Informes comentados


EM.gif Endocrinología y Metabolismo EM.gif
 
Informe
Autor del informe original
Cristòbal Ignacio Espinoza Diaz
Columnista Experto de SIIC
Institución:
Cuenca Ecuador

La lipohipertrofia como complicación de la administración subcutánea de insulina en la diabetes mellitus tipo 1
La lipohipertrofia es alarmantemente alta en nuestra población. Es por ello que se recomienda poner énfasis en el examen físico del paciente con diabetes mellitus tipo 1, concretamente en los sitios de inyección, así como interrogar y educar respecto de la técnica utilizada para la administración de la insulina.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
https://www.siicsalud.com/des/crosiiccompleto.php/158981


Comentario
Autor del comentario
Adriana Villarino 
Jefe. Médica especialista en Medicina Interna, Hospital Italiano de Córdoba, Córdoba, Argentina


Luego de leer atentamente el artículo publicado, aparecen un par de preguntas. La primera, por supuesto, es preguntar sobre el tipo de insulinas administradas, ya que la tasa de aparición de lipohipertrofia es extremadamente alta en esta serie, lo que me hace pensar en que posiblemente estén utilizando insulinas con mayor componente inmunogénico, como las porcinas o más aún las bovinas, ya que luego de la aparición de la insulina humana altamente purificada este proceso disminuyó significativamente y másaún desde la utilización de insulinas análogas.
La segunda pregunta que surge es respecto a la técnica de colocación, que podría influir en la aparición de áreas lipohipertróficas, como la temperatura de la insulina o el uso de alcohol para limpiar la piel.
Respecto a las edades
de mayor frecuencia, bastante mayor en las personas de más edad en esta serie, creo que, en niños más pequeños, posiblemente las insulinas sean administradas por un adulto, lo cual más frecuentemente se realiza en los brazos o en la región glútea; zona con menor frecuencia de aparición en esta serie, difícil de lograr de motus proprio en un adulto, quienes se autoadministran en general la insulina.
Por último, consideraría el grado de control metabólico de los pacientes que presentan esta complicación, dado que en ocasiones inyectar insulina en estas áreas produce una absorción errática con dificultad para lograr estabilidad metabólica y esto podría verse reflejado en un grupo comparador que no presentara estas lesiones.
Acuerdo plenamente en que el tiempo trascurrido desde el inicio de la insulinización podría ser una causa importante para considerar, como se explicitara en la discusión, y que el grado de escolarización se corresponda a mayor duración de diabetes.
Creo que publicar este artículo, de gran interés para nuestra práctica clínica logra el propósito de que seamos metódicos al examinar a nuestros pacientes insulinizados.
Copyright © SIIC, 2019

Palabras Clave
diabetes tipo 1, lipohipertrofia, insulina
Especialidades
DB.gif   EM.gif         D.gif   EdM.gif   En.gif   Ep.gif   F.gif   Mfa.gif   MI.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
Teodoro Durá Travé
Columnista Experto de SIIC
Institución: Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.
Pamplona España

Prevalencia de comorbilidades metabólicas en pacientes con obesidad en la edad escolar y la adolescencia
Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina, habitualemente elevados en los pacientes obesos, podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.

Resumen
Introducción: El síndrome metabólico asociado con la obesidad tiene un alto valor predictivo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Aunque la International Diabetes Federation hace referencia a su imposibilidad diagnóstica en la edad escolar, los datos epidemiológicos permiten intuir que el síndrome metabólico, así como sus componentes, parecen estar ya presentes en edades tempranas. Objetivo: Determinar la prevalencia de comorbilidades metabólicas y su relación con los niveles plasmáticos de leptina en un grupo de pacientes en edad escolar y adolescentes con obesidad. Material y métodos: Valoración clínica (peso y talla, índice de masa corporal, tensión arterial) y estudio metabólico (glucosa, insulina, índice HOMA, triglicéridos, colesterol total y fracciones, y leptina) a un grupo de 106 pacientes con obesidad (47 varones y 59 mujeres) en edad prepuberal (n = 56) y puberal (n = 50). Resultados: La prevalencia de resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia, cifras bajas de colesterol asociado a lipoproteínas de alta denisdad e hipertensión arterial eran de 51%, 38%, 32% y 21%, respectivamente. En los adolescentes, la resistencia a la insulina (66% vs. 34%) y la hipertrigliceridemia (45% vs. 30%) estaban significativamente más elevados (p < 0.05) respectode los escolares. Existió una correlación positiva (p < 0.05) entre leptina e índice de masa corporal y entre el índice HOMA y los niveles de triglicéridos en ambos grupos de edad. Además, existe una correlación positiva (p < 0,05) entre leptina e índice HOMA en los adolescentes. Conclusiones: Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/147214


