en estudios científicos. Una de los dilemas que enfrenta el pediatra al momento de aconsejar sobre alimentación complementaria lo constituye el momento de introducción del gluten en la dieta del lactante. Guías nutricionales previas habían ha sugerido evitar la introducción temprana del gluten en la dieta del lactante, con el argumento
de que la administración temprana podría asociarse con una mayor incidencia de la enfermedad celíaca en la población o a la aparición de formas precoces más graves.
Este estudio prospectivo, denominado TEDDY Study Group, liderado por el doctor Arensson, de la Universidad de Lund, Suecia, fue llevado a cabo en ese país, Dinamarca, Alemania y cuatro estados estadounidenses. En él se realizó un seguimiento de recién nacidos con ciertos genotipos determinados de HLA asociados con diabetes mellitus insulinodependiente. La población del estudio quedó conformada por 6436 niños, los cuales fueron estudiados con serología para enfermedad celíaca mediante determinación de anticuerpos antitransglutaminasa (ATTG) en suero.
Se definió autoinmunidad para enfermedad celíaca a la presencia de dos muestras consecutivas positivas para ATTG. La presencia de enfermedad celíaca se confirmó o bien con biopsia o bien con un promedio en dos muestras de ATTG igual o mayor a 100 UI/ml. En el 12% de la población se detectó autoinmunidad para enfermedad celíaca, y en el 5% se confirmó celiaquía. Se analizó el momento de introducción de cereales mediante cuestionarios que fueron enviados a las familias de los pacientes y que debían ser completados cada tres meses. No hubo relación entre el momento de introducción del gluten y la prevalencia, ya sea de autoinmunidad para enfermedad celíaca como para enfermedad celíaca clínicamente comprobada. Ambas entidades fueron más prevalantes en la población de niños suecos.
Es difícil extrapolar a nuestra población las conclusiones de este estudio. Por un lado sabemos que la prevalencia, tanto de autoinmunidad como de enfermedad celíaca, varía entre las diferentes poblaciones. Por otro lado en este estudio se selecciona a priori un grupo de niños con un patrón genético de HLA particular. No tenemos información acerca de la representativad de estos genotipos HLA en nuestra población.
De todas maneras, aun en una población genéticamente predispuesta, procedente de diferentes países, parece no haber relación entre el momento de introducción del gluten a la dieta del lactante y la aparición de enfermedad celíaca, ya sea subclínica o clínicamente manifiesta. Quedan dudas sobre si puede existir alguna relación, no ya con el momento de introducción, sino con el volumen de gluten administrado en esos primeros meses de alimentación complementaria. La misma duda es planteada en las guias de alimentación complementaria de la Asociación Española de Pediatría, en las cuales se sugiere limitar el volumen de alimentos con gluten en estos meses. Lamentablemente, puede ser difícil para la familia de un lactante poder determinar cuánto es mucho o poco gluten.
Los hallazgos parecen avalar las recomendaciones de la Sociedad Europea de Gastroenterologia, Hepatología y Nutrición Pediátrica de 2016, que señalan que el gluten puede ser introducido en la dieta del lactante en cualquier momento entre los 4 y 12 meses de edad. Según los expertos de esta Sociedad, en pacientes con riesgo genéticamente elevado de enfermedad celíaca, la introducción temprana del gluten dietario se asocia con desarrollo más temprano de autoinmunidad para enfermedad celíaca y de enfermedad clínica, pero la incidencia acumulada de enfermedad en niños mayores es similar.
Investigaciones antropológicas han demostrado que los seres humanos hemos estado consumiendo el gluten del trigo desde hace más de doce mil años. A la ingesta del trigo salvaje siguió la domesticación del cereal y la aparición de la agricultura 10 000 años antes de nuestra era. Las consecuencias de la aparición de la agricultura y del consumo de cereales en la humanidad no pueden ser desconocidas. Ha sido comprobado que esta revolución tecnológica tuvo como resultados disminución en la mortalidad, aumento en los índices de natalidad, crecimiento de la población y, entre otros hechos, la aparición de ciudades estados. Aunque está claro que la enfermedad celíaca sigue siendo un problema que afecta a un grupo poblacional, las recomendaciones acerca de la introducción del gluten en la dieta no deberían estar basadas en los efectos del gluten en una población con una predisposición genéticamente determinada y no dejar de atender los beneficios que ha proporcionado la ingesta del gluten en la historia de la humanidad.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
introducción, gluten, edad, enfermedad celíaca
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Teodoro Durá Travé
Columnista Experto de SIIC
Institución: Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.
Pamplona España

Prevalencia de comorbilidades metabólicas en pacientes con obesidad en la edad escolar y la adolescencia
Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina, habitualemente elevados en los pacientes obesos, podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.

Resumen
Introducción: El síndrome metabólico asociado con la obesidad tiene un alto valor predictivo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Aunque la International Diabetes Federation hace referencia a su imposibilidad diagnóstica en la edad escolar, los datos epidemiológicos permiten intuir que el síndrome metabólico, así como sus componentes, parecen estar ya presentes en edades tempranas. Objetivo: Determinar la prevalencia de comorbilidades metabólicas y su relación con los niveles plasmáticos de leptina en un grupo de pacientes en edad escolar y adolescentes con obesidad. Material y métodos: Valoración clínica (peso y talla, índice de masa corporal, tensión arterial) y estudio metabólico (glucosa, insulina, índice HOMA, triglicéridos, colesterol total y fracciones, y leptina) a un grupo de 106 pacientes con obesidad (47 varones y 59 mujeres) en edad prepuberal (n = 56) y puberal (n = 50). Resultados: La prevalencia de resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia, cifras bajas de colesterol asociado a lipoproteínas de alta denisdad e hipertensión arterial eran de 51%, 38%, 32% y 21%, respectivamente. En los adolescentes, la resistencia a la insulina (66% vs. 34%) y la hipertrigliceridemia (45% vs. 30%) estaban significativamente más elevados (p < 0.05) respectode los escolares. Existió una correlación positiva (p < 0.05) entre leptina e índice de masa corporal y entre el índice HOMA y los niveles de triglicéridos en ambos grupos de edad. Además, existe una correlación positiva (p < 0,05) entre leptina e índice HOMA en los adolescentes. Conclusiones: Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/147214


Comentario
Autor del comentario
María Inés Deregibus(1) Luis Alberto Pompozzi(2)  