Comentario
Autor del comentario
Jaime Guadalupe Valle Leal 
Hospital General Regional No 1 Ciudad Obregón, Sonora, México


La obesidad infantil es una enfermedad muy frecuente en países latinoamericanos; las prevalencias fluctúan entre un 30% y un 40% entre los niños de edad escolar y son un poco mayores para el grupo de adolescentes. Dada su etiología multifactorial el tratamiento es difícil y debe iniciarse tempranamente al diagnosticarse la enfermedad.
El tamizaje cardiometabólico de los pacientes con obesidad y sobrepeso debe iniciarse desde edades tempranas de la vida y debe continuarse dependiendo la gravedad del caso al menos una vez por año. Es conocido que las complicaciones cardiometabólicas asociadas con la obesidad son dependientes del tiempo, es decir que aparecen con más frecuencia en aquellas personas que han tenido obesidad por más años; la adolescencia es una etapa conocida porque en ella
se suele producir debut de muchas de estas complicaciones.
Para diagnosticar estas complicaciones es importante apegarse a los parámetros internacionales y aplicar valores de corte para la edad del paciente y representativos para la población que se esté analizando, situación que en los países latinoamericanos se dificulta por la falta de estudios, por lo que en muchas ocasiones se deben utilizar datos de trabajos realizados en población norteamericana o europea.
El diagnóstico de síndrome metabólico en pediatría sigue siendo controversial y discutido internacionalmente. Tiene poca utilidad en la práctica clínica, ya que el tratamiento y la vigilancia se realizan de manera individual para cada una de las alteraciones cardiometabólicas encontradas en el paciente.
La identificación de indicadores con adecuados valores predictivos en el diagnóstico de las alteraciones cardiometabólicas en los niños sigue siendo un reto para los investigadores; en los últimos años se ha puesto énfasis en el perímetro de cintura ajustado para la estatura, el llamado índice cintura-estatura, el cual en muchos estudios ha demostrado ser superior al índice de masa corporal para la predicción de las complicaciones asociadas con la obesidad.
Respecto de los resultados del artículo “Prevalencia de comorbilidades metabólicas en pacientes con obesidad en la edad escolar y la adolescencia”, publicado en siicsalud por Teodoro Durá Travé, la frecuencia de complicaciones fue mayor en el grupo de adolescentes, y las prevalencias son muy similares a las de estudios realizados en países latinoamericanos, siendo la principal complicación la resistencia a la insulina, seguida de la hipertrigliceridemia. La asociación de la leptina con la obesidad está demostrada en pacientes de todas las edades, mas sin embargo no existen estudios que demuestren su utilidad predictora para las complicaciones asociadas con la obesidad.
Como comunidad científica debemos trabajar en indicadores con buena capacidad predictora de complicaciones asociadas con la obesidad en edades tempranas de la vida para de esta manera, mediante la intervención, poder disminuir las tasas de estas complicaciones.