(1) Hospital de Pediatria S.A.M.I.C. Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
(2) Médico de planta, Hospital de Pediatria S.A.M.I.C. Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como la diabetes, enfermedades respiratorias, oncológicas y cardiovasculares causan más del 60% (35 millones) de todas las muertes a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona diez factores de riesgo (FR) responsables de un tercio de la morbimortalidad en el mundo; entre ellos, los principales son la hipertensión arterial (HTA), la obesidad, la hipercolesterolemia, el tabaquismo, el sedentarismo y la dieta inadecuada.
El sobrepeso y la obesidad infantil son conocidos factores de riesgo modificables estrechamente ligados a la aparición de enfermedad cardiovascular en el adulto constituyendo el denominado síndrome metabólico. Debido a que la definición de este síndrome en pediatría no se encuentra estandarizada, me parece muy relevante lo expresado por los autores al referirse
a esta entidad como suma de comorbilidades clínico-metabólicas como factores de riesgo cardiovascular.
Actualmente, existe evidencia científica que afirma que la enfermedad cardiovascular del adulto tiene sus inicios en etapas tempranas de la vida.
La programación de las vías metabólicas durante la vida intrauterina y la activación de patrones de respuesta durante los dos primeros años de la vida son críticos para la salud y la aparición de enfermedad cardiovascular (ECV) del adulto. Se ha demostrado que el bajo peso al nacimiento está asociado con mayor riesgo de padecer HTA, accidente cerebrovascular (ACV) y diabetes mellitus (DBT) en etapas avanzadas de la vida.
Así, enfermedades crónicas de la vida adulta como HTA, dislipidemia, obesidad, DBT tipo 2 y el síndrome metabólico (FR de enfermedad aterosclerótica) pueden tener sus inicios en la niñez y la adolescencia.
Me parece muy importante la correlación observada en el trabajo entre las variables y los niveles de leptina, debido a que la medición de esos valores podría servirnos para evaluar el riesgo cardiovascular en nuestros pacientes. Pero estoy de acuerdo en que deben llevarse a cabo más estudios en esta línea de investigación.
Sería interesante realizar en los niños con alteración del HOMA una prueba de tolerancia oral a la glucosa para establecer más claramente la resistencia a la insulina. Así como también aportaría muchísima información realizar a todos los pacientes un monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA) para determinar la prevalencia de HTA oculta, así como de HTA nocturna. Es bien conocida la relación que existe entre sobrepeso/obesidad y estas entidades.
Para finalizar, quiero resaltar que el pediatra, como médico de familia, debe realizar intervenciones que consistan en favorecer los cambios de hábitos, la actividad física y promover programas de prevención y protección; haciendo participar a todo el grupo familiar. Si analizamos la ECV del adulto, vemos que muchos FR están presentes en la edad pediátrica y pueden ser objeto de intervenciones específicas.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
adolescentes, escolares, leptina, obesidad, síndrome metabólico
Especialidades
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Informe
Autor del informe original
Harry Pachajoa
Columnista Experto de SIIC
Institución:
CALI Colombia

Artrogriposis distal: informe de un caso sugestivo de síndrome de Freeman-Sheldon
Las artrogriposis distales son un grupo de malformaciones autosómicas dominantes que se presentan en uno de cada 3 000 nacidos vivos y se caracterizan por la presentación de contracturas musculares congénitas en una o dos más áreas del cuerpo.

Resumen
INTRODUCCION: las artrogriposis distales son un grupo de desórdenes que presentan en 1 de cada 3000 nacidos vivos. El síndrome de Freeman-Sheldon es un tipo de artrogriposis distal asociado a contracturas musculares a nivel oro-facial que se manifiesta con unas características facies "silbantes". Con patrón de herencia en la mayoría de los caso de forma autosómica dominante, presentando una penetrancia variable con reportes de múltiples portadores asintomáticos, así como de casos esporádicos. REPORTE DE CASO: paciente femenina de 5 meses de edad quien al examen físico presenta frente estrecha, orejas displásicas con rotación posterior, telecanto, huesos nasales hipoplásicos, orificios nasales estrechos, facies silbantes, surco en H sobre el mentón y ligera micro-retrognatia asociado a artrogriposis distal. DISCUSIÓN: se presenta un cuadro sugestivo de Freeman-Sheldon cuyo diagnóstico es inicialmente clínico, dada la presentación tan clásica del síndrome, sin embargo estudios complementarios además del análisis molecular, incluyen electromiografía y biopsia de músculo, la cual revela generalmente fibrosis que contribuye al desarrollo de contracturas. Se debe tener en cuenta otras artrogriposis distales en el diagnóstico diferencial. Se considera que el abordaje más importante en estos pacientes es común, y es la corrección quirúrgica de los defectos, incluyendo la corrección de la microstomía, problemas oculares y nasales, y corrección de defectos ortopédicos entre otras cirugías que puedan ser necesarias. De acuerdo a la literatura una vez superados estos retos se puede esperar un desarrollo adecuado con una expectativa de vida normal.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.misiicsalud.com/des/casiic_profundo.php/144940


Comentario
Autor del comentario
Blanca Rosa Gil Arias 
Especialista en Administración de Hospitales, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela


Luego de revisar el caso clínico y analizar los rasgos fenotípicos del lactante, entiendo que efectivamente se trata de un caso de síndrome de Freeman-Sheldon, caracterizado por hipoplasia del tercio medio facial, nariz corta y chata, microstomía, espacio aumentado entre la nariz y la boca (filtrum), mejillas llenas y hoyuelos en forma de "H" o de "V" y micrognatia. Estos pacientes tienen una alteración en el gen MYH3, por lo cual sería conveniente practicarle las correspondientes pruebas genéticas, así como realizarle tomografía computarizada y radiografías para comprobar las posibles alteraciones óseas distales.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
Freemam-sheldon, artrogriposis distal
Especialidades
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Informe
Resumen SIIC
SL Ralston
Institución: American Academy of Pediatrics,
EE.UU.

Recomendaciones para el Diagnóstico, el Tratamiento y la Prevención de la Bronquiolitis
En este artículo se revisan y actualizan las recomendaciones publicadas por la American Academy of Pediatrics en 2006, para el diagnóstico y el tratamiento de la bronquiolitis en niños de 1 a 23 meses.


Publicación en siicsalud
http://www.siicsalud.com/des/resiiccompleto.php/144508


Comentario
Autor del comentario
Marcela Aburto Degueldre 
Profesora, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Venezuela