Palabras Clave
adolescentes, escolares, leptina, obesidad, síndrome metabólico
Especialidades
EM.gif   P.gif         Ep.gif   Nu.gif   SP.gif   
Informe
Autor del informe original
Fernando Filippini
Columnista Experto de SIIC
Institución: Universidad Nacional de Rosario
Rosario Argentina

La presencia de síndrome metabólico aumenta el riesgo cardiovascular
La resistencia a la insulina continúa siendo el eje en la fisiopatología del síndrome metabólico que incluye dentro de sus criterios la tolerancia alterada a la glucosa, cifras de tensión arterial elevadas, perímetro de cintura por encima de lo normal y anormalidad lipídica. En conjunto, el síndrome metabólico es un factor de riesgo cardiovascular que debe ser diagnosticado y tratado en un principio con modificaciones en el estilo de vida y si es necesario, medicamentos.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/ensiiccompleto.php/149868


Comentario
Autor del comentario
Analía Benavídez 
Becaria, Sociedad Argentina de Cardiología, Buenos Aires, Argentina


Resultan interesantes los aportes realizados por el Dr. Fernando Filippini en su entrevista titulada “La presencia de síndrome metabólico aumenta el riesgo cardiovascular”. Como se refiere en el artículo, no existe mucha evidencia acerca de la prevalencia del síndrome metabólico (SM) en la Argentina, tal vez esto se deba en gran parte por la falta de estudios poblacionales representativos de esta enfermedad en el país, y si bien la prevalencia es estimada en un 20%, los estudios realizados informan, aunque de forma parcial, una prevalencia mayor. En una revisión sistemática publicada en 2017, que estudió la prevalencia del síndrome metabólico en la Argentina en los últimos 25 años, se comunicó una prevalencia de 27.5% (intervalo de confianza [IC] del 95%: 21.3% a 34.1%)
sobre un total de 10 191 sujetos (39.6% varones). Esta resultó más elevada en varones que en mujeres (29.4% vs. 27.4%, respectivamente; p = 0.02).1 La prevalencia global del SM en la Argentina, en este estudio, es mayor que la prevalencia regional informada en la última revisión sistemática realizada en países de América latina en estudios poblacionales.2 Si bien estos datos no reemplazan a un estudio poblacional con muestras representativas de cada región, nos aproxima a la realidad de nuestro país.
En cuanto a la relación entre los distintos componentes del síndrome metabólico, el estrés oxidativo y la inflamación desempeñan un papel primordial, siendo estos factores comunes. Ya que el SM, junto con el resto de los factores de riesgo cardiovascular (FRCV), es el promotor de estrés oxidativo y causa disfunción endotelial, al iniciar una cascada de eventos que incluyen alteraciones en los mediadores vasoactivos, respuestas inflamatorias y remodelación vascular que culmina en la enfermedad de los órganos blanco.3
El síndrome metabólico constituye uno de los componentes de la primera etapa del continuum de las enfermedades cardiovasculares, por lo que la prevención primaria desde el consultorio clínico es fundamental.
Se estima que más de cinco millones de muertes prematuras a causa de las enfermedades cardiovasculares entre los hombres, y 2.8 millones entre las mujeres, se proyectan en todo el mundo para 2025. Con un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cardiovascularestas, estas cifras podrían reducirse a 3.5 millones y 2.2 millones, respectivamente. A partir de la toma de conciencia de esta realidad, se gestó el proyecto 25X25 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que tiene como objetivo reducir un 25% el riesgo de muerte prematura, es decir la probabilidad de morir entre las edades de 30 y 70 años, a través de un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cardiovascular (como la hipertensión, el consumo de tabaco, la diabetes y la obesidad) y fija como uno de los objetivos principales la reducción relativa de la prevalencia de la hipertensión arterial (HTA) de un 25%, y para la diabetes y la obesidad, detener a 0 su aumento para 2025.4 Para lograr estos objetivos las acciones desde el consultorio ambulatorio son esenciales, entendiendo que los pacientes con FRCV necesitan una intervención activa por parte de los sistemas de salud, tanto con el tratamiento farmacológico y no farmacológico temprano. Como refiere el Dr. Filippini, las modificaciones del estilo de vida que incluyen cambios en la dieta, reducción de peso y ejercicio son las piedras angulares en el tratamiento de esta enfermedad, complementando al tratamiento farmacológico.
Como se refiere en la entrevista, no se ha definido un tratamiento farmacológico antihipertensivo óptimo para pacientes con SM. Aunque existe precaución con respecto al uso de las tiazidas en esta población, dada su capacidad para empeorar la resistencia a la insulina, la dislipidemia y la hiperuricemia y acelerar la conversión a diabetes, no hay datos que demuestren el empeoramiento de los puntos finales cardiovasculares o renales en pacientes tratados con estos agentes. Los betabloqueantes tradicionales parecen tener un riesgo significativamente mayor de acelerar la aparición de la diabetes y el empeoramiento de mediadores inflamatorios; sin embargo, este efecto parece mucho menos pronunciado o ausente cuando se usan betabloqueantes vasodilatadores modernos. Dado los aparentes efectos metabólicos favorables, los betabloqueantes vasodilatadores deben usarse con preferencia a los betabloqueantes tradicionales cuando estos fármacos son necesarios para la terapia en esta población. Finalmente, la inhibición del sistema renina-angiotensina-aldosterona con un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina (IECA) o un antagonista de los receptores de angiotensina II (ARA II) y el tratamiento con bloqueantes de los canales de calcio, resulta ser seguro y bien tolerado en los pacientes con SM. Claramente, es necesaria más investigación en esta población para definir el antihipertensivo ideal.5