En el resumen Recomendaciones para el Diagnóstico, Tratamiento y Prevención de la Bronquiolitis se revisaron y actualizaron las recomendaciones publicadas por la American Academy of Pediatrics en 2006 para el diagnóstico y tratamiento de la bronquiolitis en niños de 1 a 23 meses.
Su objetivo fue obtener a través de una guía el enfoque basado en la evidencia para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de la bronquiolitis, destinado a pediatras, médicos de familia, especialistas en Medicina de Emergencia, internistas, enfermeras y asistentes médicos. Realizaron una clasificación por categorías tomando en cuenta los siguientes aspectos.
El diagnóstico los autores de la revisión recomienda que los médicos deben diagnosticar la bronquiolitis y evaluar la gravedad de la enfermedad según los antecedentes y el examen físico. Se señala
la necesidad de evaluar la presencia de factores de riesgo para las formas graves de la enfermedad cuando decidan el diagnóstico y el tratamiento de los niños con bronquiolitis, tales como los antecedentes de parto prematuro, la existencia de una enfermedad cardiopulmonar subyacente o inmunodeficiencias. Cuando el diagnóstico de bronquiolitis se basa en la historia clínica y el examen físico no es necesario  solicitar radiografías o estudios de laboratorio de rutina.
Las recomendaciones con relación al tratamiento fueron las siguientes: los médicos no deben indicar albuterol (o salbutamol) a los lactantes y niños con diagnóstico de bronquiolitis; tampoco se aconseja administrar epinefrina ante el diagnóstico de bronquiolitis; la solución salina hipertónica nebulizada no se indica en lactantes con diagnóstico de bronquiolitis en los servicios de urgencia, pero sí puede administrarse en los lactantes y niños hospitalizados por bronquiolitis. Por otra parte, tampoco se recomienda administrar corticoides por vía sistémica en los lactantes con diagnóstico de bronquiolitis. Asimismo se sugiere que los médicos pueden optar por no administrar oxígeno suplementario cuando la saturación de la oxihemoglobina exceda el 90%, tanto en los lactantes como en los niños con bronquiolitis; los profesionales pueden elegir no usar la oximetría de pulso continuo en los lactantes y niños con bronquiolitis. En otro orden, los médicos no deben indicar tratamiento kinesiológico respiratorio. Salvo que se detecte una infección bacteriana concomitante o se tenga una sospecha fuerte de ésta no deben administrarse fármacos antibacterianos. Los lactantes con bronquiolitis que no puedan mantener la hidratación por vía oral deben recibir líquidos por vía nasogástrica o intravenosa.
Con relación a la prevención, se ofrecen una serie de recomendaciones: en los recién nacidos con edad gestacional de 29 semanas y 0 día o más, sin otros problemas agregados de salud, no se consideró la indicación de palivizumab. Solo se debe administrar palivizumab durante el primer año de vida en los lactantes con enfermedad cardíaca grave en el aspecto hemodinámico, con enfermedad pulmonar crónica o nacidos antes de las 32 semanas y 0 día de gestación, que requirieron más de un 21% de oxígeno durante al menos los primeros 28 días de vida. Se señala que se deben administrar, como máximo, cinco dosis mensuales de palivizumab durante la temporada de mayor frecuencia de transmisión del virus sincitial respiratorio (VSR) en los lactantes que calificaron para recibirlo durante el primer año de vida.
Igualmente se recomienda que todas las personas deben desinfectarse las manos antes y después del contacto directo con los lactantes y niños enfermos, así como los objetos inanimados próximos a los pacientes, y luego de quitarse los guantes. Todas las personas deben frotarse las manos con alcohol para la descontaminación durante el cuidado de los niños con bronquiolitis. Si la solución de alcohol no se encuentra disponible, lavarse las manos con agua y jabón. Se recomienda interrogar a los padres o cuidadores sobre la exposición del niño al humo del tabaco y se destaca la importancia del consejo médico para que los padres y cuidadores tengan en cuenta la necesidad de que los niños no estén expuestos al humo ambiental; además, se estimula el cese del hábito de fumar.
Los médicos deben favorecer la lactancia materna exclusiva al menos durante los seis primeros meses de vida, para disminuir la morbilidad de las infecciones respiratorias y, finalmente, se indica la necesidad de que tanto los médicos como las enfermeras eduquen al personal y a los miembros de la familia acerca del diagnóstico, el tratamiento y la prevención de la bronquiolitis, basados en las evidencias disponibles.
En otro orden, se señala la necesidad de elaborar mejores algoritmos para predecir el curso de la enfermedad. Las escalas de puntuación utilizadas en la actualidad para clasificar las manifestaciones clínicas de los niños afectados requerirán mayores evaluaciones para medir su impacto. En el trabajo se cuestionó el papel de la epinefrina como única opción terapéutica respecto de la disminución de las admisiones hospitalarias. Los autores sostienen que se necesitan estudios adicionales sobre la eficacia de la epinefrina en combinación con dexametasona u otros corticoides.
Se determinó también que es necesario realizar más investigaciones sobre la administración de solución salina hipertónica en los centros de atención ambulatoria y en las internaciones breves en los hospitales, la hidratación por vía nasogástrica y la tonicidad adecuada de los fluidos intravenosos. Los investigadores también consideraron necesario realizar más estudios sobre la aspiración profunda y la aspiración nasofaríngea, las estrategias para evaluar la saturación de oxígeno, el uso de oxígeno domiciliario, el valor más apropiado para regular el uso de oxígeno en altitudes elevadas y la administración de oxígeno de alto flujo por vía nasal. La vacuna contra el VSR, el uso de fármacos antivirales y el palivizumab requieren mayores investigaciones. Los autores mantienen la importancia de prestarle especial atención a la satisfacción de los padres y a los resultados centrados en el paciente; así, se ampliarán las variables a estudiar, sin limitarse a la evaluación del tiempo de estadía hospitalaria.
Esta revisión mantiene lo importante del diagnóstico a través de algoritmos, tomando en cuenta la historia clínica del paciente, así como el tratamiento con oxigenoterapia e hidratación, que prevalece por sobre cualquier otro esquema. El uso de esteroides y beta 2 adrenérgicos es cuestionado en el tratamiento de la bronquiolitis leve a moderada, aunque se ha visto mejoría en casos de gravedad del cuadro respiratorio.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
bronquiolitis, lactantes, niños, virus sincicial respiratorio
Especialidades
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