Copyright © SIIC, 2018


1. Diaz A, et al. Prevalencia del síndrome metabólico en Argentina en los últimos 25 años: revisión sistemática de estudios observacionales poblacionales. Hipertens Riesgo Vasc 35(2):64-69, 2018. 2. Lopez Jaramillo P, Lahera V, Lopez Lopez J. Epidemic of cardiometabolic diseases: A Latin American point of view. Ther Adv Cardiovasc Dis 5:119-31, 2011. 3. Dzau VJ, et al. The cardiovascular disease continuum validated: clinical evidence of improved patient outcomes. Part I: pathophysiology and clinical trial evidence (risk factors through stable coronary artery disease). Circulation 114(25):2850-70, 2006. 4. Sacco RL, et al. The heart of 25 by 25: achieving the goal of reducing global and regional premature deaths from cardiovascular diseases and stroke. A modeling study from the American Heart Association and World Heart Federation. Circulation 133:674-690, 2016. 5. Owen JG, Reisin E. Anti-hypertensive drug treatment of patients with and the metabolic syndrome and obesity: a review of evidence, meta-analysis, post hoc and guidelines publications. Curr Hypertens Rep 17(6):558, 2015.

Palabras Clave
síndrome metabólico, hipertensión arterial, hiperglucemia, hipercolesterolemia
Especialidades
C.gif   EM.gif         DB.gif   MF.gif   MI.gif   Nu.gif   
Informe
Autor del informe original
Teodoro Durá Travé
Columnista Experto de SIIC
Institución: Facultad de Medicina. Universidad de Navarra.
Pamplona España

Prevalencia de comorbilidades metabólicas en pacientes con obesidad en la edad escolar y la adolescencia
Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina, habitualemente elevados en los pacientes obesos, podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.

Resumen
Introducción: El síndrome metabólico asociado con la obesidad tiene un alto valor predictivo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2. Aunque la International Diabetes Federation hace referencia a su imposibilidad diagnóstica en la edad escolar, los datos epidemiológicos permiten intuir que el síndrome metabólico, así como sus componentes, parecen estar ya presentes en edades tempranas. Objetivo: Determinar la prevalencia de comorbilidades metabólicas y su relación con los niveles plasmáticos de leptina en un grupo de pacientes en edad escolar y adolescentes con obesidad. Material y métodos: Valoración clínica (peso y talla, índice de masa corporal, tensión arterial) y estudio metabólico (glucosa, insulina, índice HOMA, triglicéridos, colesterol total y fracciones, y leptina) a un grupo de 106 pacientes con obesidad (47 varones y 59 mujeres) en edad prepuberal (n = 56) y puberal (n = 50). Resultados: La prevalencia de resistencia a la insulina, hipertrigliceridemia, cifras bajas de colesterol asociado a lipoproteínas de alta denisdad e hipertensión arterial eran de 51%, 38%, 32% y 21%, respectivamente. En los adolescentes, la resistencia a la insulina (66% vs. 34%) y la hipertrigliceridemia (45% vs. 30%) estaban significativamente más elevados (p < 0.05) respectode los escolares. Existió una correlación positiva (p < 0.05) entre leptina e índice de masa corporal y entre el índice HOMA y los niveles de triglicéridos en ambos grupos de edad. Además, existe una correlación positiva (p < 0,05) entre leptina e índice HOMA en los adolescentes. Conclusiones: Las alteraciones clínico-metabólicas asociadas con la obesidad y relacionadas con el síndrome metabólico ya se ponen de manifiesto en la edad escolar y, especialmente, en la adolescencia. Los niveles plasmáticos de leptina podrían desempeñar un papel esencial en la etiopatogenia de las comorbilidades asociadas con la obesidad.


Publicación en siicsalud
Artículos originales > Expertos de Iberoamérica >
http://www.siicsalud.com/des/expertocompleto.php/147214


Comentario
Autor del comentario
María Inés Deregibus(1) Luis Alberto Pompozzi(2)  

(1) Hospital de Pediatria S.A.M.I.C. Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Ciudad de Buenos Aires, Argentina
(2) Médico de planta, Hospital de Pediatria S.A.M.I.C. Prof. Dr. Juan P. Garrahan, Ciudad de Buenos Aires, Argentina


Las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) como la diabetes, enfermedades respiratorias, oncológicas y cardiovasculares causan más del 60% (35 millones) de todas las muertes a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) menciona diez factores de riesgo (FR) responsables de un tercio de la morbimortalidad en el mundo; entre ellos, los principales son la hipertensión arterial (HTA), la obesidad, la hipercolesterolemia, el tabaquismo, el sedentarismo y la dieta inadecuada.
El sobrepeso y la obesidad infantil son conocidos factores de riesgo modificables estrechamente ligados a la aparición de enfermedad cardiovascular en el adulto constituyendo el denominado síndrome metabólico. Debido a que la definición de este síndrome en pediatría no se encuentra estandarizada, me parece muy relevante lo expresado por los autores al referirse
a esta entidad como suma de comorbilidades clínico-metabólicas como factores de riesgo cardiovascular.
Actualmente, existe evidencia científica que afirma que la enfermedad cardiovascular del adulto tiene sus inicios en etapas tempranas de la vida.
La programación de las vías metabólicas durante la vida intrauterina y la activación de patrones de respuesta durante los dos primeros años de la vida son críticos para la salud y la aparición de enfermedad cardiovascular (ECV) del adulto. Se ha demostrado que el bajo peso al nacimiento está asociado con mayor riesgo de padecer HTA, accidente cerebrovascular (ACV) y diabetes mellitus (DBT) en etapas avanzadas de la vida.
Así, enfermedades crónicas de la vida adulta como HTA, dislipidemia, obesidad, DBT tipo 2 y el síndrome metabólico (FR de enfermedad aterosclerótica) pueden tener sus inicios en la niñez y la adolescencia.
Me parece muy importante la correlación observada en el trabajo entre las variables y los niveles de leptina, debido a que la medición de esos valores podría servirnos para evaluar el riesgo cardiovascular en nuestros pacientes. Pero estoy de acuerdo en que deben llevarse a cabo más estudios en esta línea de investigación.
Sería interesante realizar en los niños con alteración del HOMA una prueba de tolerancia oral a la glucosa para establecer más claramente la resistencia a la insulina. Así como también aportaría muchísima información realizar a todos los pacientes un monitoreo ambulatorio de la presión arterial (MAPA) para determinar la prevalencia de HTA oculta, así como de HTA nocturna. Es bien conocida la relación que existe entre sobrepeso/obesidad y estas entidades.
Para finalizar, quiero resaltar que el pediatra, como médico de familia, debe realizar intervenciones que consistan en favorecer los cambios de hábitos, la actividad física y promover programas de prevención y protección; haciendo participar a todo el grupo familiar. Si analizamos la ECV del adulto, vemos que muchos FR están presentes en la edad pediátrica y pueden ser objeto de intervenciones específicas.
Copyright © SIIC, 2018

Palabras Clave
adolescentes, escolares, leptina, obesidad, síndrome metabólico
Especialidades
EM.gif   P.gif         Ep.gif   Nu.gif   SP.gif   
ua81618
Inicio/Home

Copyright siicsalud © 1997-2025 ISSN siicsalud: 1667-9008